•7• Nunca te abandonaré

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Todos se encontraban en el comedor de la casa, pero había un ambiente tenso, esto era debido a que a Gabriel no le agradaba mucho la idea de que su hijo haya elegido como novia a una simple chica en lugar de alguien de buena familia.

-Adrien, necesito hablar conmigo y con usted también señorita Dupain-Cheng - dijo el rubio platinado

Ambos se levantaron de la mesa y Emilia se ofreció a darle de comer al pequeño rubio mientras su hermano y cuñada hablaban con su padre.

-Quiero que sepan que no acepto su relación - fue tan directo que ni Adrien ni Marinette lo aceptaron a la primera

-Pero padre... - no pudo seguir hablando porque el Agreste mayor lo interrumpió

-No hay pero que valga Adrien, señorita Dupain-Cheng siento decirle que no sólo su clase dejaría en mal a la marca Agreste  sino también el hecho de que tenga un hijo

-No es su hijo de sangre y siempre hemos sido cuidadosos - molesto

-No Adrien - lo tomó del hombro - Está bien señor Agreste, si no quiere que esté con su hijo, entonces no estaré con él - tratando de no llorar

-¿Qué? Marinette no - se asustó

- Adrien por favor, es lo mejor - soltando unas cuantas lágrimas - Con su permiso señor - salió de la oficina para ir por su hijo

-¡Princesa, aguarda! - la persigue

-¿Querida? ¿Sucede algo? - preguntó Amelie al ver a la azabache tomar al bebé

-No, no se preocupen, yo ya me iba

-Pero queríamos que te quedaras más tiempo - dijo la Agreste menor y su hermano asintió

-Son muy amables pero recordé que necesito hacer algo. Con permiso - se retira

- Marinette, detente - la sigue persiguiendo pero ya era tarde, la ojiazul se había ido con el bebé en brazos - Demonios

-¿Adrien? ¿Qué sucede? - preguntó Emilie preocupada

-Preguntáselo a mi padre - corrió a su habitación

-Por supuesto que lo haré. Félix, Emilia - llamó a sus hijos - Quédense un momento con su tía un momento, tengo un asunto que atender con su padre

Ambos rubios asistieron y se fueron con la gemela de su madre, quien se encontraba angustiada por el estado de la joven Dupain, mientras la señora Agreste iba a la oficina de su marido a ver que demonios había hecho.

-Me puedes explicar ¿qué diablos le dijiste a Adrien y su novia para que se fuera como se fue? - furiosa

-Primero que nada, se tocaba antes de entrar querida y... - lo interrumpen

-Me importa un carajo si antes de entrar se toca y más cuando el asunto es uno de mis hijos, ¿qué hiciste Gabriel Agreste? - aún más molesta

-Yo sólo hice lo que tenía que hacer

-¿Qué cosa? ¿Qué tenías que hacer exactamente? ¡Responde!

-Le dije a Adrien que no debía estar con alguien como Marinette Dupain-Cheng, nos haría quedar mal con la empresa

- ¿La empresa? Claro,  tenía que ser siempre esa maldita empresa en lugar de la felicidad de nuestro hijo. Escucha Gabriel, me da completamente igual lo que la gente piense pero Adrien ya no es un niño y él puede estar con quien a él se le dé la gana

-Emilie - sorprendido

-Ni se te ocurra dirigirme la palabra por el momento - y finalmente, salió de la oficina azotando la puerta

Una familia ¿de mentira?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora