UNEXPECTED LOVE

Capítulo 4: The Talk

La charla - Sábado por la tarde - El cuarto de los chicos.

El joven de pelo negro asintió y siguió al otro chico fuera de la habitación, dirigiéndose a su cuarto donde sabía que estaría Draco. Entró con cautela y vio a Draco sentado en su cama con la cabeza entre las manos. Harry se acercó lentamente a Draco y le tocó el hombro.

-Oye, ¿qué pasa?-, preguntó en voz baja.

-La última línea de la carta es lo que está mal, Harry-.

Harry parpadeó, sin recordar lo que había escrito: -¿Qué quieres decir?-.

-Bueno, tres líneas. Decía: "Nunca ha habido nadie más que tú para mí. Bueno, quizás tu hijo, pero sólo porque me recordaba a ti. Él tampoco me querría nunca, parece que nadie lo hará". ¿Qué querías decir con eso?- preguntó Draco entrecortadamente.

El rostro de Harry adoptó una expresión de angustia mientras se sentaba pesadamente junto a su amigo y amante. -Antes de darme cuenta de que era a él a quien quería, creía que estaba enamorado de ti. De hecho, unas cuantas veces, cuando estaba deprimido y estaba convencido de que nunca tendría una oportunidad con él, estuve tentado de rendirme e ir a por ti en su lugar-.

-Entonces, ¿todo este tiempo sólo he sido un sustituto de mi padre, alguien a quien follar que se parece a él hasta que puedas conseguirlo de verdad? O es que como pensabas que no podías tenerlo, te conformaste con la siguiente mejor opción?- Preguntó Draco enfadado y con voz dolida.

-¡No, NO! ¡Nunca fuiste un sustituto, Drake! Yo sí te quiero, pero tú no sabes lo que es estar enamorado de alguien que no puedes tener-, dijo Harry en voz baja, abatido.

Draco levantó la vista con los ojos llenos de dolor: -Sí, lo sé-.

El chico de ojos verdes parpadeó, y entonces se dio cuenta. Sabía que Draco le quería. Diablos, había tenido una idea bastante clara de que Draco tenía fuertes sentimientos por él, pero nunca había tenido pruebas, ni Draco le había dicho nada. El rubio había dicho ese mismo día que si Harry pudiera amarlo, estaría más que feliz de estar con él, pero Harry nunca había asumido que su mejor amigo estuviera enamorado de él.

Las lágrimas llenaron sus ojos mientras Harry asimilaba todo, -Dioses, Draco, nunca lo supe. Lo siento mucho, nunca habría escrito esa carta de haber sabido que te afectaría tanto. Él no tiene por qué saber que fui yo quien la escribió, lo sabes. Estaré contigo si eso es lo que te hace feliz; de todos modos, nunca tendré una oportunidad con él-.

La cabeza de Draco se levantó bruscamente al oír sus palabras, con el rostro enfadado: -No quiero tu compasión, Potter-.

Harry sintió que se le rompía el corazón ante el dolor y la ira en la voz de Draco. Las lágrimas cayeron libremente por su rostro mientras respondía en un susurro: -Siento mucho haberte hecho pasar por todo esto. Nunca debería haberme mudado aquí, nunca debería haberme acostado contigo y nunca debería haber escrito esa maldita carta. Todo lo que hago es joder las cosas y ahora te he hecho daño, que es algo que nunca quise hacer-.

El rubio negó con la cabeza y suspiró: -Tú no jodes nada, amor. Siento haber perdido los nervios. Sé que no hiciste nada de esto a propósito y no pude evitar enamorarme de ti-. Draco tiró del niño llorón hacia él y lo abrazó, acariciándole el pelo. -Mira, ya se nos ocurrirá algo, ¿vale?-. Harry asintió contra su pecho, -Papá estaba interesado; tú mismo le oíste decirlo. Al menos te escuchará si quieres decirle lo que sientes-.

-Nunca podría hacer eso, Draco-. Susurró Harry entrecortadamente.

-No tienes que hacerlo-, dijo una voz desde la puerta.