Capítulo 2

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Mazatlán Sinaloa, México.

17 de agosto de 2015.

Iván.

Llegamos al hotel la "Estrella" pasadas la 3 de la mañana, un hotel que le pertenece a mi hermana Alejandrina, esta en el centro del Malecon, no se por que mi apá se quiso venir a esconder con su hijita. Siento que esto va a salir mal, si no nos agarra el gobierno, nos agarra algún cabrón de los carteles enemigos.

- Saluda carnalito- dice Alejandrina con una voz burlona-Cuanto tiempo sin vernos.

Me cae gordo aunque sea mi hermana mayor, pero que le podemos hacer es la favorita de mi apá.

Duplicamos la seguridad, no nos podemos arriesgar, no puedo volver a perder a mi jefe, por que para la otra se lo llevan para el gabacho y de allá no salen vivos. No se por que a los idiotas de mis hermanos no les interesa.

Nos tomamos un pequeño descanso, me levanto a las 8 de la mañana a terminar de posicionar toda la seguridad, eso me lleva casi todo día, aún faltan los hombres que le pedí a Ovidio.

-Mijo-grita mi apá desde dentro del cuarto que le preparó Alejandrina-Necesito un lugar donde nadie nos encuentre, pero echale cabeza y ya sabes sin errores.

-Sí apá-salgo como rayo de ese hotel de porqueria.

Necesito un lugar donde ni siquiera se imaginen que estemos, donde, donde, en Tamaulipas no sería el primer lugar en el que buscarían. Veracruz, no los Zetas nos sacan con las patitas por delante. Donde chingao, donde.

-Traeme un mapa de la República-le digo al Mono, el hombre al que más le tengo confianza. El es como mi segundo padre, crecí con el. Le debo la mayoría de lo que se.

Me vere mamado, sabre disparar muy bien y todo lo que ustedes quieran pero la geografía siempre se me resiste.

El mono me entrega el mapa y le echo un ojo, ya se el estado de Hidalgo, nunca nadie se imaginara que fuimos ahí. Necesito buscar un lugar en la sierra muy bien escondido, mañana iré yo mismo a buscar un escondite.

-Vimos rondando a 3 camionetas, se veían sospechosas-me informa un vigilante por el radio.

-Identifiquen a quien le pertenecen-le respondo.

Sabía que esto no era buena idea, aún es poco tiempo necesitábamos encerrarnos otros meses. Le llamó por teléfono al idiota de Ovidio, que supongo esta de fiesta o crudo, como siempre. Contestó hasta la tercera llamada.

-Donde chingados estas-le digo emputado.

-Que chingados te interesa-estaba borracho, ya no me sorprende.

-Ya mandaste los hombres o se te olvido,-que es lo más seguro-tenemos problemas y los necesitamos a todos, solo que se quede tu seguridad, ¡PERO MUÉVETE CABRÓN!-Cuelgo emputado. No puede ser que sea el más centrado en esto, soy el menor se supone que el que tiene que estar haciendo esas jaladas soy yo no él.

-¿Ya investigaron de quién son esas putas camionetas?- grito por el radio.

-Al parecer pertenecen al Cartel Jalisco, pero aun no esta confirmado- me dice el Gringo un poco asustado, sabe que cuando me emputo despacho a los ineptos.

Entre la vida y la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora