Sigo haciendo cosas que alimentan futuros que no anhelo vivir.
La mirada sigue apagada, los aplausos no cubren mi desgaste mental, ni el dinero, ni lo que he comprado con el.
Me he convertido en una fabrica de cortisol.
He vendido mis pasiones, no tengo tiempo para hacer creaciones de mi para mi, todo ese arte, todo ese conocimiento y a ratos gotas de amor, se van en proyectos ajenos, me dan unos cuantos billetes y me conformo con ello.
Estoy al borde del colapso, con ganas de perderme y dejar de lado ese personaje que me creé. Las inseguridades inundan mi mente, intento hallar una respuesta y comprendo que el simple hecho de cuestionarme tanto sobre lo que hago ya es una respuesta, las pasiones no se cuestionan, solo se viven.
¿Quién me ata a esto que soy, a esto que hago, a esto que vivo?
Estoy escribiendo mi carta de renuncio a lo que vendía como sueños y resultó siendo una auto explotación laboral inconsciente. Por eso, pocas veces agradecía por esas felicitaciones hacia mis proyectos, por que solo yo sabía el daño físico y mental que recibía en el proceso, trataba de curarme con el resultado, pero nunca era lo que yo esperaba.
Odio esos golpes en la espalda acompañados de palabras motivacionales y falsas seguridades respecto a lo que soy. Que alguien me diga que nací para esto solo es un peso más a esta carga que llevo en la espalda.
Sin quererlo, convertí mi arte en negocio, ahora no lo siento como arte, me llena la panza, me llena el bolsillo, pero me deja el alma con un vacío inmenso.
Antes me daba paz, ahora me la quita.
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Cielo que no llueve
Aléatoire"Ya no me siento en la cama, y no hablo de sentarme, hablo de sentirme" Sin saberlo poco a poco perdía la fuerza de mis emociones. Hoy me encuentro en un limbo, en un estado neutral, desconectado, observando como mi cuerpo se encarga de todo, vivie...