Capítulo 9

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Sal de mi cabeza

Sábado, 13 de septiembre.

Un día había pasado y sorprendentemente, su decisión seguía siendo la misma; alejar a Park Jisung lo más que pudiera de su miserable vida aún si su sufrimiento era lamentable, pero su queridísimo primer y fatídico amor no tenía los mismos planes, porque parecía haberse arrepentido de lo sucedido a las horas.

Al segundo día pensó que debía hacer algo para intentar sacarlo de su mente, porque muy diferente era a no quererlo cerca a que no dejara su cabeza por un maldito instante y es que Park Jisung se había apoderado de todo su ser.

Y le hubiera gustado decir que las palabras dichas por Jisung y el rechazo evidente habían hecho que sus sentimientos se detuvieran, pero no. La llama parecía avivar cada vez más, su amor volviéndose cada vez más imposible y difícil.

Nunca pensó que en algún momento Jisung se iría de su lado –aún si él lo corrió a gritos de su casa–, habían sido inseparables desde el primer momento en que se habían conocido. Chenle desde el primer momento en que lo vio, le había entregado su alma, corazón y espíritu en bandeja de plata. Le entregó todo, incluso sus pensamientos y lágrimas.

Lo siguió desde siempre –aún si Jisung era el que siempre obedecía a sus tontas ideas–, Chenle estaba seguro de que podría cruzar un lago lleno de tiburones, una selva repleta de serpientes y un camino lleno de clavos si es que Jisung se lo pidiera. Y lo hizo, a su manera, pero lo hizo. Fue hacia Jisung, corrió hacia el menor, voló hacia el amor de su vida y luego... cayó. Cayó profundamente por él. Estaba en un hoyo desierto, oscuro y tenebroso.

Nada había sido suficiente, no logró enamorarlo ni mucho menos dejar que se quedara a su lado. Y se sentía morir al saber que Jisung ya no estaría a su lado, el dolor que sentía era desgarrador, pero su corazón arrogante no quería aceptarlo. No quería admitir que estaba roto, destrozado en mil pedazos.

Al tercer día, se preguntó cuánto tiempo Jisung seguiría insistiendo en que debían hablar y volver a ser mejores amigos. Él no quería hacerlo; no quería volver a la misma mierda que lo había llevado hasta ese punto. Quedarse bajo sus mantas no lo ayudaría para nada a su estado deprimido y escuchar como Renjun le gritaba a Hendery tampoco lo ayudaba, entonces salió de la habitación, encontrándose con Renjun y su semblante enojado.

—Ya iba a entrar a tu cuarto a sacarte de tus cabellos —dijo su amigo con el cabello mojado, probablemente listo para salir con sus novios. —¿Sabías que Hendery me había sacado mi chaqueta? ¡Y yo buscándola por todos lados!

—Igual debe quedarle pequeña —respondió con la garganta seca haciendo que Renjun arrugara aún más su nariz, enviándole una mirada asesina.

—¿Y tú cómo estás? —Chenle sabía que había preferido cambiar de tema antes que pegarle a su amigo deprimido. —Preparé comida, deberías alimentarte mejor estos días. ¿Está bien si te dejo solo por unos momentos? Igual están Hendery y Xiaojun, pero no sé cual de los dos es peor.

—No me tiraré de las escaleras si es lo que piensas —dijo. Renjun alzó las cejas por tal respuesta y Chenle prefirió ofrecerle una sonrisa que no llegaba a sus ojos. —Ve tranquilo, Renjun. Solo sufro por mi primer amor no correspondido, el dolor pasará ¿verdad? Tú pasaste por eso, ahora estás feliz. Seré feliz de nuevo, aún si no es al lado de Jisung.

—Lo sé, eres fuerte, Chenle —Renjun suspiró, acariciando el cabello de su amigo hasta que el timbre sonó por la enorme casa haciendo que ambos se miraran. —Suerte con eso, amigo. Parece ser que Jisung no quiere rendirse esta vez.

Conexión: Nuestra mejor versión ↬ Chensung [NCT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora