Capítulo 08

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El club


SAMAY

Corre corre corre corre.

No mires atrás sigue corriendo.

Ya viene, corre con todas tus fuerzas, no pares Samay.

—Te atrapé corderito— dice tomándome del brazo con fuerza,— te dije que no podrías huir de mí, tan ingenua.

—Suéltame, suéltame por favor, déjame ir por favor.

Despierto de aquella pesadilla en la que me encontraba, mirando a todos lados con la respiración acelerada, me siento algo aturdida e intranquila; esos sueños me dejaban antes y ahora la misma sensación, temor, un sentimiento de pánico de que se volvieran hacer realidad, todas esas pesadillas que se veían muy reales. Trato de comenzar a regular mi respiración mientras me levanto de la cama para ir al baño, me quedo unos segundos viendo mi reflejo en el espejo repitiendo una y otra vez.

Solo fue un sueño,

solo fue una pesadilla,

estoy bien,

estamos a salvo.

Me lavo la cara, me cepillo los dientes para después trenzar mi cabello, salgo del baño hacia mi closet a sacar un conjunto deportivo una sudadera negra, unos leggins negros con unos tenis Nike negros, dejo la ropa sobre cama y los zapatos en el suelo, camino hacia mi escritorio donde esta mi celular, lo tomo para ver la hora en la pantalla indicando que son las 5:15 am, dicen que correr despeja la mente, bueno pues eso es lo que voy hacer, correr. Me deshago de mi pijama dejándola en el cesto de la ropa sucia para colocarme el conjunto deportivo, ya lista tomo mis llaves, mi celular, mis audífonos y algo de dinero, además de la navaja que llevo en la parte interna de la sudadera. Con todas las cosas que necesito llevar, abro la puerta de mi habitación con sumo cuidado, para que Antón no me escuche, la cierro de la misma manera, bajo las escaleras de puntitas en silencio, alcanzo la puerta, la abro despacio y la cierro de igual manera.

Salgo del edificio con dirección al nenuphar park, que se encuentra a unas cuantas cuadras del departamento; unos minutos después llego a la entrada del parque, dejándome ver las hermosas nenúfares que se hallan en el lago que rodeaba al parque, de ahí su nombre, debido a la inmensa capa de nenúfares que tiene el lago. Me coloco los audífonos en los oídos, tomo mi teléfono para poner Believer de Imagine Dragons, me estiro un poco para comenzar a correr.

Ha pasado una semana desde que Antón y yo discutimos y él declaró sus sentimientos por mí, la verdad si me tomo algo de sorpresa su confesión, al èl irse, me aferre a la idea de que no lo volvería ver, con ello enterré los sentimientos que tenía por él, sus sentimientos podría afectar mi plan o tal vez no, solo el tiempo será testigo de ello.

Ayer por la noche Etinne me mandó un mensaje donde me decía que hoy se celebraría el cumpleaños de un amigo, en un club, por lo tanto que sería una buena ocasión para presentarme mejor a sus amigos y conocidos; así que hoy en la universidad me daría más detalles.

Estaba por terminar mi cuarta vuelta, cuando mi teléfono vibro dejando ver en la pantalla un número sin registrar pero que conozco perfectamente, me detengo tratando de regular mi respiración y contesto la llamada.

— Alles ist fertig, wie Sie gefragt haben— me dice la voz clara, hablando en un perfecto alemán la persona del otro lado.

"Todo está listo como lo pediste"

— Ich erwarte keinen Misserfolg, Sie kennen die Konsequenzen — le digo en alemán también y sé que a pesar de que no lo veo rodeo lo ojos y decir lo siguiente.

Perfecto engaño [ En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora