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Sergio

"Luz de esperanza"

"Ahora era yo quien se apagaba

con su ausencia, mientras tanto ella

me otorgaba una última esperanza"

S.J

Las horas pasaban y no había noticias, nadie me decía nada, ya estaba por detestar las palabras "estable" "ya le avisamos" las enfermeras no sé qué veían en mi rostro, porque cada vez que me acercaba a su estación, me miran con una media sonrisa. Volvía a la sala de espera con la convicción de que podría mejorar, aunque sea un poco.

Ya había probado todas las sillas de la sala de espera, cada una era más incómoda que la otra, una hora más y decidí caminar por el hospital quizás me encuentre con el doctor que atiende a Constanza; voy hasta los ascensores y me voy hasta el último piso, me encuentro con algunas personas viendo la inmensidad del cielo, algunos están orando, otros están simplemente ahí, vuelvo por los ascensores y pincho cada piso y miro a ver que encuentro y no hay mucho que ver, solamente hay enfermeras y doctores corriendo de un lado a otro.

Vuelvo a la sala de espera con la esperanza de encontrar noticias, pero vuelven las palabras "estable" "ya le avisamos" escojo al azar una silla y ahí me siento, ya rendido ante la ausencia de noticias, a los minutos me doy cuenta de que tengo la ropa manchada de sangre, la sangre de Constanza, con razón la gente me ve extraño, pero no me iré de aquí.

A las horas veo llegar el chico que me ayudo con Constanza, habla con las enfermeras y ella me señalan, desde la distancia noto que se sonríe conmigo, me percato que trae una mochila colgada en su espalda y algo redondo en las manos.

- Hola ... señor, como no llego al apartamento, me tome la libertad de traerle un cambio de suéter y algo de comer - me quedo perplejo al escucharlo -

- Hola ... ¿Pablo? Verdad - asiente - no era necesario que te pusieras con esto

- Tal vez no era necesario, pero si lo más humano, me pongo en su posición y me gustaría que alguien tuviera el detalle de pues ayudarme - se sienta al lado mío -

- Gracias, la verdad ya ciertas personas me empiezan a ver mal por estar así - me señalo -

- Disculpe si me inmiscuyo mucho, pero usted tiene un gatito en la casa y no ha parado de maullar

- ¡Cebolla! ... Debo ir a la casa y ver que este bien - miro hacia la estación de las enfermeras -

- Pues mi novia y yo se lo cuidamos, claro si así usted lo acepta; sabemos que está pasando por un momento complejo, además - se rasca la cabeza - lo sacamos por el balcón, yo sé que fuimos atrevidos, es que se escuchaba muy desesperado y tenía hambre y mucha sed - me tomo la cara, se me había olvidado cebolla, como puede ser tan descuidado -

- ¿Trabajas? - suspira y entendí que no, pero dejaría que me explicara -

- No ... bueno venimos con esa consigna a Bogotá, nos prometieron un empleo para mi novia y para mí, yo logre conseguir donde quedarnos, el apartamento es de un primo, pero al llegar aquí nos encontramos con otra cosa distinta y ahora estamos buscando trabajo antes de que mi primo no pida el apartamento - lo observo por unos instantes -

- Gracias por auxiliar a Cebolla, con todo esto lo había olvidado - me sonrió- que tal si tuviera hijos, sería el peor padre

- Tal vez, pero la situación por la que está pasando es complicada - asiento -

Un Respiro ... Antes de Partir✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora