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Confesiones 

Dormí como nunca, la cama es de lo más cómoda, trato de no encandilarme con la luz proveniente de las afueras y observó que llevo la ropa de ayer y todos los recuerdos vienen a mi mente, me encontraba en la casa del ricachón estafado, abusando de su hospitalidad y para colmo me había dado dos crisis, una emocional y la otra sumada a lo anterior, mi enfermedad se dignó aparecer.

Me levanto y noto que todo es alfombrado, me dirijo hacia el baño, hago mis necesidades y noto lo bonito y moderno que es; tardó más de lo debido debajo del agua, años sin bañarme con agua calientita.

Al salir buscó con la mirada las maletas y las encuentro en una esquina, busco algo que colocarme y detallo mis piernas, muchos moretones, entre lo que tengo encontré una sudadera y suéter bastante grande; salgo de la habitación y me quedo un momento de pie en el pasillo, regulando mi respiración, avanzó y al llegar a la sala veo a él ricachón leyendo unos documentos

- Bueno días – miro hacia el reloj que esta colgado en la pared de enfrente, son la 8:15 am –

- Buenos días loquilla, ¿te encuentras mejor? – me entrega un café muy cargado –

- Si, bastante mejor, quería decirte que ... mejor me voy para un hotel y así no te incómodo – niega –

- No Constanza, ya lo hablamos aquí te vas a quedar, no se hable más del tema – coloca el desayuno en la mesa –

Me quedo en silencio mientras lo veo poner la mesa, hay café, huevos revueltos, pan, jugo y fruta, en mi vida había comido así, mi desayuno era básicamente una empanada y un refresco; me hace señas para coma, literal me devore todo, desde ayer no había comido nada

- ¿Te gusto el desayuno? – asiento-

- Si, muy rico todo ... gracias

- A ver Constanza, si querías irte para un hotel, eso me da a entender que no tienes familia aquí en Bogotá – pasó con dificulta la papayita que me estaba comiendo –

- Digamos que teóricamente si, sentimentalmente no – frunce el ceño –

- ¿No te entiendo? – se lleva las manos a la nuca y me observa –

- Bueno es fácil, mi familia únicamente es mi papá y mi mamá, los demás son errores de percepción – frunce más el ceño –

- No te entiendo Constanza – bufo -

- Tengo hermanos y primos que viven aquí en Bogotá y hasta cerca de aquí, pero simplemente soy un estorbo, la gorda que no sabe hacer nada, la gorda que viene a molestar

- Como sabes que ellos piensan así

- Los he escuchado Sergio ... me hago la tonta, la estúpida para llevar la fiesta en paz y ahora en mi situación no quiero su lastima

- Entiendo ... ¿ellos sabes que vives aquí en Bogotá? – asiento –

- Si, cuando llegue del pueblo me quede donde mi hermano mayor y fue la peor experiencia de mi vida, dormía en el suelo con frío y para rematar me toca hacerle todos los favores, cocinar ... - suspiro – no estoy para eso

- De aquí no te vas entonces, pero ¿con tus padres como son? ¿los tratan bien?

- Ay eso es otra historia, no colaboran en nada, mis padres ya están mayores y pues necesitan y se hacen de la vista gorda, aparecieron en el pueblo cuando se enteraron de que mis padres habían comprado una media agua

- ¿Media agua? ¿eso que es?

- Es una casa a medias, sin terminar – se asombra –

- Ah ... ¿Qué fueron a hacer allá?

Un Respiro ... Antes de Partir✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora