Epílogo:

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N/A:
¿¡Cómo!? ¿¡Este es el epílogo!? Yeap, este es el epílogo. Pero técnicamente no será la última entrada ya que haré una lista de agradacemientos. Espero a hayan disfrutado el libro y ahora los dejo leer a última parte de la novela.
Los quiero mucho,
—Gi.

***********

North tomó mi mochila junto con la suya, arrojándolas sin mucho cuidado a la parte trasera del auto. Abrió la puerta del lado del pasajero para mi e hizo una ademán caballeroso.

—¿Quién eres tu? Regrésame a mi arrogante, imbécil y sinvergüenza North —dije con sarcasmo.

En vez de replicar, North besó la punta de mi nariz y fue hasta su puerta, entrando en su Camaro negro. ¿Algo más que había aprendido del chico a mi lado? Su auto era la tercera cosa favorita en su vida.

—¿Entonces amas el chico malo? —preguntó divertido.

—Te amo en todas tus facetas —tales palabras salían con tanta casualidad de mi boca, pero seguían sin perder el gran significado.

—Eso es... súper lindo —la chispa dentro de sus hermosos ojos verdes hacía que una agradable calidez cubriera mis mejillas y recordara la noche pasada—. Yo también te amo, incluso aunque seas tan necia y engreída.

—Mira quién habla.

Él sólo se río profundamente, haciendo el resto de mi cuerpo cálido.

North prendió el motor y el auto rugió con vida cuando presionó el acelerador, manejando todo el camino hasta la carretera principal. Una canción de AC\DC sonaba en el estéreo, hablando sobre un chico que había manejado desde hace mucho tiempo por oscuros caminos y finalmente había conseguido que la chica linda lo quisiera. Algo me hacía pensar que la canción no era una mera coincidencia.

—¿Cómo se llama? —pregunté.

—¿Umm? —North se puso sus gafas oscuras, luciendo totalmente como un chico malo con esa camisa negra de manga corta que dejaba al descubierto sus tatuajes tribales. Mi chico era ardiente como el infierno, y no podía ayudarme a mi misma pero tendía que babear cada vez que lo admiraba.

—La canción.

Hell ain't a bad place to be —respondió, una sonrisa arrogante jugó en sus labios rellenos, y quería lanzarme sobre él y besarlo durante todo el día.

Cristo Santo, tenía un enamoramiento grande y profundo por este sexy licántropo.

—Bueno, ¿piensas que éste es un infierno?

—Nunca sería capaz de pensar que estar contigo es un infierno —su sonrisa se esfumó y sus ojos no me decían nada detrás de sus gafas pero estaba segura que su mirada era seria y poderosa. La clase de mirada que me hacía sentir sofocada y mareada. Solía abrumarme por ello, pero ahora entendía que sólo era una sábana que quería poner para cubrir mis verdaderos sentimientos por él. Había estado enamorada de North desde hace tanto tiempo y ni siquiera lo había comprendido—. Pero tal vez solía pensar así.

Sabía a lo que se refería, yo misma tendía a pensar lo mismo.

Mi amor por él era como ir en una montaña rusa: la subida era un borrón de imágenes y sentimientos adormecidos, pero la bajada era peligrosa y todo me golpeaba en el pecho repentinamente. La clase de amor que no se controla, sólo se deja sentir y del cual pierdes el control como tratando de llenar tus manos de agua bajo presión.

Me mantuve en silencio por un par de horas en el camino.  Incluso cuando North manejaba como si el diablo nos estuviese persiguiendo no íbamos a llegar tan rápido a San Francisco.

Sonreí para mi misma. Finalmente podía disfrutar de mis preciadas vacaciones en la playa, obteniendo quemaduras solares y usando bikini. Oh, sí North, seguro como el infierno que yo iba a usar bikini. Estas serían las mejores vacaciones de mi vida. ¿Lo mejor de todo? Estaba al lado de la persona que amaba.

Mi celular sonó, diciéndome que tenía un nuevo mendaje. No ocupe ver el identificador para saber de quién provenía.

Omfg ¡¿Dónde estas?! Poker me dijo que North te secuestró. ¿Es cierto?

Me reí en voz baja mientras tecleaba:

Todo bien. Rumbo a Las Vegas. Me casaré.

No bromees con eso. Casi podía visualizarla; pálida, con ojo gigantes. Eso me hizo reírme con fuerza.

—¿Qué es tan divertido? —preguntó North.

—La cara de Dakota cuando se enteré a dónde vamos.

Él negó con la cabeza y atrapó mi mano libre.

Voy a la playa. Diviertete con Poker y ser buena con él. Escribí.

Poker no para de sentirse el jefe. Apenas tenemos tiempo juntos. Me respondió.

Sólo serían dos semanas, North y yo habíamos acordado, por lo cual había dejado a Poker a cargo de la manada y sus negocios. A pesar de que no podía aprobar lo que hacían, me había resignado. No iba a cambiar su forma de vivir. Era peligroso para él, pero podría aprender a mantenerlo a salvo.

Noté la diferencia del clima una vez que cruzamos Oregon a California y me deshice de la chaqueta. El sol parecía estar más feliz de este lado del país, brillando sobre las copas de los arboles a nuestro alrededor y sobre los cielos siempre azules, el mar reflejando su esplendor a mi costado. Bajando la ventanilla de la puerta, me permití respirar el salado aroma de la costa; a pesar de que en Astoria también teníamos mar siempre había olido a lluvia y pinedas. Mi piel se sentía tibia y mis ojos se agrandaron al ver los gigantes y elegantes edificios que resultaron cuando llegamos a la primera ciudad al lado del mar, mi corazón latiendo con rapidez ante la emoción que no podía contener, y escuché a North reír en voz baja mientras que sostenía mi mano y la levantaba hacia su labios para besarla.

—¿Quieres saber que fue lo primero que cruzó por mi mente cuando te vi?  —pregunté abruptamente, sintiéndome atrevida.

—Iluminame, por favor.

—Pensé que eras la cosa más ardiente y peligrosa que había visto en toda mi vida. Desafortunadamente abriste la boca y jodiste todo.

North soltó una carcajada.

—Tan directa. Muchas gracias —dijo—. Bueno, ¿sabes que fue lo primero que pensé al verte?

—¿Qué fue eso?

—Pensé "ésta no será nada fácil. Tendré que hacer un millón de cosas y sacrificar un montón de mi vida para llegar a sus pantalones"

—Y tuviese que hacerlo —sentí una sonrisa surgir en mi cara, como si alguien me hubiese dicho que me había ganado la lotería.

—Y tuve que hacerlo —North dijo dándome una sonrisa.

Fin.

Raised by Wolves ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora