Capítulo 8

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La tranquilidad y la soledad que experimento durante su viaje en solitario le permitió abrir su panorama en cuanto a sus acciones pasadas, por fin pudo quitarse la venda de los ojos que le impedía poder observar las cosas de manera detallada. Ahora mismo trataba de entender el porqué de las cosas, ya no dejarse llevar por los sentimientos negativos que hace dos años atrás predominaban en él. De manera que el odio y el rencor ya no formaban parte de su ser, dejando el pase libre a la comprensibilidad, el sentimiento de camaradería y el cariño. Este último solo hacia ciertas personas, que ahora su nuevo yo, considera parte importante de él y quiere proteger a toda costa.

Es decir, si a sus cortos 12 años cuando apenas comenzaban su camino como shinnobi le pidieran describir a cada uno de los integrantes del equipo 7, te diría que Naruto es un soquete demasiado infantil que no es capaz de tomarse algo en serio si no fuera su estúpido jutsu sexy; Kakashi es un adicto a las novelas eróticas y un impuntual de lo peor, pero cuando la situación lo necesita es un excelente ninja. Pero a su perspectiva el único miembro femenino era una niña mimada demasiado torpe e ingenua para la labor de una kunoichi, en demasía ignorante con respecto a las desgracias que sucedían de día y noche en el mundo, pero a su vez era ella la que calmaba sus actitudes arrogantes, la antipatía de su maestro y la hiperactividad asfixiante de Naruto. Ella era ese punto intermedio que les traía calma a los otros tres individuos.

Antes de que se diera cuenta, tanto Naruto como Sakura se fueron convirtiendo en personas sumamente importantes para él; llegando al grado de que estaría dispuesto a arriesgar la vida propia con tan solo salvarlos o hasta llegar a matar al pobre infeliz que haya tocado a su compañera de equipo. Ya lo hizo una vez y si no fuera porque ella misma lo detuvo, no hubiera tenido compasión.

Y en esta ocasión no pensaba mostrar misericordia...

Sí ahora mismo les hicieran la misma pregunta a sus 19 años sus pensamientos han cambiado totalmente.

Ahora, en su nueva perspectiva, Naruto a pesar de que sigue siendo el mismo torpe de antes, ha sido capaz de demostrar que puede perdonar sin importar que el sujeto en cuestión haya hecho actos inhumanos. Es la personificación del dicho "todos merecen una segunda oportunidad", sin olvidar que también puede usar el cerebro para realizar estrategias a la hora de la batalla; un claro ejemplo es él mismo, siempre vio el lado bueno de él incluso cuando estuvo lo suficientemente cegado por el odio y rencor que en ese momento sentía. Con su maestro no ha cambiado mucho la cosa, sigue leyendo una y otra vez los libros eróticos con los que siempre se le ve en mano, su sentimiento de camaradería sigue presente, anteponiendo el bienestar de sus compañeros sobre la mision. Teniendo en cuenta esto y lo fácil que ha cambiado la perspectiva de muchas cosas (entre ellas la de las personas a las que considera un hogar), se encuentra en una disyuntiva demasiado problemática para él.

No sabía cómo sentirse con respecto a ella, obviamente la perspectiva que tenia de la chica pelirosa fue la que más cambio dejándolo un tanto orgulloso. Aquella chiquilla que se la pasaba detrás de él y que parecía no estar interesada en el trabajo de un ninja, dio paso a la mujer fuerte y valiente que es ahora. Mentiría si dijera que no está asombrado (y altivo) de ella y de todo lo que ha logrado. Aun teniendo cierto estatus después de la guerra que la colocaba como uno de los mejores ninjas médicos, su ambición pedía más.

Hace no más de dos pueblos en los que realizo una parada para suministrarse de las provisiones básicas, escucho de una famosa clínica infantil fundada en Konoha, que se centraba en ayudar a los niños que hayan sido afectados por la guerra (de manera directa o indirecta) y debido a esto, los niños muestren algún tipo de problema mental. Hasta ahí no le tomo demasiada importancia a ese dato, pero antes de que su mente se dispusiera a desechar dicha información el nombre de su compañera de equipo salió a la luz. Desde ese entonces, ha sido consiente de lo mucho que ha logrado en el tiempo en el cual él decidió dejar la aldea.

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