El arcoiris en su mirada.

Prólogo.

Una vez los gritos atormentaban mi cabeza, ¡Dios mío! ¿es que esto nunca acabaría? Suspiré cansada mientras revolvía todas mis cosas hasta encontrar mis audífonos y colocar música a todo volumen, cerré mis ojos y disfrute la melodía, no tenía idea de quién cantaba solía tener música al azar, nunca me aprendía bandas o nombres de artista, si la canción me gustaba era suficiente.

No se cuánto tiempo pasó así hasta que alguien quito uno de mis audífonos, abrí mis ojos y encontré a William, antes de que pudiera decir algo, lo escuché decir.

—Tu mamá te llama, solo que tenías la música tan fuerte que no escuchabas—puse mi ojos en blanco.

—¿Ya terminó la fiesta de gritos?

—Si, baja—dijo antes de irse.

Suspiré y fui hacia la cocina para encontrarme a mí mamá y mi hermana, el ambiente estaba muy tenso y claramente sabía el porque.

—¿Que ocurre mamá?—Dije.

—¿Puedes ayudarme con el almuerzo—Asentí—Gracias.

Lave mis manos, fui hacia el refrigerador y me di cuenta que no tenía idea de que iba a cocinar, me gire y pregunté.

—¿Qué voy a cocinar?

—Lo que sea, igual si lo haces tú será perfecto, como todo lo que haces—Dijo.

—Allison no empecemos—Dije poniendo mis ojos en blanco.

Fue en ese momento cuando Allison mi hermana tiro al suelo todo lo que estaba en la isla de la cocina, empezó a tirar cosas hacia todos lados.

—Pero ¿Qué demonios haces?—chillo mi madre.

Y empezó otra vez la fiestas de gritos,odiaba cada vez que eso sucedía escuchar los reclamos de mi hermana, los gritos de mi madre, las opiniones de William, simplemente me agotaban, suspiré cansada y volví a encerrarme en mi habitación, y así era mi vida o eso fue hasta que él apareció.

Dicen que hay personas que te dan todo, cambian tu manera de ver la vida, yo comprobé que si, hay personas que te sacan de tu oscuridad y te permiten ver más allá.

Te pueden mostrar un jardín floreado, con un cielo estrellado donde cada estrella es un deseo.