Capítulo 1

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Advierto que está historia contiene violencia, lenguaje fuerte y maltrato, si no les gusta leer sobre eso les recomiendo que no lean mi historia ya que contiene escenas fuertes y no quiero escuchar criticas no constructivas sobre lo que escribo. Así que están advertidos.

Los disparos se escuchaban por toda la casa, traté de ignorarlos pero me fue imposible. El escuchar disparos en mi casa era algo normal, nada fuera de lo común acorde al trabajo de mi papá, sí es que al narcotráfico se le puede llamar trabajo. Mi padre tiene oídos sordos cuando le hablo acerca de dejar ese trabajo tan peligroso, lo han intentado matar incontables veces al igual que a mi madre y a mi por lo que tuvimos que durar dos meses en una casa de seguridad para que no nos pudieran hacer daño, pero por ahora todo ha estado calmado, le he dicho a mi padre que sí no va a dejar su trabajo por lo menos cuando vaya a matar o torturar gente lo haga en otro lugar porque ya estoy cansada de escuchar gritos de imploro y disparos a mitad de la noche. Y a lo que escucho no tomó en cuenta mi petición.
Los disparos cesaron, algo que agradecí porque la cabeza se me estaba partiendo en dos de un dolor inmenso. Bajé a la cocina para tomar el medicamento que debí tomar hace una hora pero como estaba leyendo el tiempo se me fue volando. Desde el accidente en el que perdí gran parte de la memoria dolores fuertes invaden mi cabeza por lo que tengo que beber medicamentos para evitarlos.
–Giselle, ¿podrías traer mis medicamentos? Siento que me están taladrando aquí dentro.
–Claro que si mi niña, espera un momento —dijo para luego salir de la cocina.
Giselle era mi nana, trabajaba para mi padre desde hacía tanto tiempo que ya se había convertido en parte de la familia.
Mientras esperaba que Giselle volviera me senté en un taburete, apoyé mis codos en la isla y sostuve mi cabeza en mis manos cerrando los ojos tratando de alguna manera que el dolor de alivie un poco. Pero me fui interrumpida por otra presencia, deseando con todas mis fuerzas que fuera Giselle con algo que aliviara mi cabeza lentamente levanté la vista y me vi desilusionada al instante, no era Giselle, sino un hombre joven castaño de ojos hazel, bastante apuesto debo decir y además de que no traía camiseta, sólo llevaba unos jeans ajustados y sus zapatos, ¡Virgen santa que tremendos abdominales!
–Buenas tardes –saludó.
–Buenos brazos... ¡Perdón! Quise decir buenas tardes –me corregí rápidamente muriendo de vergüenza, pero quien tiene la culpa es él por pasearse con semejante musculatura sin camisa en frente de mí.
–¿Está por aquí Giselle? –preguntó tratando de ocultar la sonrisa.
–Si, salió por un momento a buscarme algo pero ya vuelve –más avergonzada no podía estar.
–Bien, la esperaré –se sentó en un taburete frente a mi.
–¿Y como te llamas? –pregunté para que no se hiciera un silencio incómodo.
–Austin Mahone.
–¿No te conozco de algún lado?
Su rostro se me hacía familiar, tal vez lo había visto antes de perder la memoria, intenté recordar pero me fue inútil además el dolor de cabeza no ayudó para nada.
–No lo creo, es la primera vez que te veo.
–¿Estás seguro? Porque tu cara se me hace muy familiar.
Estaba por responder cuando Giselle entró en la cocina cortando nuestra conversación.
–Aquí tienes tu medicación mi niña, que no se te vuelva a olvidar –me pasó mis pastillas con un vaso de agua, inmediatamente me tragué las pastillas con ayuda del agua.
–Gracias Giselle.
–No se merecen —dijo con una cálida sonrisa y se dirigió al hombre frente a mí —, ¿desea algo joven Austin?
–Si, el señor te mandó a llamar para que le cures las heridas a algunos de sus hombres, y que lleves a dos o tres de tus compañeras para que te ayuden.
–Claro, voy a buscar a Marta y Altagracia para que me ayuden, y necesito alcohol, vendas, algodón y muchas otras cosas que están en el espacio de reserva.
–¿Necesitas ayuda? –preguntó él.
–No, está bien, es algo que hago siempre –salió dejándonos solos otra vez. Ojalá y ahora responda mi pregunta.
–Entonces...
–No, amenos que hayas visto a mi gemelo bueno.
–¿Qué no siempre es el gemelo malvado? –bromeé.
–No en este caso.
Su respuesta me dejó sin palabras, no era lo que esperaba escuchar, y la forma en la que lo dijo hizo que un escalofrío recorriera mi espina dorsal.
–Si me disculpas tengo que volver al trabajo y conseguir una camiseta porque la mía está cubierta de sangre –se dirigía hacia la salida.
–Espera –se detuvo dándome la espalda.– ¿eras tú el causante de los disparos hace rato?
Se dio la vuelta mirándome directo a los ojos dirigiéndome una oscura y fría mirada acompañada de una sonrisa macabra.
–¿Quién sino? –y se marchó.




Holi💞
Estoy reescribiéndo la novela haciendo uno que otro arreglo y he decidido cambiar algunos capítulos para volverlos más interesantes y con suspenso, ahora que tengo un poco más de experiencia y muchas ideas estoy decidida a por fin terminar la novela (sí es que el colegio me lo permite) pero daré todo de mí para complacerlas y complacerme a mi misma escribiendo esas ideas locas que rondan en mi cabeza. Si son de mis fieles lectoras que han estado desde el principio de la novela les sugiero que vuelvan empezar a leer, esta versión es mejor que la anterior.
Espero que les haya gustado este nuevo principio y les agradecería mucho sí me regalaran un voto y uno que otro comentario ya que eso me motiva a seguir escribiendo.
Les invito a pasar por mis otras historias, les aseguro que no se van arrepentir.
El de la foto es Austin y su sensual musculatura💖

Recuérdame recordarte |Austin Mahone y Ariana Grande|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora