Capítulo 1: Un omega fuera de lo común

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—¡Byun BaekHyun! ¡Baja de ahí en este momento!

BaekHyun miró a su madre desde su lugar en una de las ramas del árbol. A pesar de la altura podía ver el ceño fruncido en el bonito rostro de Byun MinHee, su madre odiaba cuando escalaba los árboles de su patio trasero. BaekHyun había sido amonestado más veces de lo que podía contar a sus veintíun años, mas la vista desde las alturas valía la pena cualquier regaño de sus padres.

—¡Byun BaekHyun! ¡No me hagas subir allí y traerte de la oreja, muchacho!

Resopló, sabía que su madre no subiría a ese árbol ni aunque su vida dependiera de ello. Sin querer molestarla más, prosiguió a bajar el árbol con la destreza de alguien que lo había escalado y bajado desde que tenía seis años de edad. Su madre jadeaba y bufaba desde su lugar en el piso y BaekHyun solo por diversión hizo amago de resbalarse.

Su madre jadeó y alzó las manos como si eso fuera a detener su caída, BaekHyun se rió y su madre bufó indignada una vez más y apenas tocando el suelo terroso recibió un golpe en la parte trasera de su cabeza.

—¡Madre!

—Madre, nada —refutó MinHee—. Me vuelvo diez años más vieja cuando te veo en ese árbol.

—¿Diez años más vieja? —Sonrió de forma encantadora y con un elegante y exagerado movimiento cogió su mano y la besó galantemente—. Si usted parece de treinta mi joven dama.

MinHee resopló una vez más, no obstante no pudo ocultar la sonrisa que floreció en sus labios.

—Esa sonrisa te llevará muy lejos —Le devolvió la sonrisa.

Con un movimiento entrelazó sus brazos y comenzó a caminar hasta la casa, desde pequeño BaekHyun había adorado su hogar. La gran casa antigua estaba posicionada en una gran parcela que había pertenecido a la familia Byun por décadas.

Los grandes ventanales dejaban entrar la brisa de la tarde, perfecto para cuando él y sus hermanas junto a sus padres tomaban el té de la tarde y conversaban de cualquier cosa. Junto a la casa había un pequeño establo donde reposaban sus caballos.

Su padre era un aficionado a ellos y BaekHyun creció aprendiendo a amar a los fieles y fuertes animales. Todo esto rodeado de extenso pasto verde y árboles, su parte favorita. Podía pasar horas vagando y corriendo por todos los árboles, viendo a los animales salvajes pasar por ahí y descubriendo una nueva planta en su camino.

No vivían una vida de lujos, pero tenían un techo y comida, aire limpio y agua fresca. Tierras por las que correr libre y el sol dando en su rostro. Era el sueño de cualquiera, o por lo menos para él lo era.

—Así que ¿Que te tiene tan ansiosa cómo para ir a buscarme hasta el árbol del demonio? Tus palabras, no las mías —preguntó jocosamente.

MinHee rodó sus ojos, un gesto muy característico en él y sus hermanas, más la sonrisa que vino después y el brillo en sus ojos podrían iluminar la ya de por sí brillante tarde.

—¡Hemos recibido una grata sorpresa el día de hoy! —expresó con suma alegría.

BaekHyun alzó una ceja.

—¿Oh?

Pero su madre no lo dejó preguntar más, dado que en ese instante apuró su paso, arrastrándolo del brazo con ella.

Llegaron hasta las amplias puertas que conectaban la sala y el jardín, pero no fue hasta llegar al recibidor que MinHee desaceleró su caminar, BaekHyun tomó aire que había perdido por el rápido andar de su madre y fue segundos después que pudo ver a sus cinco hermanas reunidas alrededor de la mesa del recibidor parloteando de forma alegre.

El orgullo del Omega [ChanBaek/BaekYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora