¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después de aquel encuentro nocturno en la enfermería Harry Potter había regresado a la sala común de Gryffindor algo aturdido, si bien la pelinegra siempre lo había amenazado con matarlo y tenía una actitud sumamente fría y sarcástica, no le parecía del todo "mala", así que en la mañana siguiente cuando sus amigos le preguntaron que había ido a hacer en la noche respondió algo avergonzado:
—Fui a visitar a Zoe en la enfermería.
—¿Qué? —preguntó Ron completamente fuera de sí— ¿Por qué?
—Le avisé sobre la segunda prueba y...
—¿¡QUE!? —lo interrumpió Ron de un grito furioso.
—¡RONALD! —gritó Hermione para calmar al pelirrojo que parecía a punto de explotar de lo roja que se había tornado su rostro.
Ronal Weasley regresó a ver a Hermione con una mirada fulminante, al parecer solo él había escuchado que su amigo le había dado información importante a su enemiga.
—¿Pero es que no escuchaste Hermione? —soltó desconcertado— Reveló información valiosa al enemigo.
—Zoe no es nuestra enemiga... —comenzó a decir Harry.
—¿Ah no? —preguntó Ron sarcásticamente— Harry esa niña no ha dejado de amenazarte desde el día que te vio, además es Slytherin ¿qué acaso soy el único que ve las cosas como son aquí?
—Es prejuicioso que una de tus razones para decir que es su enemiga es su casa— dijo Hermione mientras bufaba exasperada— sin embargo, no creo que sea la persona más amable posible...
—Bueno, es verdad, no es para nada amable —afirmó Harry— de hecho es bastante fría y sarcástica y siempre está a la defensiva... ¡pero ese no es el punto!
—¿Y entonces cuál es el punto Harry? —quiso saber Ron, sin dejar de estar enojado.
—El punto es, que está enferma, ustedes no la vieron...
—Yo estaba contigo Harry —le recordó Ron.
—Pero no la viste, estabas ocupado burlándote de Draco y lo preocupada que estaba.
—Y bueno, ver a Malfoy preocupado no es algo que se vea todos los días —se burló el pelirrojo.
—¡Exacto! Estabas tan absorto en tu odio hacia el que no te diste cuenta de lo mal que estaba Zoe —acusó el pelinegro— No viste toda la sangre que salía de su boca, ojos y nariz, tenía incluso sangre en los oídos.
—¿Pero qué? —exclamó horrorizada Hermione. —¿Qué es lo que tiene?
—No lo sé, Herms —soltó Harry suspirando y tomando asiento en uno de los sofás de la sala común, por suerte estaban solos. —Y eso no es todo... la sangre no era roja del todo, estaba como ennegrecida, parecía petróleo.
