Cierta pareja de rubios se encontraba en su nueva casa rodeados de cajas con distintos etiquetados que se hayaban desparramadas por todo el lugar. Algo bastante normal si acababan de mudarse. Armin Arlert y Annie Leonhardt llevaban saliendo desde el último año de preparatoria y finalmente él le propuso matrimonio a su primer amor apenas ambos se habían graduado de la Universidad. Ella, por supuesto, aceptó sin pensarlo dos veces. Acababan de comprar una casa ni muy grande ni muy pequeña en el centro de la ciudad, cerca del lugar donde Armin trabajaba. La vivienda era de dos pisos y contaba con un diseño bastante moderno.
Annie se encontraba en la sala de estar tratando de encontrar, entre tantas cajas, aquella en la que se suponía debían estar los utensilios de cocina. Los sonidos de su estómago rogando por cualquier tipo de alimento ya se hacían escuchar. Por su parte Armin se encontraba en el piso superior, en la habitación donde sería el cuarto que ambos compartirían. Logró encontrar a duras penas la caja donde se encontraban sus libros favoritos, libros que ignoró al instante al ver lo que decía el etiquetado en la caja detrás de esa: fotos.
— ¡Annie! — llamó a su ahora esposa elevando un poco la voz para ser escuchado logrando su objetivo
— ¿Qué pasa? ¿Hay algo que no encuentras? — supuso entonces la rubia que ese sería el problema apoyada en el umbral de la puerta una vez había subido
— Mira esto — Armin le mostraba lo que parecía ser un álbum de fotografías con sus ojos azules resplandeciendo desde detrás de los cristales de sus lentes. Sus ojos más la sonrisa que ahora tenía demostraban la felicidad que sintió al haber encontrado aquel álbum
La curiosidad en Annie aumentaba a cada segundo juntando sus cejas acercándose para agarrar el libro de imágenes en sus manos. Al instante su rostro imitó a la perfección la anterior expresión del rubio poniendo una igual.
— Son fotos de la preparatoria — dijo ella mientras sus delgados dedos hojeaban las páginas
— Si, pero no cualquier foto, son las de aquel día — pronunció el ojiazul levantándose para abrazar a su pareja por la espalda y dejarle, en esa posición, un beso en su mejilla mientras ambos contemplaban las imágenes recordando el día en que las mismas fueron tomadas
▼△▼△Flashback▼△▼△
— Eren, ¿en verdad tengo que ir? — pregunta un chico rubio de ojos azules con lentes y apariencia algo débil, como si le suplicara a su mejor amigo que no lo arrastrase a aquella reunión
— ¿Por qué nunca quieres ir a ese tipo de reuniones? — fue la respuesta/pregunta del castaño de ojos verdes — tampoco es que sea una fiesta, solo vamos a encontrarnos todos en casa de Reiner a pasar el rato —
— Sabes que no soy bueno socializando — un largo suspiro salió tras esas palabras del ojiazul. Discutían sobre ir o no pero aún así, ya estaban a tan solo unas cinco cuadras del lugar
— Con más razón. Siempre estás solo conmigo y con Mikasa. Necesitas hacer más amigos —
— Pero… —
— Además — lo interrumpió el castaño — ella estará ahí — ahora el de ojos verdes portaba en su rostro una sonrisa maliciosa al tiempo que subía y bajaba sus cejas repetidas veces haciendo sonrojar a su amigo
— Eren deja de molestar a Armin — una tercera persona se hizo notar. Era una chica gótica de cabello oscuro — de igual forma ya estamos aquí — agrega Mikasa abrazando el brazo de su novio, Eren, haciéndoles notar a los dos chicos que ya estaban frente a la casa
Armin suspira una vez más ya rendido, ahora habían llegado y no había escapatoria. El castaño toca el timbre unas dos veces hasta ver como un rubio alto y bastante fornido sale a recibirlos. La casa se encontraba bastante silenciosa, a fin de cuentas Eren tenía razón, esa no era una fiesta sino solo una reunión de amigos.
— ¡Chicos! Pensé que ya no vendrían — saluda Reiner haciéndose a un lado para dejarlos pasar — todos ya están aquí —Era cierto, el trío de amigos pudo comprobarlo al ingresar. En los muebles de la sala todos estaban perfectamente acomodados. Christa e Ymir se encontraban sentadas en el cómodo sofá de tres plazas, Armin supuso que el puesto vacío pertenecía a Reiner y en efecto tenía razón, una vez dentro el musculoso chico regresó a su asiento quedando Christa en medio de Ymir y él. Los dos sillones frente al sofá eran ocupados por Sasha y Connie. Jean y Bertholdt se encontraban sentados en sillas, al parecer traídas del comedor, a cada lado del sofá y en el suelo cierta chica rockera de cabello rubio y ojos azules claro. Al verla el sonrojo en el rostro de Armin fue casi instantáneo obligándose a si mismo a desviar la mirada para no ser descubierto.
— Chicos pueden sentarse donde gusten — ofreció Bertholdt
— Osea que podemos sentarnos en cualquier parte que nos guste del suelo no? — bromeó Eren al ver que no quedaban asientos disponibles
— Mikasa puede tomar mi lugar — se ofreció Connie sentándose en el suelo apoyando la espalda en las piernas de su mejor amiga, Sasha
— Gracias — agradeció la azabache a punto de tomar el lugar cuando Eren se le adelantó sentándose primero haciendo que ella se sentase en sus piernas
— Oigan ustedes dos — habló Jean dirigiéndose a la pareja — ¿Qué creen que hacen frente a todo el mundo? — pregunta indignado
— No seas envidioso porque yo tengo novia y tú no — responde burlón Eren haciendo enojar a quien había protestado — además no estamos haciendo nada, solo no quiero sentarme en el suelo
Ciertamente ese era un lujo que solo él y Mikasa podían darse al ser la única pareja en el grupo. A Armin no le quedó más remedio que sentarse en el suelo, justo al lado de Annie quien solo lo vió de reojo.
— ¿Como llegaron nuevos la ronda anterior se anula cierto? — pregunta Annie dirigiéndose a Reiner ya que él había sido el de la idea de jugar verdad o reto
— ¿Annie, no quieres cumplir tu reto? — interroga una curiosa Sasha
— La verdad es que no — responde la rubia totalmente calmada viendo a Reiner como incitándolo a que le responda
— Solo esta vez porque es cierto que llegaron Eren y compañía, pero ya conoces las reglas — suspiró el dueño de la casa dirigiéndole una mirada apenada a Bertholdt quien se notaba cabizbajo desde el momento en que Annie le había respondido a Sasha
— ¿A qué jugaban? — pregunta un curioso ojiazul
Cualquiera podía sentir el ambiente tan tenso que reinaba en aquella habitación, sobre todo proveniente de cierta rubia a su lado y cualquier cosa que tuviese que ver con ella, a él le importaba. A fin de cuentas, era la chica de la que llevaba enamorado desde la primera vez que la vió caminando con su guitarra por los pasillos de la escuela.
— Verdad o reto — respondió Connie sacando al rubio de sus pensamientos
— Y alguien fue rechazado otra vez — dijo burlona Sasha, nadie le protestó debido a su comentario, todos sabían que esa era su forma de bromear y que lo hacía sin maldad alguna
— El ambiente está algo tenso — habló Eren
— Les explico — interrumpió Reiner dispuesto a dar la explicación que todos querían saber — a Annie le tocaba reto y la reté a besar a Bertholdt, como pueden ver se opuso pero ya que ustedes llegaron podemos reiniciar el juego —
El corazón de Armin sintió un alivio inmenso al escuchar que su primer amor no deseaba cumplir aquel reto que, con seguridad, destruiría su pobre corazoncito en miles de pedazos si debía presenciar una escena así. Pero algo lo llenaba de curiosidad y era el inmenso rechazo que la rubia de ojos azules mostraba por el pelinegro, y como si el destino estuviese de su parte, las respuestas llegaron gracias a una pregunta de Hoover.
— Annie — dijo captando la atención de la chica y por consiguiente de todos en la habitación — ¿por qué me odias? —
— No te odio, pero me desesperas, no te acabas de meter en la cabeza que no estoy interesada en ti — se pudieron escuchar los “uuuh” a coro que acababan de soltar Connie y Sasha — cuando una chica dice que no es que no, además ya me gusta alguien
— ¡No puede ser! — opinó un incrédulo Eren haciendo sobresaltar a Mikasa. Annie se caracterizaba por su actitud fría, no le cabía en la cabeza que estuviera enamorada, tal vez solo era una excusa
— Gracias por la información Annie — rió Connie casi a carcajadas — ya tengo que pregunta hacerte cuando llegue mi turno —
Annie no opinó nada en respuesta, solo se limitó a observar de reojo al chico sentado a su lado. Frunció el ceño algo confundida al notar que el semblante de este era algo cabizbajo, como si estuviera triste.
— Típico — pensó — el chico inteligente para todo menos para darse cuenta de que le gusta a alguien, y mucho menos que ese alguien está sentada justo a su lado —
— Bien — la voz de Jean interrumpió sus pensamientos — es mi turno así que — observó a Eren de forma maliciosa y Eren le devolvió la mirada de igual forma. El castaño sabía que seguramente le preguntaría o haría hacer algo vergonzoso pero no, Jean tenía algo más en mente — Mikasa — habló una vez más Kirschtein poniendo a Eren en alerta ante la mención del nombre de su novia — ¿verdad o reto?
— Reto — no tardó ni un segundo en contestar, así era ella. Lo que sea que el chico le mandase a hacer ella lo haría
— Dale una bofetada a Eren —
— ¡Idiota! — el de ojos verdes se hubiese levantado a golpearlo de no ser por el peso de Mikasa sobre él y que encima lo estuviese sujetando
— Tenías razón, tengo envidia así que al menos déjame molestarte. Debo agregar que el que no cumpla no tiene permitido seguir jugando —
— ¡Te voy a matar Jean! — el castaño seguía forcejeando para levantarse siendo regañado por Mikasa
— Eren cálmate —
— No —
Por supuesto que tan impulsivo como era él no iba a quedarse quieto solo porque se lo dijeran. Lo siguiente que resonó en toda la habitación fue el sonido sordo de la mano de Mikasa impactando contra la mejilla de Jaeger, lo suficientemente fuerte como para que este voltease el rostro ante el golpe sobándose la mejilla.
— Dos pájaros de un tiro, cumplí el reto de Jean y de paso te calmas —
La respuesta de Eren se limitó a un pequeño “tsk”, solo él se atrevía a contradecir a Ackerman y esas eran las consecuencias. Jean sonreía victorioso por lo lograr su cometido mientras el resto reía por lo bajo.
— Después de este desafortunado incidente, es mi turno — habló Connie frotando sus manos observando a todos en la habitación — Reiner, verdad o reto? —
— Reto — respondió sin dudar. Siendo Connie seguro se trataba de una estupidez y vaya que tenía razón. Una que no le agradaría en lo más mínimo
— Besa a Ymir —
Sasha reía a carcajadas chocando los cinco con su amigo como si todo hubiese sido un plan de ambos.
— Malditos — gruñó Braun — ya que ambos piensan igual a partir de ahora tendrán el mismo turno
— No me molesta — respondió Sasha haciendo que sus fuertes carcajadas resonaran en todo el lugar
— Si me besas estás muerto — habla una molesta Ymir cruzándose de brazos
— Como si me hiciera gracia hacerlo — espetó él — no dijeron donde era así que puedo besarte en la mejilla y ya
— Tienes tres segundos — dijo la morena mientras cambiaba de lugar con una divertida Christa
Los tres segundos fueron demasiado cortos, Reiner besó su mejilla por menos tiempo que eso como si la misma fuese venenosa. Ninguno de los dos implicados se soportaba y ese era el chiste para el dúo de amigos idiotas, hacer que se odiasen aún más.
— Mi turno — Ymir se limpiaba la mejilla con sus manos al tiempo que le lanzaba una mirada asesina a Connie y Sasha
— ¿Verdad o reto Connie? —
— Reto — respondió desafiante el pelón
— Besa a Sasha —
— Uh? No pienso hacerlo. Es como mi hermana — se negó el de cabello gris
— Si no lo haces no podrás jugar más — apoyó Reiner como su venganza
— ¿Sasha? — Springer veía a su amiga como esperando su opinión, si ella se negaba aunque no pudiesen jugar más, él no iba a besarla
— No tengo problema — la castaña se encogió de hombros acercándose a su amigo hasta juntar ambos labios dándole un pico
— Uhg, no puede ser que se lo hayan dado tan fácil — protestó una enojada Ymir
— Sabemos que es solo por un juego, nos tenemos confianza así que eso nos da igual — rió el chico con aires de triunfo regresando a su posición anterior
— Bueno dejemos ya a este par de tontos — protestó Eren — Armin, ¿verdad o reto? —
Todos se sorprendieron un poco, a fin de cuentas ellos eran amigos y se supone que lo sepan todo el uno del otro así que, lo más probable es que el castaño quisiera hacer que su amigo cumpliese algún reto.
— E-emm… ¿reto? — respondió algo nervioso Armin, aunque sonó más a pregunta que a respuesta pero fue suficiente para que Eren colocara en su rostro una sonrisa pícara haciendo al rubio tragar grueso
— Besa a Annie —
Si, al parecer era el día en que todos los retos consistían en besar a otra persona.
— ¿¡E-eh!? — si existiera algo en el mundo más rojo que un tomate, ese era el rostro de Armin en ese preciso instante.
Los latidos del corazón del nerd se había disparado tanto que pensó explotaría viendo la sonrisa triunfal de Eren seguida de algunas carcajadas. Su vista viajó a la chica a su lado la cual tenía la mirada centrada en la nada misma con sus ojos abiertos de par en par. Pero eso no fue lo que más llamó la atención de Armin, sino que al parecer, ella también estaba sonrojada. Tal vez no de la misma forma que él pero lo estaba. Las carcajadas de Reiner hicieron a todos posar la vista sobre él.
— Venga ya, es imposible que Annie acepte besar a un nerd como él —
— Creo que la decisión no es tuya — respondió un muy molesto Eren en defensa de su mejor amigo
El comentario de Reiner había sido un golpe directo a la autoestima de Armin el cual no tardó en menospreciarse a si mismo internamente. Siempre le hacían bulling llamándolo nerd, era antisocial y con un amor propio casi inexistente. Su semblante cayó al instante logrando hablar finalmente.
— Yo… no lo haré — dijo en un tono de voz bajo pero no lo suficiente como para no ser escuchado
— Wow! No esperaba que quien rechazase ese reto fueses tú Armin — habló una vez más un muy sorprendido Reiner — pero ya sabes las reglas
— Si — respondió el rubio poniéndose de pie — no podré jugar más así que me largo
Y así se fue corriendo ignorando los llamados de Eren dejando a todos sorprendidos. Reiner rió por lo bajo mientras Annie se sintió decepcionada. A ella no le hubiera molestado en lo más mínimo tener que besarlo, más bien todo lo contrario.
— Reiner te has pasado. Sabes bien que Armin no tiene mucha moral y tus palabras le afectaron más de lo que crees imbécil — protestó Eren echando humo por las orejas
— Tal vez se pasó pero piénsalo un poco Eren — habló Bertholdt dispuesto a dar su opinión del asunto — era imposible que una chica como Annie aceptara besar a un perdedor como él
— Ese no es tu problema — esta vez fue Mikasa quien habló para defender a su amigo — no seas patético, solo estás dolido por los constantes rechazos
— Tienes razón — habló por primera vez Annie haciendo que todos se pregunten a quien le daba la razón — Mikasa tiene razón, Bertholdt. No tenían derecho a hablar así cuando yo ni siquiera había dicho lo que quería hacer — colocándose de pie les dedicó la mirada más fría que pudo a Reiner y Bertholdt — para conocimiento de ambos, yo si quería besarlo. Cuando dije que me gustaba alguien adivinen quien era. No lo subestimen par de idiotas buenos para nada, ahora si me disculpan, iré a luchar por mi primer beso — y con eso salió de aquella casa dejando a todos atónitos y muy felices a Eren y Mikasa al saber que el amor de su mejor amigo, era correspondido
Annie salió en busca del rubio lo más rápido que pudo pero ya no había ni rastro de él. Se tomó algunos minutos para pensar a donde había podido ir, lo único que le venía a la mente era el parque que se encontraba cerca de la parada de autobús. Sin pensarlo dos veces se dirigió a aquel lugar a toda prisa no tardando en llegar ni 15 minutos, también ayudaba bastante el hecho de que había ido corriendo. Ella tenía razón, Armin estaba allí, sentado en una banca debajo de una farola con la mirada clavada en el suelo. Si tuviese visión de rayos láser ya hubiera abierto un agujero en él.
— Armin —
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⊱⋅ 𝙾𝚗𝚎 𝚂𝚑𝚘𝚝𝚜 - [𝙰𝚛𝚞𝙰𝚗𝚒]
Fanfiction┈━═☆ Historiɑs sobre lɑ mάs hermosɑ y cɑnon,, de principio ɑ fin,, entre todɑs lɑs pɑrejɑs de shingeki no kyojin.