Epílogo

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La Tuna, Sinaloa, México.
27 de junio de 2015.
Llego junto a mis hombres a la pista de aterrizaje improvisada que preparamos, esta a la mitad de la sierra. Nadie puede encontrarnos, ni debe.
Estamos en un rancho grandísimo en donde creció mi apá. Es el único lugar seguro que tenemos en estos malditos meses de desespero, tenemos que ocultarnos hasta que las cosas se calmen.
Ya pasaron 16 días desde que mi apá se fugó de El Altiplano por el túnel que le ayudaron a cavar los policías.
Tenemos que ocultarnos cueste lo que nos cueste.

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Pasan las ocho de la noche, el sol ya se ocultó desde hace rato, mi apá ya tardó en llegar.
A lo lejos se escucha el motor de una avioneta.
Los motores de las camionetas rugen, preparadas para salir en cuanto el baje de esa avioneta.
    -He vuelto mis chavalos- Dice el jefe.
    - Se volvió a pelar mi apá- Grito para que todos los presentes me escuchen claro.

Entre la vida y la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora