Son las doce de la noche,
quizás hasta es la una,
no puedo dejar de pensar,
¡oh, qué triste fortuna!Miro con paciencia mi mano,
¿por qué tú la soltaste?
¿por qué la escogiste a ella?
Su mano sí la sujetaste.Tengo insomnio justo ahora,
y me siento tan cansada,
llevo días sin poder dormir,
días que no quiero nada.Mientras pienso ya son las dos,
miro el reloj de reojo,
la angustia envuelve mi alma,
mi rostro ahora es un arroyo.Cuento ovejas para dormir,
y en ellas también te veo,
un árbol me susurra algo,
me dice: "él no es sincero"Todo apunta al insomnio,
y también apunta a ti,
mientras sigas existiendo,
tendré mil noches sin dormir.
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Como lavanda en el desierto
PoetryAquí textos que nacen y crecen en mi cabeza. ¿Para qué los saco de ahí? Para no volverme loca.