Demasiado lejos.

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Vegeta había bebido mucho habían pasado días sin saber de Bulma y en ese tiempo no había ido a trabajar, estaba ebrio y obviamente Milk no perdió la oportunidad de metersele hasta llegar a la cama. Pensó que ya era suficiente y una mañana se levantó, se bañó y se alistó para ir al trabajo, pero antes miró hacia su cama y la vio acostada, dormida en un profundo sueño con una leve sonrisa, pero no era ella, no era su esposa, era Milk, quien se había acostado con él por despecho. Ya no sabía que pensar, así que prefirió irse a la oficina.

Por otro lado Bulma no había tenido noticias de Vegeta y al ver que no la había buscado decidió continuar con su vida.

-¿Cómo te sientes?-

-Creo que bien.- suspiró. –Tengo que estar bien, ¿no?-

-Creo que ya es tiempo, tal vez no arregles nada pero ¿no crees que por lo menos debería saberlo?-

-Algún día se dará cuenta, ya no me interesa, me dejó muy claro a quien prefiere.-

-Bulma no hables así, dejamos las cámaras instaladas y aún siguen grabando, tienes las pruebas.-

-Pero de qué me sirven las pruebas ahora Mai, Vegeta no me ha buscado y yo no lo haré, no llevamos ni medio año de casados ​​y... En la universidad era tan diferente...-

-No me gusta verte así Bulma, me dejas preocupada, tengo que ir a trabajar y voy a ir hasta la ciudad del Este, no quiero dejarte sola... Bulma, le voy a llamar a Lapis para que se quede aquí contigo.- Bulma asintió. –Bien, cualquier cosa llama a la policía, ellos saben que soy militar y tengo ayuda las 24 horas del día, ¿entendiste?-

-Sí, está bien Mai. Gracias.- se abrazaron, una hora después Mai salió de viaje y no tardaría en llegar Lapis.

Ya en su oficina Kale le avisaba los pendientes a Vegeta. –La reunión de antier se pospuso para la próxima semana a las 14 horas, tiene que revisar las carpetas de presupuestos y... ah sí, recibió un correo con un enlace, solo que era anónimo y está encriptado señor. Eso es todo.-

-¿Un correo?-

-Sí señor, pero no lo pude abrir, me llegó la notificación pero pide una clave que llegará a su celular, además es anónimo.-

-Gracias Kale, ahora mismo no quiero que me interrumpan, no llamadas ni citas, yo te aviso los cambios en la agenda.- Kale asintió y volvió a su escritorio, Vegeta se encerró en su oficina, le llamó mucho la atención el mensaje, así que abrió su correo y en cuestión de segundos recibió una clave, entró al enlace y se abrieron 6 pantallas. Se quedó intrigado con lo que vio. Eran cámaras instaladas en su casa. –Yo nunca instalé esas cámaras...- siguió viendo todo con detalle pero una llamó su atención. -Son grabaciones- miró con asombro la cámara de su recámara. – ¡Pero qué...!- Vegeta salió de su oficina sin dar explicación alguna, llegó a su casa conmocionado. 

-Vegeta ¿Qué haces aquí?-

-Olvide algo nana.- Dijo sin detenerse, se dirigió a su alcoba. Abrió la puerta estruendosamente y la vio, ella quedó ahí, solo que esta vez no cabía en su asombro.

-¿Qué haces con eso Milk?- ella sonrió.

Mientras tanto Bulma hojeaba una carpeta de bienes raíces y compartía un café con Lapis, ya ella le había contado lo que había pasado.

-Te dije que si hubieras sido más inteligente te hubieras casado conmigo...-

-¿ahora quieres que me sienta culpable?- sonrieron.

-Tal vez un poco, si.- Pagó la cuenta de los cafés y salió a caminar por un parque. -¿Qué te dijo Mai que hicieras ahora?-

-Lo mismo que todos los demás, que ya lo hubiera demandado pero no quiero que piense que quiero su dinero, soy más rica que él, así que puedo yo sola.-

-Pero sabes que no estás sola, tienes a tus padres, a tus amigas... a mí.- ella lo miró tiernamente pero desvió el tema. –Entonces, ¿quieres ir a ver ropa?- Sonrió.

Él seguía sin comprender lo que estaba viendo. -¿Qué haces con eso?- volvió a preguntar.

-Yo...- se puso nervioso pero de repente cambió a un estado defensivo. – ¡ÉSTE VESTIDO DEBIÓ SER MÍO!, ¡YO TENÍA QUE HABER SIDO TU ESPOSA VEGETA!-

-¿De qué demonios hablas Milk?, ¡yo no te amo, lo que pasó nunca debió pasar!- se acercó a ella y empezó a desgarrar el vestido. –Quítatelo, ¡AHORA!-

-¡No Vegeta, es mío, yo soy tu esposa, me amas a mí!- empezó a gritar como desesperada. En eso Baba que había escuchado todos los gritos abrió la puerta.

-¿Pero qué demonios están haciendo?- vio que Vegeta quería quitarle el vestido a Milk. – ¡Ya basa Vegeta, suéltala!- pero él siguió. -¡VEGETA!-

-¡Nana, dile que se quite el vestido de mi esposa!- Uranai volteó a Milk y se dio cuenta de lo que pasaba. –Milk, eso no te pertenece, ¿acaso estás loca?- entonces recordó lo que Bulma le había dicho al salir. –La señora tenía razón, deberías estar en un manicomio, ¡ha llegado demasiado lejos todo esto Milk!- se acercó a ella y empezó a quitarle el vestido.

Vegeta, por otro lado, se dirigió hasta un pequeño mueble y buscó la cámara, luego volteó y abrió un cajón, ahí estaban sus cajas con mancuernillas y había una pequeña caja más. La tomó y al abrirla se llevó una gran sorpresa. *FELICIDADES VEGETA. VAS A SER PAPÁ* se leía en un papelito, luego abrió un sobre y sacó una foto. Era el primer ultrasonido de Bulma. – ¡Tengo que encontrarla!- se dirigió a la puerta pero Milk le impidió el paso.

-¡No, tú eres mío, me amas a mí, ella solo fue una ilusión y lo sabes, ella ya te dejó!- lo agarraba de los brazos y se fue tirando al suelo, él también la sostuvo pero solo para quitarla de su camino. La arrojó hacia Baba, quien la detuvo lo más fuerte que pudo. – ¡Vegeta por favor!-

Vegeta se detuvo a ver la triste escena en la puerta, atrás quedó Uranai sosteniendo a una trastornada Milk. –Sácala de aquí, no quiero volver a verla. Dile a Kakaroto que se la lleve.- y salió corriendo.

Uranai Baba aún sostenía a Milk, ella no dejaba de llorar. –No abuela, él me ama y yo a él. ¿Por qué va a buscarla a ella?-

-Porque el amor no puede forzarse Milk, él no te ama y tienes que aprender a vivir con eso.- la sostenía entre sus brazos.–Llegaste demasiado lejos...- le acarició el cabello.

PerdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora