Capítulo 5

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Bryana

23 de agosto de 2015

Son las 3 de la mañana, no puedo dormir, hoy llegan los narcos, todo está programado para después de medio día, pero no puedo dormir.

Bajo en silencio hacia la cocina, no quiero alertar a nadie que estoy despierta, por que se que ellos también lo estan.

Abro el refrigerador, no hay jugo de naranja, tampoco Coca-Cola, solo unas cuantas cervezas, tomo una y con mucho cuidado la abro.

Salgo de la cocina y la puerta del despacho está abierta y con la poca luz de la luna que entra de la ventana algo se ve destellar, voy a revisar que es, quito un poco la silla y encuentro una chamarra de cuero negra, no se por que pero me la llevo hacia la nariz.

<<Huele rico>> pienso, es un olor muy peculiar, así como crema para despues de afeitar y esencia varonil que no se diferenciar.

Se escuchan pasos en las escaleras, tomo la chamarra, mi cerveza y me meto detrás de la puerta. Los pasos se meten en la cocina, abren una cerveza y salen hacia el despacho, se paran enfrente de la puerta y siento que me va a dar el patatus, me van a descubrir, me van a regañar. Solo cierran la puerta y vuelven a subir las escaleras.

<<Ay Dios la ví cerca>>

Pasan aproximadamente 10 minutos, ya me termine la cerveza, abro la puerta muy lentamente y la vuelvo a cerrar, subo despacio por las escaleras y me meto a mi cuarto, dejo el bote de cerveza en el escritorio y saco una cajetilla y un encendedor que están escondidos debajo de la cama.

Me acerco al balcón, prendo el cigarro y le doy una calada, no dejo de mirar la chamarra que tengo en la mano, me da un arranque de locura y me la pongo, me queda un poco grande pero la verdad no importa se ve bien, se siente cálida y me siento protegida.

Me termino el cigarro y me quedo pensando de quién será la chamarra, a lo lejos se asoma el amanecer, espera el amanecer, mierda, miro el reloj en la mesita de noche, pasan las 6 de la mañana.

Me quito la chamarra y la meto en mi ropero, saco una camisa, un pantalón y botas vaqueras, me pongo todo a la carrera y muy mal puesto, me da flojera peinarme así que solo me pongo una gorra, se siente un poco de calor y solo me pongo un chaleco.

Corro hacia las caballerizas y trato de no asomarme en la cocina, se que todos están nerviosos y aparte mi nana me va a preguntar por las cervezas que faltan  y pues no.

Iliana, la veterinaria de la hacienda, ya está preparando los caballos.

-Buenos días señorita- me saluda.

-Buenos días Ili

-¿Cómo durmió señorita?, se le nota un poco cansada, yo creo que será mejor que se valla a dormir otro ratito

Poco cansada estoy que me muero de sueño, pero o sorpresa, no puedo llego a la almohada y no puedo dormir por que los malditos nervios me taladran la cabeza

-No creo que pueda, la verdad estoy muy nerviosa- le confieso

-Yo creo que todos lo estamos- me mira- pero enserio vaya a tratar de dormir, las ojeras se le ven muy marcadas

Y era verdad, tres días sin dormir bien, oh no los gritos que no quería oír hoy, por lo menos hasta tarde, mucho más tarde, Isabel

-¡Yana!- grita y corre a abrazarme

Oh wow lo que necesitaba una mejor amiga loca a la que amo y tal vez me ayude  

-Y ese milagro que te levantes temprano- le correspondo el abrazo

Entre la vida y la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora