Como lavanda en el desierto

Amor propio

     Soy una mujer libre, fuerte, llena de vida, llena de sueños, con muchos ideales, con muchas promesas por cumplir. Soy bonita con mis cejas gruesas y mis kilos de más, soy bonita con mi pelo castaño y con mis ojos casi negros. Amo la libertad y la vida, solo por poder vivirlas. Amo a las generaciones pasadas que pelearon y murieron por mi bienestar. Me gusta ver el sol aparecer cada mañana, oyendo a los pájaros cantar y en invierno amo la lluvia y esas nubes tan oscuras en el cielo. Amo el sonido del mar, que me calma en días de cólera. Amo la voz de mi amante, que me da fuerza y alegría. Me encanta ver mariposas de los más bellos colores y me encanta el blanco y negro en los días fríos porque me calma. Qué maravilloso es un buen libro, oliendo café recién hecho en la noche o al amanecer. La piel de gallina con el frío y con los nervios que él me provoca. Me siento bien siendo feliz y lo soy de muchas maneras: Acariciando a un gato, viendo a las avecillas volar e inclusive viendo cómo lentamente se desplazan las nubes por sobre mi cabeza. Me encanta viajar y conocer nuevos lugares, nuevos rostros, nuevas culturas, nuevos idiomas, hermosos y sin igual. Me gusta el mar y ver la playa, también las montañas y las ciudades de cemento. Amo a los insectos, también a los reptiles, son bonitos porque son diferentes. Mi familia es preciosa, repara mis días, me hace sonreír y reír a carcajadas. Yo vivo por ellos y por mí, porque nos alegramos las mañanas. Soy feliz respirando, caminando a través de la playa, nadando en una piscina o durmiendo en mi casa. Tengo un techo, tengo comida y tengo todo el afecto que requiero, no necesito nada más, así que estoy contenta, porque yo ya no exijo ni busco nada más. Estoy feliz, estoy completa.