Oh, frío viento de mi sur,
no te lleves su recuerdo,
llévate solo aquellas hojas,
de esos árboles eternos.
Oh, lluvia oscura y temible,
no me borres su esencia,
yo lo amo igual que a ti,
e incluso en las tinieblas.
Oh, querida niebla blanca,
no desvanezcas su perfume,
es lo poco que me queda,
para que mis mañanas alumbre.
Oh, gran cordillera helada,
no aminores mi amor por él,
yo lo extraño mucho ahora,
en este crudo invierno cruel.
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Como lavanda en el desierto
PoetryAquí textos que nacen y crecen en mi cabeza. ¿Para qué los saco de ahí? Para no volverme loca.