"El profesor de Defensa"
La primera comida en Hogwarts paso sin pena ni gloria, por lo menos para Draco. El rubio se había mantenido en silencio, casi taciturno durante toda la velada. Sus ojos recorrían de vez en cuando el comedor, sin detenerse demasiado tiempo en nadie, pero siempre terminaba volviendo al mismo punto: una niña de cabellos rojizos y ojos azules.
Sabía muy poco de este año, pero recordaba casi perfectamente la presencia de todos los Weasley en la enfermería porque... lo que sea que había bajo las narices de los profesores, se la había llevado. Era un secreto a voces, al igual que todo lo que pasaba en Hogwarts, pero ese en específico fue comentado casi sin importancia por el Barón Sanguinario, que lo había sabido de la mismísima boca de Peeves. No era la fuente más creíble pero era un chisme jugoso con el que varios se entretuvieron durante un tiempo.
Draco recuerda haberse mofado un poco, pero el tema fue prontamente olvidado por la finalización del año. Quizás tendría que haber indagado más en aquel tiempo, ser un poco más curioso... pero no lo hizo y ya era demasiado tarde para lamentarlo. No había nada más que hacer.
Sus ojos se movieron un poco más está vez, hacia donde una enfurruñada castaña pinchaba sin ánimos su comida, flanqueada por unos exaltados pelirrojos que se reirán a viva voz, jugando entre ellos y con sus compañeros. Ron comía como si el mundo se fuese a terminar en unos minutos.
— ¿Draco? ¿Pasa algo? —la voz de Harry lo hizo espabilar. Lo miró de reojo, tomándose un agonizante segundo para detallarlo. Tenía las mejillas más rellenas, el pelo mucho más brilloso y algo corto. Indomable, aun así. Sus ojos brillaban y parecía... vivo. Nunca lo había visto así, ni siquiera cuando jugaba al Quidditch. Sonrió.
—Sí, tranquilo. Todo en orden, es solo que... —se detuvo, inseguro. No podía explicarle sus preocupaciones, no podía.
— ¿Dragón...?—susurró y el rubio sintió su estómago hormiguear ante el nuevo apodo. Parpadeo como un siervo atrapado por los faroles de un auto, su garganta se apretó por lo dulce que estaba siendo Harry. Mirándolo con tanta preocupación que casi podía sentirla entre sus dedos, su cálida mano estaba acariciando suavemente su rodilla, tratando de consolarlo de una preocupación de la que él no era completamente consiente.
—Estoy bien, Harry. —susurró, sonriendo suavemente. Puso su propia mano por sobre la del azabache—. Solo cansado... tengo muchas cosas en la cabeza. Muchas cosas de las que hablar.
Harry asintió, dando vuelta su mano, apoyando el dorso en la rodilla del rubio, para así poder entrelazar con facilidad sus dedos. Ambos se sonrieron antes de centrarse nuevamente en sus acompañantes, uniéndose fácilmente a sus conversaciones.
La noche paso tranquilamente, era la tranquilidad en si misma (Draco agradecía que Harry haya llegado en una pieza sin ningún tipo de drama de por medio, no quería problemas con Snape desde tan temprano en el año).
La casa verde y plata se retiró casi en primera instancia, todos demasiado cansados del alboroto que habían montado los Gryffindors por la nueva Weasley. Pansy no podía dejar de señalar que esa niña comenzaría a ser un dolor para sus tímpanos. Daphne solo asentía, más concentrada en supervisar a su hermana menor con los ojos dignos de un halcón.
Al llegar a las habitaciones pudo respirar con más tranquilidad, el silencio los abrazó a todos, cada uno ya en su habitación, todos listos para dar por finalizada la noche. Harry y Draco se apresuraron a asearse y luego se tiraron a la cama del rubio, acurrucándose juntos, bajo las sabanas. Las sonrisas eran mínimas, puesto que sabían el tema que se les venía encima.
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Go back in time: Segundo año.
FanfictionUna reescritura de "Harry Potter y la cámara secreta". .。・゜・。..。・゜・。..。・゜・。..。・゜・。 Milagrosamente, Draco atravesó su primer año de Hogwarts, pero su segundo año está llegando rápidamente, y esta vez los problemas familiares saldrán a la luz, de...