Narrador omnisciente:
Vincent: ¿Traer a unas personas a la mansión?
El amo de la casa estaba sentado en su silla de la oficina, con un escritorio separando su distancia de la del mayordomo y el cuidador de su hijo.
Tanaka: El señor Michaelis cree que podría ayudar a la comunicación y la confianza del señorito Ciel.
El hombre de cabellos azules se estiró, la idea le disgustaba un poco.
Vincent: No estoy seguro ¿Son de fiar estas personas?
Sebastián: Son amigos míos, muy cercanos... Ya están al tanto de los cuidados y las medidas que deben de tener con Ciel, y le juro que no son personas de malas intenciones. Y es preferible que ellos vengan a que nos reunamos en algún lugar al que lleve a Ciel o que vaya a mi casa, aquí estarían bajo la vigilancia de los sirvientes y Ciel estaría en un lugar cómodo al que ya conoce.
El conde sabía que era cierto, su hijo estaría más cómodo en su casa, pero aún así, era estar con gente desconocida... Y sabía que aún le avergonzaba su cuerpo, era probable que también se sintiera incómodo. Pero nadie lo negaría, desde su llegada, Sebastián estaba cambiando la vida y los malos hábitos de Ciel, alejando sus sombras y haciéndolo vivir cada día un poco más... Desde que llegó, lo único que él a estado haciendo fue interponerse y estar en desacuerdo con todas las decisiones que el azabache tomara, pero todas eran efectivas, por una vez en su vida, estaría de acuerdo con él.
Vincent: ¿Nombre de estos individuos?
Sebastián sonrió como si fuese un felino, la aprobación ya la tenia, solo debía de esperar que le dieran la fecha para traer a su tropa.
*Tres días después*
Narra Ciel:
Estaba sentado en la cama, tenia en mis manos un libro de matemáticas. Pensar en estudios y todo lo relacionado a un colegio solo trae a mi los sucesos de Weston College que pase hace poco con Sebastián... Sebastián, es solo un simple cuidador, un hombre al que le pagan por mantenerme vivo ¿Que necesidad tenia de encariñarme con él? Él debe de creer que soy tan desagradable como lo piensa el resto... ¡Y yo lo besé! Dios, los sucesos del hotel vinieron a mi cabeza otra vez, besé a mi cuidador, a un hombre mayor... Y peor aún, tuve un sueño bastante... Sacado... con él.
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Deje el libro en la mesa de luz, tome la almohada que se encontraba a mi lado, la llevé a mi rostro presionado con fuerza, entonces comencé a gritar y a patalear de la vergüenza que me dio ese recuerdo. Pasado unos segundos, dejé la almohada en el lugar de antes, volvió mi perfil neutral y desinteresado, tomé otra vez mi libro de matemáticas y traté de evitar cualquier tipo de pensamiento que saliera de mi tarea, pero era muy difícil. Una parte de mí deseaba que no fuera cierto lo que creía de él, se esforzó por hacerme feliz, después de todo... Si eso no significa que me quiere, no se que es.
Oi mi puerta ser golpeada, cinco golpes elegantes, fuertes pero no ruidosos, haciando un ritmo en sintonía. Sebastián.Yo: Pasa de una vez...
Al abrir la puerta, el primero en entrar fue mi perro, quien se subió a la cama y se acostó en mis pies. Después se adentraron los cabellos azabache de mi cuidador.
Sebastián: Buenos días.
Yo: Hola..
Termino de entrar, cerrando la puerta en su espalda.
Sebastián: Tienes que saber que... Hace unos días pedí permiso a tu padre para traer a unas personas que me gustaría que conocieras.
¿Quiere que conozca a unas personas? Tender que hablar con mi padre, porque nadie me dijo que Sebastián y yo teníamos algún tipo de "compromiso"... ¿En qué mundo le presentas a tus conocidos las personas con las que trabajas? Todo esto es muy raro. De cualquier manera, mi padre seguro dijo que no... Así que, no me preocupo.
Sebastián: Y él me dijo que si...
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.Espera ¿Que?
Sebastián: Por lo que decidí traerlos hoy.
Inmediatamente, deje el libro a mi costado, lo observé con asombro y susto a la vez, y por su expresión al verme, creo que mi espanto era cada vez más obvio.
Yo: ¿Porque me haces esto Sebastián?
Él parecía confundido, y en parte entiendo, su única intención era ayudarme, seguro no esperaba esa reacción mía.
Me tumbé en la cama para luego taparme por completo, cubriendo hasta mi cabeza con las colchas blancas.Yo: No quiero... Soy espantoso. Diles que se vayan...
Senti un cuerpo tumbarse junto a mí en el colchón, un brazo rodeo mi cuerpo mientras ponía su cabeza en mi pecho.
Sebastián: No digas esas estupideces... Eres un niño maravilloso, si, un poco malcriado y un tanto arrogante...
Su tono de voz se hizo más irónico, sus dedos comenzaron a juguetear en mi estómago haciéndome cosquillas, inevitablemente comencé a reír.
Sebastián: Y bastante fastidioso en ocasiones, con un carácter un tanto infumable, o, por supuesto, con esa personalidad de "lo se todo". Pero no eres alguien espantoso.
Destape mi cabeza para que nuestros ojos volvieran a encontrarse... Bueno, mi ojo descubierto y los dos suyos. Yo con una pequeña sonrisa dibujada en mis finos labios, pero eso era por el efecto de las cosquillas.
Yo: Gracias...
Sebastián: ¿Porque? Lo que dije es cierto.
Él se levantó para ponerse de pie nuevamente, yo me reincorpore en la cama, me sentía un poco mejor ahora.
Sebastián: ¿Listo?
Yo: En realidad, no.
Sebastián: Ya se...
Se acercó a la puerta para ir en busca de sus... ¿"amigos"? ¿"conocidos"? No se bien que esperar... Y eso solo hace que me ponga más nervioso.
Esperaba tranquilo, pero en cuanto la puerta se abrió, sentí como si hubiera entrado un huracán
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》THE SICK BOY《 Black Butler {Sebaciel}
AléatoireLa familia Phantomhive estaba desesperada buscando una ayuda para su pequeño hijo, Ciel Phantomhive. Sebastián buscaba un trabajo luego de haber sido despedido. Ninguno esperaba que sus caminos se enlazaran... Pero en parte, ambos lo necesitaba y ni...