Capitulo 7: Reorganización

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Dominic.

Desperté tras unos golpes en la puerta, gruñí en dirección a ellos y poco después entró mi viejo a la habitación con dos tazas de café. A regañadientes sacudí la cabeza y luego tomé asiento en la cama para recibirlo.

-Creí que te haría bien una taza de café para empezar el día –Dijo tomando asiento a los pies de la cama.

-¿No es muy temprano para eso? –Pregunté con voz adormilada.

-De hecho si, decidí levantarte antes para tener una pequeña conversación contigo antes de que te vayas a la universidad, porque irás hoy ¿cierto? –Torcí el gesto ante sus palabras pero recibí la taza que me ofrecía.

-No creo que ir a la universidad sea lo mío, mira viejo... a estas alturas debo preocuparme por otras cosas como por ejemplo Mía.

-Me gusta que toques el tema de Mía, porque precisamente pensando en ella y en su futuro es que es necesario que termines la universidad, no puedes seguir atrasando las reuniones con el abogado de tu abuelo, hay negocios y responsabilidades que solo tú debes atender en lugar de estar perdiendo el tiempo y tomando malas decisiones con los desobligados de tus amigos.

Gruñí.

-Ocúpate tú de los negocios del viejo.

-Yo nunca me he ocupado de nada que no me pertenezca –Dijo mi padre señalando alrededor de mi habitación pero sabía que su referencia era acerca de la casa –Todo lo que ves lo he conseguido con esfuerzo y trabajo duro, no ha sido fácil.

-Lo sé, pero tu bien sabes los motivos que tengo para no querer relacionarme con la empresa de mi abuelo y...

-Lo que haya dicho tu abuelo en esa oportunidad solo fueron palabras que yo ya olvidé.

-¡Pero yo no! –Bramé furioso al recordar aquel momento –Él no tenía ningún derecho a cuestionar la crianza que me has dado por las decisiones que yo tomé ni mucho menos a decir que no eres mi padre.

-Las palabras de tu abuelo fueron duras y un poco injustas, sin embargo ese no es motivo para cuestionar su cariño por ti ni sus sinceras intenciones al retirarse de los negocios y querer que tú seas quien se haga cargo. Dominic, en este momento tienes ciertas facilidades en tus manos que yo no tuve cuando tenía tu edad y deberías aprovechar, recuerda que tienes una hija por la cual velar.

-Mía es mi principal ocupación.

-¿Y podrás ocuparte de ella si tienes otro roce con las autoridades como el de hace unos años?

-¿Por qué demonios tenemos que hablar de esto? Cometí un error, un jodido error; ¿Es que acaso eso no está permitido?

-Por un error no pasa nada –Dijo mi padre mirándome fijamente –Siempre y cuando hayas aprendido de eso y no lo conviertas en un patrón para repetir, porque eso no se repetirá, ¿Cierto?

No pude evitar sentirme como un niño pequeño al recordar todo lo ocurrido el fin de semana, la repartición de ganancias y el teléfono celular costoso que tenía en mi poder, el mismo que pertenecía a cierta chica inocentona de cabello rosa chicle y ojos azules a la que posiblemente no volvería a ver.

Me sentía muy mal por lo que había hecho y sabía que quedarme callado no haría un buen trabajo para ocultar mi falla.

-Papá...

-No necesito oír nada más, Dominic. Quiero que entiendas como van a ser las cosas a partir de este momento y por primera vez voy a ser inflexible en esto –Su rostro se tornó serio y sus ojos oscuros penetraron en mi psique junto con sus palabras –Tú vas a terminar la universidad con éxito, vas a dejar de ver a esos muchachos y comenzarás a hacer pasantías conmigo en la empresa hasta que te gradúes y tomes la batuta en los negocios de tu abuelo.

Finding Me #ADOO3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora