12| El Cáliz de Fuego

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En el Gran Comedor los murmullos seguían tras la llegada de los búlgaros y franceses, aunque obviamente Viktor Krum era la principal fuente de cotilleo pues la gran mayoría quería un autógrafo de este

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En el Gran Comedor los murmullos seguían tras la llegada de los búlgaros y franceses, aunque obviamente Viktor Krum era la principal fuente de cotilleo pues la gran mayoría quería un autógrafo de este.

Los alumnos de Durmstrang se sentaron en la mesa de Slytherin, mientras que Beuxbatons tomó asiento junto a las águilas.

Zoe estaba sentada en medio de Draco, quien estaba sentado junto a Krum muy emocionado, y a Theo, que estaba junto a Blaise. La castaña estaba fastidiada, hace rato que sentía la mirada de varios búlgaros en ella, de hecho, hasta parecía que estaban hablando de ella justo en su delante, desgraciadamente no entendía su idioma así que no estaba completamente segura.

Draco junto a ella se había dado cuenta lo tensa que se encontraba, principalmente porque sabía que aquel día estaba de mal humor.

—Buenas noches, damas, caballeros, fantasmas y, muy especialmente, buenas noches a nuestros huéspedes —dijo Dumbledore, dirigiendo una sonrisa a los estudiantes extranjeros—. Es para mí un placer darles la bienvenida a Hogwarts. Deseo que su estancia aquí resulte al mismo tiempo confortable y placentera, y confío en que así sea.

Zoe bufó y Draco regresó a verla.

—El Torneo quedará oficialmente abierto al final del banquete —explicó Dumbledore—. ¡Ahora les invito a todos a comer, a beber y a disfrutar como si estuvieran en su casa!

Sin demora la comida apareció y en seguida todos se pusieron a degustar del gran banquete, todos excepto Zoe y el rubio sentado a su lado.

Draco Malfoy nunca se había preocupado tanto por alguien como cuando conoció a Zoe Riddle. El siempre se había considerado una persona fría, ególatra y hasta egoísta, sin embargo, todo cambió la noche en la que despertó bruscamente a causa de unos gritos desgarradores, ni siquiera le había importado que la Mansión estaba temblando en aquel momento, sólo se enfocó en los gritos y las emociones que los gritos transmitían hasta que le parecieron propios: angustia, dolor, miedo, furia.

Todos sentimientos regresaron la noche anterior cuando tras despertarse por una pesadilla algo extraña para él, vio a Zoe llorar con desesperación. Cuando se acercó a ella cómo de costumbre la castaña lo abrazó, era la primera vez que tenían tanto contacto físico. El rubio simplemente le había devuelto el abrazo y de esa manera había estado junto ella tratando de consolarla soltando palabras como: todo está bien y tranquila.

En ese momento no era solo el llanto lo que había percibido, en medio de los sollozos sintió todos los pensamientos de la castaña, fue como si hubiera practicado legeremancia en ella, podía escuchar con claridad todos sus pensamientos y hasta logró ver partes de su pasado. Esa noche, el platinado había llorado junto a la castaña con la imagen de una joven Zoe torturada hasta el cansancio.

—Draco, ¿no vas a comer hermano? —habló Blaise sacándolo de su pequeña ensoñación.

—¿Eh?, ah... sí, simplemente no me he decidido con qué comenzar —respondió tratando de dejar a un lado sus pensamientos.

La Hermana De Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora