Perdón

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Sin saber lo que había pasado Bulma y Lapis seguían saliendo juntos. -Bueno, supongamos que es niña, seguramente le va a encantar el rosa.- dijo mientras ponía un papel en la pared.

-Creo que va a ser niño, mejor compramos esto.- le mostró una cenefa con dinosaurios.

-No me convences, además los dinosaurios ya pasaron de moda...-

-¿De qué hablas Bulma?, yo amaba los dinosaurios cuando era niño.-

-Pues no me gustan, prefiero los robots.- dijo cruzando los brazos. Estaban discutiendo por el diseño de la habitación del bebé. Mientras, en otro lugar sonaba el timbre.

-Vegeta, ¿qué haces aquí?- preguntó Panchy.

- Señora Briefs, necesito ver a Bulma, por favor.-

-¿Y solo así?, ¿después de lo que le hiciste? vete, no eres bienvenido, además ella no está aquí.-

-Sé que está aquí, soy su esposo y nece... no, exijo hablar con ella, no pueden ocultarla.-

Una voz detrás de Panchy interrumpió. –Ella no está aquí, puedes buscarla si quieres, pero si fuera tú la dejaría en paz, ella nos pidió no interferir y no lo haremos. Ahora largo de aquí y deja de buscar a mi hija, maldito Ouji.- Panchy se dio vuelta y su esposo cerró la puerta.

Vegeta no sabía dónde estaba, luego recordó a sus amigas, no podía estar con Mai porque siempre estaba en las oficinas de gobierno, tampoco con Lazuli porque estaba en París y Launch en Egipto pero... -Lazuli tiene un hermano que vive en el centro de la ciudad.- así que fue a su departamento, estuvo tocando la puerta pero nadie abrió, pensó esperar a que apareciera, seguramente Bulma estaría con él.

Pasadas casi 5 horas el elevador se abrió. Vegeta se abalanzó al joven Lapis, lo tomó de los brazos y lo sacudió. -¿Dónde está mi mujer?-

-Suéltame.- Con un ligero movimiento y con toda la calma del mundo le respondió Lapis.

-Dime por favor dónde está.- Dijo un poco más tranquilo. Observaba cómo Lapis abría la puerta pero no lo dejaría irse sin alguna noticia de Bulma. Metió su pie antes de que Lapis cerrara la puerta.

-Ella no está aquí Vegeta, por favor vete y déjala en paz.- frunció las cejas, se estaba molestando.

-¡No me voy a ir y te partiré la cara si es necesario!-

-Tus gritos no me asustan Vegeta. No a mí.- sonrió. Vegeta respiraba con desesperación.

-Ella está embarazada.- trató de calmarse. –No lo sabía, quiso decírmelo y no la dejé hablar, me arrepiento tanto de lo que hice, fui un imbécil.-

-¿Tan difícil fue decirlo?, ¿tan difícil fue elegir a Bulma sobre tu "amiga"?.-

-Ella ya se fue. Ahora lo sé todo.- agachó la mirada. –Por favor, dime dónde está mi esposa.-

-Lo siento, no puedo ayudarte. Mejor vete Vegeta, no vas a sacar nada de aquí.- Cerró la puerta.

Vegeta no tuvo más remedio que regresar a su casa. -Te ayudaré a encontrarla, no porque te lo merezcas, sino porque es mi nieto a quien está esperando.- tomó su vaso de vodka. –Pero sí debo decirte que fuiste un imbécil. Ahora dime, ¿quién instaló esas cámaras?-

-Mai, una amiga de Bulma, gracias a ella Bulma pudo saber lo que hacía Milk, solo que yo no quise creerle hasta que...-

-Mhm... claro, sucedió todo esto.- se levantó de su silla detrás del escritorio. – ¿y qué hay de Milk?-

-Baba dice que estará viviendo en Paoz tomando terapia o algo así, la verdad no me interesa, solo quiero estar con Bulma, quiero verla, tenerla, quiero pedirle perdón.-estaba cabizbajo. –La amo padre.-

PerdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora