Una no muy grata sorpresa.

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-Milk, llamó Vegeta quiere que prepares algo especial para esta noche y que te vistas formalmente, creo que lo acompañarás en la cena y vendrá alguien con él.- le decía Baba a Milk en la cocina.

-¿Quiere que yo lo acompañe en la cena?- no podía creerlo, eso solo significaba una cosa. Vegeta la quería como su acompañante, -tal vez presuma de mis artes culinarias, ¿qué tal que me va a presentar formalmente?, ¿qué me voy a poner?, ¡tengo que sorprenderlo!-

-Milk, deja de pensar en voz alta hija, mejor date prisa, dime en qué te ayudo y pongamos manos a la obra.- Milk empezó a sacar ollas y otros trastes de diferentes tamaños, buscó los ingredientes y empezó a dar órdenes a Baba de lo que tenía que hacer. – ¡Será una cena inolvidable Vegeta!- terminando de preparar la cena se fue a bañar y a arreglarse lo más que pudo. –"que te vistas formalmente"...- pensó. –¡No hay nada más formal que el negro!- entonces sacó varios atuendos de ese color y se probó uno por uno, hasta que le gustó lo que vio y quedó satisfecha.

-Milk, hija, ¿ya estás lista?- le preguntaba Baba desde el otro lado de la puerta.

-Ya voy abuela- contestó mientras se ponía algo de perfume.

-Milk, Vegeta llegó cuando te metiste a bañar, ya está en la sala, te está esperando...- entonces ella se apresuró a la sala, su recámara estaba pasando un baño y la cocina, salió por un pasillo hacia la sala y lo vio de espaldas. Sonrió nerviosa por lo que fuera a causar en él. Vegeta sonreía, se veía increíblemente guapo. Traje negro, camisa negra, corbata gris Oxford, zapatos relucientes y esa loción tan exquisita, tan solo de verlo ya quería hacerlo suyo.

Cuando escuchó sus pasos él volteó, le sonrió pero al examinarla por completo, levantó una ceja –"No por Kami"...- La tomó del brazo y la dirigió al recibidor. -¿Por qué tardaste tanto?, mis invitados ya están aquí.- la puso a su lado izquierdo, Baba se apresuró a la puerta y recibió con una pequeña reverencia. Milk hizo lo mismo, Vegeta no, el dio un paso al frente dejando a Milk atrás, ella no pudo ver bien la cara de sus invitados.

-Buenas noches joven Ouji.- Milk escuchó la voz de un hombre que al parecer ya estaba entrado en años.

-Profesor, bienvenido.- respondió Vegeta dando un abrazo.

-Buenas noches mi querido Vegeta.- la voz de una mujer, algo chillona.

-Señora mía, bienvenida.- Vegeta besó la mano de la dama.

-Hola... Vegeta.- "¿Qué?, ¿quién se atreve a hablarle así a mi señor Vegeta?", Milk no daba crédito, no era posible que alguien le hablara con tanta familiaridad a su jefe, levantó la mirada y observó. No se había equivocado, un hombre viejo, una mujer poco más alta que el señor y... ¿una chica?

-Bienvenida, mi querida Bulma.- Vegeta le besaba la mano. La recorrió con la mirada. Suave voz, piel blanca, labios carnosos y rosados, ojos azules, cabello turquesa en una coleta alta, enfundada en un vestido blanco que apenas y cubría su trasero, sus pechos casi al aire, aretes, collar y pulseras de plata y diamantes...

-Perdón, olvidé presentarles a Milk.- ella sonrió altiva. –Mi... secretaria- en segundos su sonrisa desapareció. Moría por dentro. –Pero pasen por favor, la cena está lista. Tomó a Bulma del brazo y sutilmente la acompañó. Moría.

-Todo estuvo muy rico, aunque yo le hubiera quitado un poco de sal.- decía Panchy. –Vegeta, si quieres puedo recomendarte un mejor chef, alguien que sepa lo que necesitas con base en un estudio corporal y dietético, querido...-

-Le agradezco mucho señora Briefs, lo tomaré en cuenta.- sonrió y miró a Milk quien levantaba una ceja y le lanzaba una mirada asesina.

-Vegeta- interrumpió el profesor Hakase Briefs. –Hablé con tu padre sobre las firmas, espero tener muy pronto una respuesta, claro, todo conforme a la ley y las cláusulas estipuladas en el contrato.-

PerdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora