Capítulo XVI

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Narra Sebastián:

El niño levantó su cabeza y me observó con un odio marcado en la cara.

Ciel: No me gusta que la gente me mire, ya lo sabes.

Yo: ¿Y qué si te miran?

Me senté junto a él para poder rascar su cabeza, mientras su enorme ojo azul me obcervaba con una expresión vacía.

Yo: Si te sientes realmente incómodo, podemos volver y quedarnos aquí hasta al fin de semana.

Tras unos segundos de silencio, él lanzó un suspiro para finalmente sentarse en la cama.

Ciel: Bueno, vamos.

~○~

Nos encontrábamos caminado por los mercados de Cameden, el pequeño azulino estaba maravillado por la cantidad de colores y olores del lugar... Mientras yo solo miraba al niño con cierto... No se, creo que afectó.
Camden se caracteriza por tener excelentes sitios de comida, pero Ciel aún no se había decidido por lo que quería comer, según  él, quiere un poco de todo, ya que el olor llama su atención. Claro, venden más que solo comida... Ropa, artesanías, baratijas, libros... Siendo estos últimos lo que más atraía el niño.
Mientras dábamos aquel paseo, Ciel subía por hasta algunas estatuas para verlas, caminaba de un lado al otro, se quedaba concentrado viendo alguna cosa... Se veía como tendría  que estar todos los días. A veces tosía, o se quejaba de algún ardor, pero al rato se le olvidaba.
Llego un momento en el que, simplemente, se quede viendo a una dirección.

Yo: ¿Que mira?

Él apunto con su dedo índice a una dirección.

Ciel: ¿Esa es mi tía Ann?

Obcerve a la mujer de rojos cabellos charlando con uno de los vendedores, a pocos metros de donde estábamos. 
Ciel camino hasta ella, quien todavía no se percató de la presencia del menor,  se posó a su espalda, y con apenas las yemas de sus dedos, tocó la cintura de la dama mientras dio un grito.

Ciel: ¡¿Que haces aquí?!

La mujer dio un sobresalto, hasta que volteó para encontrarse con el pequeño.

Madame: ¡Cariño! ¿Que haces aquí?

Abrazo al niño mientras le deba un par de besos en la cabeza.

Ciel: ¡Ya~! Sin tanto contacto... Suéltame.

La mujer le hizo caso, luego llevó su mirada a mi.

Madame: Realmente me sorprendes, Sebastián.

Yo: Es un gusto volver a verla.

Ciel: Y... ¿Que te trae? Pensé que tendrías que trabajar.

Madame: Me dieron el día libre, y bueno, a una amiga fue quien se le ocurrió en realidad el venir.

Ciel: ¿Una amiga?

Madame: Si, justo la que está en ese negocio.

Ambos miramos hacia la dirección que nos apuntaba... Y en el momento en el que  lo vi, mi piel se puso tan pálida como si de un muerto de tratara... Pero no fue nada comparado a lo que sentí cuando él me vio a mi.

Grell: ¡O por Dios! Pero si es mi hombre

Salto hacia mi para abrazarme, pero yo di unos pasos a la derecha para que él siguiera de largo y terminara con la cara estampada en el suelo. Pero, de inmediato, se puso de pie y volvió hasta mi lado.

》THE SICK  BOY《  Black Butler {Sebaciel}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora