Capítulo 3

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Grita silenciosamente, corazón

Martes, 10 de junio.

Chenle, probablemente, podría catalogar aquel día como uno de los más frustrantes de su vida. Había estudiado lo suficiente para un examen y aun así había contestado solo dos preguntas así que era un reprobado asegurado, también había reprobado otro ramo que ese sí lo entendía porque no había estudiado, pero aun así se sentía frustrado.

Además, había recibido una llamada desde China diciendo que su abuelo estaba enfermo y se sentía preocupado, así que sí, Chenle estaba enojado con todo el mundo, incluso con Jisung que no hacía más que ilusionarlo para luego repetirle una y otra vez que eran mejores amigos.

—¿Estás enojado? —preguntó el menor caminando a un lado de él en completo silencio. Se sentía el ambiente tenso y Chenle asumía toda la culpa, después de todo él había creado eso.

—Solo cansado por todo —terminó contestando con una mueca. Estaba esperando el autobús como todos los días lo hacían y para su desgracia, éste estaba demorando más de lo normal.

—¿Qué sucedió? —su amigo preguntó y Chenle apretó los dientes.

—Nada Jisung, no sucedió nada —respondió. Estaba jodido y definitivamente la presencia de Jisung no ayudaba para nada a su lado porque principalmente estaba en su cabeza todo el día y toda la noche, torturándolo por todo lo que hacían.

Y lo peor de todo era que él había comenzado todo, debía asumir sus consecuencias.

Jisung lo miró por largos segundos y terminó asintiendo mientras hacía un gesto hacia el autobús que se estaba acercando.

—Vamos —contestó haciendo que subiera primero y luego subió el menor.

Chenle sabía muy bien que aquella situación era injusta, después de todo Jisung no había hecho nada contra él –al menos no a propósito–, entonces sabía que el coreano debía estar debatiéndose en su cabeza qué demonios era lo que le estaba sucediendo y aunque a Chenle le hubiera gustado decirle que él no tenía la culpa de nada, sabía que mentía.

El tema de Jisung era casi como un tabú en su cabeza, el rostro y el nombre del menor se repetía como bucle en su mente, una y otra y otra vez. Y no podía hacer nada, no podía culpar a nadie porque él tenía la culpa de todo, definitivamente.

—¿Irás a dormir un rato? —Jisung preguntó cuando llegaron a la casa y Chenle asintió, el menor parecía conocerlo bastante bien cuando se encontraba en aquella situación que sabía que Chenle lo solucionaba durmiendo, al menos así una parte de su mal humor cambiaba un poco. —Está bien, tú duerme y yo avanzaré en algunas tareas... ¿crees que luego me puedas a acompañar a un lugar?

—No lo sé, Jisung —dijo siendo sincero, porque no sabía con qué humor iba a despertar y si iba a estar tratando de aquella manera tan desagradable al menor, prefería no estar a su lado y mucho menos acompañarlo a un lugar que no quería.

—Es para que te relajes un poco —dijo el coreano y Chenle se preguntó por qué era tan bueno, pero tan despiadado a la vez. ¿Por qué, inconscientemente, lo hacía sufrir de aquella manera?

—Está bien —terminó aceptando aún si sus pensamientos eran contradictorios y luego de decir esas dos palabras fue a su habitación, dejándose caer con desgano en la cama y cerrando los ojos, deseando firmemente que todo lo que parecía ir mal en su vida se viera resuelto como por arte de magia.

Las horas parecieron pasar con demasiada rapidez para su gusto y aunque le hubiera gustado soñar con cosas lindas, Park Jisung no dejó de aparecer en sus sueños, convirtiéndolo en una fantasía al decirle una y otra vez cuanto lo amaba y cuanto le gustaba.

Conexión: Nuestra mejor versión ↬ Chensung [NCT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora