Perdón

Volver a empezar

Habían pasado unos días y Mai había vuelto, pronto quedó con Lapis. -Entonces, ¿le vas a dar el anillo?-

-Pues ya no tiene compromiso...- sonrió.

-Eso todavía no lo sabemos con seguridad.-bebió su soda. –No creo que debas aventurarte a algo así de rápido Lapis.-

-Tú la viste Mai, Bulma está como... perdida. Además siempre me ha gustado y... ya no lleva el anillo.-

-Y está embarazada de Vegeta. Lapis, piénsalo, Bulma está peleada ahora con él, pero no significa que ella no lo ame, por algo se casó con él y no contigo. Solo quiero evitarte una decepción amigo, ya la perdiste una vez.-

-Esta vez será diferente Mai. Ya verás.- Lapis fue interrumpido por una llamada. – ¿Hola?..., Bulma, ¿está todo bien?...-estoy con Mai.- la volteó a ver. –Le diré, te vemos en quince minutos.- Colgó. –Vámonos, Bulma quiere vernos.-.

Después de casi dos horas iban Lapis, Mai y Bulma conduciendo por una carretera. -¿Ya vas a decirnos a dónde vamos?- preguntó Mai desde el asiento del copiloto.

-Toma la siguiente salida a la izquierda Lapis.- dijo Bulma. En eso Mai vio un letrero *Paoz*.

-¿Paoz?- Lapis y Mai se miraron y luego volteó hacia Bulma. –Bulma, no deberías...-

-Solo quiero confirmar Mai, además ustedes me protegen, ¿cierto? ¿Qué podría pasar?- ambos siguieron sin decir una palabra, sabían a dónde se dirigían.

Llegaron a un enrejado muy alto, pidieron acceso y entraron. Era un lugar enorme y bien cuidado, se vieron enfermeras y pacientes que caminaban por los extensos jardines, entraron a una sala y Bulma pasó a una habitación después de pedir información.

-Tienes visita.- dijo la enfermera, abrió un poco más la puerta y Bulma se paró debajo del marco.

-Hola Milk.- la enfermera cerró detrás de si la puerta. Milk no levantaba la mirada. –Sé que soy la última persona que esperabas ver aquí.- no había reacción alguna de parte de la morena. –Milk tu...-

-Yo le pido una disculpa.- interrumpió a Bulma, seguía impidiendo su mirada. –Desde niña me enamoré de Vegeta, perdón, del señor Vegeta. Me imaginaba a su lado, como su novia y luego como esposa y creé una obsesión.- Bulma la escuchaba atentamente. –Lo siento señora.- Bulma se acercó hasta donde Milk estaba sentada, se puso frente a ella y luego le acarició el cabello.

-Milk- ella levantó la mirada. Bulma le sonreía. –Milk, prométeme que vas a estar bien.- Milk le regaló una leve sonrisa y asintió. Tocaron la puerta y la enfermera se acerco.

-Perdón por interrumpir, la señorita Ox tiene otra visita pero no puede haber más de dos personas en la sala.- dijo la enfermera.

-De todos modos ya me iba.- La enfermera salió esperando a Bulma. –Milk, cuando salgas de aquí y si quieres regresar serás bienvenida, Vegeta te estima mucho.- ella sonrió.

-Gracias señora, será mejor que no, tal vez vaya al Norte.-

-Lo que sea que decidas solo házmelo saber, ¿bien?-

-Gracias señora Bulma.- Bulma asintió. –¡Bulma!- la detuvo antes de salir. –Es que yo lo busqué, quise aprovecharme de él...-

-Lo sé Milk.-

-No, es que, no pasó nada, la noche que te fuiste yo me metíen su cama, pero te juro que no pasó nada. Él te ama y me lo dejó bien claro.- bajó la mirada.

-Gracias Milk.- Bulma salió de la habitación y la enfermera la guio por el pasillo, al salir de ahí se sorprendió.

-¿Tú?, ¿Tu viniste a ver a Milk?- preguntó con asombro.