12

74 13 3
                                    

12. Lo más "criollo"

Tiempo ... seis letras y contiene esencialmente la vida; normalmente dejamos todo para después, presumiendo el tiempo que tenemos y a veces ese tiempo nos juega en contra y yo si sé de eso.

No llevo la cuenta del tiempo de conocer a Sergio, en mi retina está la forma poco común en que nos conocimos y sé que el tiempo es poco, pero se siente bastante largo. Con ese pensamiento me levanto, al hacerlo los mareos se hacen presente, otro síntoma más, tomo aire y sigo hacia la ducha, me aseo y salgo y me enfoco con un calendario, llego hasta el y saco cuentas ... 2 meses y medio de conocernos.

No me gusta llevar el tiempo, porque siento que se acorta y no se disfruta de la misma forma, decido en frente del calendario, no verlo mas y que pase lo que tenga que pasar.

El apartamento está en completo silencio, voy hasta la cocina y veo que hay café recién hecho, algo se mueve en el balcón y veo que Sergio esta con una jarra llena de agua, observando fijamente el naranjo que al fin a empezado a germinar.

Nota mi presencia y viene hacia la cocina con una gran sonrisa, sirvo dos tazas de café, una para él y una para mí

- Ya esta germinando el naranjo – asiento –

- Así es ... tu veras los naranjos – baja la mirada hacia la taza de café y hay se queda un largo rato –

- ¿Cómo amaneciste? – me sonrió para aligerar el ambiente que hoy esta algo pesado y eso no contando el frio que hace –

- Dentro de todo, bien ... ¿Te puedo preguntar algo? – asiente y ahora sí hace contacto visual – Yo sé que siempre te has enfocado en el mundo empresarial, pero ¿En tu juventud tuviste algún sueño? – se acomoda en la silla –

- Pues la empresa – niego –

- No me refiero a eso ... algo que quisiste hacer, pero lo dejaste por cumplir una meta más creíble o rentable ... ¿me entiendes? – asiente –

- Si ... cuando tenia unos 15 años me encontré con el mundo de la escritura y la lectura, nunca fui fiestero, ni tampoco el rebelde; en esa época mi padre tenía una gran biblioteca, vivíamos por allá por el centro de Bogotá en esas casas antiguas, el ambiente era propicio para la lectura y más cuando los días eran lluviosos, un día me aventure a escribir, me sentía como un creador de mundos – me sonrió viéndolo con tanta añoranza –

- ¿Qué paso? – niega –

- Nada ... ese era mi hobbie en esos momentos, como dijiste no es rentable, Constanza hacerte un nombre en la escritura cuesta mucho y no es fácil, además en ese momento debía decidirme por una carrera universitaria y opte por algo creíble y que generara ingresos y la escritura quedo en un cajón por allá guardado

- ¿Tienes tus escritos por ahí? Me encantaría leer a un joven Sergio – niega y se carcajea –

- No sé dónde quedaron, cuando salimos de la casa donde vivíamos todos los libros fueron donados quizás cayeron ahí – me desinfló y lo miro a los ojos –

- ¿De qué escribías?

- Lo que veía, de la lluvia, de una chica que me gustaba en esa época, teníamos unos gatos de ellos también escribí, pero como te dije no se donde quedaron ... ¿y tú sueño? Mínimo alguna locura

- Como me conoces – nos carcajeamos – pase por épocas donde quería ser policía, después quería ser astronauta, hasta presidente del país, hasta que ya casi terminado la secundaria, llego al pueblo una pizzería, recuerdo que era de un italiano, todo el pueblo iba los fines de semana y cuando salían su expresión era de alegría, contentos y saciados, a todas estas nunca había probado una pizza y no tenía conocimiento de nada de eso

Un Respiro ... Antes de Partir✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora