UNEXPECTED LOVE

Capítulo 11: Harry's Missing

Harry ha desaparecido - Al día siguiente - La Madriguera.

La tortura comenzó en el momento en que Harry despertó de su inconsciencia. Era la mañana siguiente y se despertó con la sensación de que una manada de hipogrifos había bailado claqué sobre su cabeza. Y dentro de su cráneo. Y por toda la cara. Pero ése no era el peor dolor que le esperaba. Sus "amigos" le tenían reservado algo más. De hecho, estaban sentados allí, observándole tranquilamente desde que empezó a revolverse hasta que sus ojos se abrieron por completo, aunque entrecerrando los ojos y parpadeando la luz difusa.

-¿Qué coño ha pasado y dónde estoy?-, preguntó grogui y trató de llevarse la mano a la nuca, pero la encontró atada al brazo de la silla de madera en la que estaba.

-Se llama intervención, Harry. Estamos aquí para ayudarte-, dijo Hermione amablemente.

Él la miró como si estuviera loca, lo que muy bien podría ser. -¿Qué coño quieres decir con "intervención"? ¿Eso no es para las drogas o el alcohol? ¿Adicciones?-.

-Oh, pero tú sí tienes una adicción, Harry. Sigues insistiendo en que eres gay, lo cual es una mentira descarada y todos lo sabemos. Aunque creo que en realidad estás empezando a convencerte de que es verdad, y estás involucrado en una relación depravada con dos mortífagos que no está bien-, afirmó con naturalidad la bruja de pelo abundante, como si nada de lo que había dicho fuera descabellado.

Su rostro se arrugó con incredulidad y rabia: -¿Quién coño eres tú para decirme lo que soy y lo que no soy? ¿Se te ha ocurrido alguna vez que soy gay y que soy perfectamente feliz con quien me relaciono? Sólo porque no lo apruebes, no lo hace falso, Hermione-.

Hermione se erizó ante sus implicaciones: -Harry, te queremos-. Ignoró el resoplido que salió de su dirección y continuó: -No puedes esperar que creamos que prefieres a los hombres. Quiero decir, ¡de verdad! Eres Harry Potter, Orden de Merlín de Primera Clase. El salvador del mundo mágico. ¡Héroe! Es imposible que te gusten los hombres. Necesitas dar un buen ejemplo a la sociedad y a todos los niños pequeños que te admiran. Tienes que continuar la línea Potter, casarte con una buena chica- Ginny se aseguró de estar a la vista cuando Hermione dijo esto, sonriendo tímidamente, -¡ser normal! No juntarse con dos mortífagos que, y esto lo hace peor, ¡son hombres! Por el amor de Merlín, Harry, ¡piensa en los niños!-.

Harry no pudo evitar soltar una carcajada ante sus palabras, lo que sólo la enfureció más. Piensa en los niños, mi culo, pensó. Le costaba un poco entender por qué los tres le hacían esto, pero supuso que cuanto más los hiciera hablar, más averiguaría por qué estaba allí.

-¿Así que se han encargado de qué? ¿Curarme?-, preguntó incrédulo.

Hermione le sonrió como si acabara de responder a una pregunta especialmente difícil sin necesidad de ayuda o insistencia: -Pues claro que sí, Harry. Te queremos y queremos que te mejores, que seas normal-.

Resopló y puso los ojos en blanco: -¿Normal, eh? En todo caso, ustedes tres no son normales. Quiero decir, ¿secuestrarme y atarme? ¿No crees que hay algo malo en eso?-.

-Diablos, no, era la única forma de ayudarte con tu....problema-, dijo Ron con disgusto, sin duda pensando en las diversas cosas que Harry hacía con los Malfoys, aunque obviamente tratando de no pensar en ello.

-Mi problema-, dijo rotundamente.

-Sí, tu problema-, respondió Hermione.

El Slytherin honorario resopló: -¿Y cómo te propones ayudarme?-.

-Pues con contrahechizos, pociones, encantamientos y rituales, por supuesto-, contestó la sesuda bruja de pelo abundante.

-Sí, entonces podremos estar juntos como siempre hemos querido-, dijo Ginny con aire soñador.