El Perro Rabioso y el Hombre Tigre ( Ship AkuAtsu)

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La vida de Dazai era simple y sencilla. Trabajar aquí, holgazanear por allá, molestar a Kunikida antes de la merienda, e intentar un nuevo método de suicidio antes de dormir. Muchas veces no tenía nada que hacer y prefería pasear por las calles de la ciudad, con el pretexto de estar "patrullando", aunque los detectives no tienen ninguna necesidad de patrullar. Aquel día era igual, y caminaba con la esperanza de encontrarse con alguna bella señorita antes de la tarde, o bien, alguna oferta en vendajes que pudiera aprovechar.

Con lo que se encontró fue, sin embargo, un adulto más bajo que él y que vestía un sombrero que le parecía ridículo. Dazai suspiró medio molesto al ver que Chuuya estaba ahí, terminando de comprar una botella de licor que hubiera sido perfecta para el nuevo tipo de suicidio en el que estaba pensando (o al menos, para gastarle una broma a Atsushi). No estaba seguro de si se lo quería encontrar, a pesar de que siempre fuese diverido molestarlo, ya ue Cuuya lo irritaba igualmente.

Sin embargo, ya que ya no trabajaban juntos ya no tenía muchas posibilidades de hacerlo, así que pensó que valdría la pena. Se acercó cautelosamente por detrás, y le habló:

- Si bebes mucho envejecerás más rápido - le dijo con tono burlón.

- ¿¡Dazai?! - Chuuya, sorprendido de verlo ahí, por poco dejaba caer la botella recién comprada.

- Ah, aunque eso puede que sea mejor - continuó Dazai -. Ve y compra otras diez botellas, bébetelas y apúrate en morir.

- Maldito, ¿¡buscas pelea!?

- ¿Qué, en medio de la ciudad? Qué estúpido, Chuuya-kun. Solo vine a saludarte.

Ambos sabían que no podían armar un escándalo ahí sin razón, y eso molestó más a Chuuya.

- Ahhh, sí, tienes mucha suerte en ese sentido. Pero la próxima vez que te vea me aseguraré de aplastar tu cráneo. Lárgate antes de que cambie de parecer.

- Cielos, no sabes llevar una broma~ De todas formas, no quiero que Kunikida-kun me regañe de nuevo, así que me iré ya. Pero en serio, deberías tomar leche en vez de vino, a ver si así creces un poco.

- ¡¿QUIERES MORIR, BASTARDO?!

Satisfecho, Dazai se alejó. Ah, qué refrescante. Tal vez debería aprovechar y hacer eso contra Chuuya más seguido. Era totalmente posible aun así que Chuuya simplemente perdiera el control y decidiera que quería pelear en el centro de la ciudad de todos modos, por lo que decidió dejar de fastidiarlo ahí antes de que las cosas se pusieran violentas.

- ¡Oye, tengo algo más que decirte!

- ¡No te escucho~! Ah, esa nube parece un acantilado. Si me tirase de ahí...

- Es sobre el tigre que tienen en su agencia.

Dazai se detuvo. Giró.

- ¿Te refieres a Atsushi-kun?

Qué extraño. La recompensa por él en el mercado negro debería haber expirado hace mucho. ¿Qué querían con él ahora?

- Dile que si empieza a haber problemas con el mocoso de Akutagawa por su culpa, la Port Mafia no dudará en eliminarlo. Y si me emtero de que sólo lo está usando para sacarle información nuestra, yo seré el que lo mate - amenazó Chuuya.

- ¿De qué estás hablando?

Hasta donde sabía, ellos habían establecido cierta enemistad tras el incidente del barco. Tal vez Akutagawa estaba buscándolo activamente para tener una revancha, pues no se imaginaba que Atsushi fuera de ese tipo. Aunque se enfrentaran o se tuvieran rencor, ¿era suficiente como para que Akutagawa desatendiera su trabajo? Además, ¿cómo podría estar Atsushi usándolo? Dudaba de que fuera lo suficientemente perspicaz como para hacer eso si Akutagawa lo odiaba, Atsushi no era de la clase que sabe engañar al enemigo sin tener un plan detallado antes. ¿Qué sería de lo que hablaba Chuuya?