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Sueños

Constanza

Era oficial... había aceptado ser la novia de Sergio y me sentía algo abrumada, no hubo beso y por más que a Sergio no le molesto ese hecho, yo sabía que en unos novios es normal. El resto de la mañana se me olvido el beso o bueno eso quería pensar.

En la veterinaria sentía la mirada de Sergio en mí, mientras el doctor revisaba a la nena; pensándolo bien debía cambiarle el nombre para que haga juego con Cebolla; Sergio se acerca y me dice que tiene que irse para la pizzería, me quedo conversando con el veterinario. Tanto Cebolla como la nena se quedan en la guardería, debía hacer unas averiguaciones.

Cuando salgo me doy cuenta que no tengo como comunicarme con Sergio, así que decido llegar hasta la pizzería. Apenas entro, siento que todos me miran de forma distinta, me sonrió con una chica que está acomodando unos nardos en el salón principal, pregunto por Sergio y me indica que entre por el pasillo que da a su oficina, le doy las gracias y me encamino para allá, mientras lo hago veo que viene el administrador

- ¿Señora, puedo hablar con usted? – me detengo, le sonrió y asiento –

- Sí, claro... ¿dígame?

- Quería disculparme con usted por el trato que tuve la última vez que nos vimos... mi trabajo implica salvaguardar los intereses de mis patronos, entre esos su seguridad, le pido encarecidamente me disculpe por mi desacierto, espero que comprenda que nadie sabía quién era usted y por eso fuimos algo bruscos en el trato – asiento –

- Primero que todo no me digas señora, soy simplemente Constanza, de acuerdo con lo que me has dicho, la verdad es que fueron un poco groseros y cero respetuosos... - me interrumpe con voz bastante acongojada –

- Así es, tiene toda la razón, pero lo último que quiero es perder mi empleo seño... - baja la cabeza – Constanza

- No te preocupes no vas a perder tu empleo, bueno nadie va a perder su empleo, entiendo que por seguridad se comportaron de esa forma, pero la idea es que no vuelva a suceder, bueno pueden ser más amables y luego le preguntar directamente a Sergio – le sonrió y me responde con un semblante más tranquilo y risueño –

- Gracias... no volverá a pasar – me señala la puerta al final del pasillo - el señor Sergio está atendiendo unas llamadas, pero puede pasar

Sigo mi camino y en la puerta me quedo un momento de pie pensando si tocar o entrar sin el permiso, así que me inclino por la combinación de los dos, toco y entro, al hacerlo me encuentro a Sergio conversando por teléfono al verme, me sonríe y me hace señas para que me siente y espere que termine de hablar

Empiezo a ver todo a mí alrededor, aunque ya había entrado en otra ocasión, no había detallado la oficina, suspiro viendo todo, noto que en una esquina hay tazas en el suelo, por el tamaño sé que son de Cebolla, me disperso pensando y cuando me doy cuenta, Sergio ya ha terminado la llamada y está observándome con una sonrisa -

- ¿Cómo te fue con el veterinario? – me sonrió y me enfoco en él -

- Pues bien, la nena está perfectamente... los deje en la guardería, voy hacer unas averiguaciones y no tengo como comunicarme contigo – le señalo el teléfono

- Díctame tu número... – toma el teléfono –

- 57 304... - asiente y se lleva el teléfono al oído y siento que mi teléfono está sonando –

- Ese es mi número... estoy disponible en cualquier momento – me sonrió, pero siento que mis mejillas me arden –

- Listo... - me sonrió – ¿Cómo coloco en el nombre? Sergio, ricachón... - no me deja terminar –

Un Respiro ... Antes de Partir✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora