Capítulo 2

2.3K 234 75
                                    


El teletransporte de la posada Wangshu se encontraba cerca de una barandilla por la cual te podías asomar a ver el paisaje de Liyue. Sin embargo, como bien había dicho Katheryne, tenían que hacer obras para arreglar el suelo de la plataforma.

Vaya si tenían que hacer obras. Media plataforma destruida, la posada a medio resquebrajarse, todo patas arriba, y lo peor es que Aether casi la palma al aparecer allí. A medio centímetro más adelante, se hallaba un agujero que dejaba ver el suelo de la posada de abajo, donde también había un par de puestos de comida y cosas para comprar. Aether por poco cae por allí al teletransportarse. Tuvo que hacer uso de su energía Anemo para poder avanzar hasta donde se encontraba la oficina de Verr Goldet, y cuando consiguió presentarse ante ella, un cuadro se estaba descolgando, amenazando con caer en la cabeza de la secretaria.

-¡Viajero, rápido, ayúdenos con este jaleo!- gritó la secretaria. Aether no necesitó que le dijeran nada más para ponerse manos a la obra. Corrió por la posada de aquí para allá, ayudando a todos los que había por allí. Ayudó a montar los puentes que conectaban la zona más baja de la posada con la parte de arriba. Ayudó a arreglar el ascensor, las oficinas y todos los destrozos causados. Con su energía Anemo, limpió todo el polvo que había en la posada. Salvó a la erudita de morir por una pared que se había despegado. Ayudó a que todo lo que había en la posada de arriba no cayera a los puestos de abajo. Salvó a una niña que se había quedado atrapada entre vigas y una mesa, y ayudó luego al cocinero de la posada a preparar comida para todos los residentes.

Aquello había dejado a Aether agotado. Ya había anochecido, y aún no habían terminado todo el trabajo. Sin embargo, se podían observar las mejoras y reparaciones que habían llevado a cabo en la posada, y la gran mayoría había quedado arreglado. Aún había vestigios de la catástrofe que había sido hace unas horas, pero al menos todos estaban a salvo y no había ningún herido. Aether siguió trabajando a pesar de que todos estaban descansando abajo, tomando la cena que habían preparado él y el chef. Arregló todo lo que faltaba él solo, y terminó de re colocar todos los objetos en sus respectivos lugares. Cuando terminó, los demás residentes de la posada ya habían acabado la cena, y se disponían a irse a sus respectivos hogares para irse a descansar. Verr Goldet apareció por el ascensor, y se acercó al viajero para hablar con él.

-Viajero, agradecemos la ayuda que has prestado a la Posada Wangshu. Una vez más, has hecho justicia a tu título de caballero honorario- dijo la secretaria.- Por ello, te queremos obsequiar con algunas cosas como recompensa a tu trabajo- dijo sacando una bolsa bastante abultada de detrás del mostrador de donde ella trabajaba. La sacó de allí, y se acercó de nuevo a Aether para ofrecérsela. Este miró con curiosidad la bolsa, y de allí sacó un libro de talentos, que le venían muy bien para mejorar su manejo con la espada, una bolsa de viaje donde guardar sus cosas cuando tuviera que hacer recorridos de largas distancias, y por último una bolsa con Mora. El rubio agradeció los regalos, guardando todo con sumo cuidado, y se levantó de donde estaba sentado.

-Secretaria Goldet, ¿hay alguna habitación disponible para pasar la noche? Estoy bastante cansado, y llegar hasta ahora a mi casa y preparar la cena y todo eso puede llevarme un par de horas fácilmente- preguntó el de pelo trenzado.

-Claro, arriba hay una habitación libre aún, y puedes usar la cocina para prepararte lo que quieras. Siéntete como en casa, Caballero Honorario- dijo despidiéndose la señorita Goldet. El Caballero Honorario subió hasta la habitación donde le había dicho ella que se quedara, dejó sus cosas allí y bajó de nuevo a hacerse la cena. Por suerte, el chef no había apagado el fuego, así que no tendría que calentar todo desde el principio. Buscó un poco entre las comida que había allí, sin decidirse muy bien a qué prepararse. Al final, se decantó por hacer un horneado de cangrejo, jamón y verduras. Cuando tuvo el plato listo y se disponía a irse al cuarto a cenar, recordó que en aquella posada vivía el Adeptus Xiao. Recordó que solía aparecer por allí por la noche para comer algo, y hoy justo que no había nadie en la posada, nadie le prepararía algo de cenar. Dejó su plato en la mesa de al lado, y se dispuso a cocinar algo para el Adeptus. Recordaba que le gustaba el tofu con almendras, así que buscó los ingredientes para la cocina, y preparó al plato del Adeptus. Tardó cinco minutos en tenerlo preparado, y cuando lo tuvo, cogió su plato y el del Adeptus y se fue a la terraza. Allí, dejó los platos a un lado, puso un mantel, y colocó los platos encima. Una vez tuvo todo preparado, se apartó un poco de allí, y rezó para que el Adeptus apareciese.

-"Oh, Adeptus Xiao, escucha mi petición. Acepta esta comida como ofrenda, y aparece aquí a mi lado".

Al momento, empezó a aparecer una sombra rodeada de puntos verdes oscuros, tomando la forma de un cuerpo humano. La sombra desapareció, y allí se encontraba Xiao, el Adeptus. El Caballero Honorario lo miró de frente, sonriendo porque él había escuchado su petición. Se acercó a él lentamente para saludarlo, pero Xiao lo había interrumpido. 

-¿Para qué me has llamado, viajero?- quiso saber el Adeptus. El nombrado señaló la comida que había preparado, y entonces las facciones de Xiao se relajaron.

-Gracias, viajero. Eres muy amable- dijo sentándose allí a disfrutar de la comida. Aether vio cómo dejaba a un lado su lanza y se sentaba a comer su tofu con almendras, y eligió ese momento para acercarse a él un poco.

-¿Te importa si ceno contigo? He estado trabajando aquí todo el día, y estoy muy cansado. Había pensado que, como todos ya save habían ido y nadie te había preparado el tofu, podría ser yo quien te lo hiciera. Espero que te guste- dijo con una sonrisa de cansancio Aether. Xiao no respondió, pero tampoco le negó que cenase a su lado, así que el Caballero Honorario se sentó cerca suya pero sin incomodar su espacio personal y se puso a cenar a su lado. De vez en cuando echaba ojeadas al Adeptus, y veía cómo devoraba su comida, hasta el punto de que ya había terminado. El viajero rió por lo bajito para que Xiao no lo viese. Este al acabar su plato, se quedó observando a Aether, quien aún seguía comiendo, y se formuló varias preguntas.

-Viajero, ¿cómo haces para ayudar a tantos y no preocuparte por ti mismo? Deberías cuidarte más a ti mismo- dijo el Adeptus sin quitar la mirada del chico rubio. Este se atragantó con la comida, pues no se esperaba que Xiao dijese tantas palabras, y menos empezando él una conversación.

-Yo... solo intento hacer feliz a la gente, es así. Ayudando a los demás ves su sonrisa, supongo que eso es suficiente para mí- contestó seguro el de pelo trenzado.- ¿Por qué preguntas eso, Xiao?- quiso saber Aether. El Adeptus suspiró, y se tumbó allí mismo.

-A veces pienso en lo que hice mal, asesinando a tanta gente inocente y obteniendo tanto karma negativo. Pienso en si algún día podré ser un Adeptus normal, sin tantas emociones negativas...-dijo Xiao.- Pero no creo que sea tan fácil.

-Xiao...- dijo Aether mirándole fijamente. Al viajero le sorprendía esa actitud de Xiao. Nunca había visto al Adeptus tan triste, y menos hablar con alguien así. Él sabía que se sentía solo, pero nunca llegó a pensar que se pudiese llegar a sentir así el Adeptus.

-Puedo estar a tu lado si lo necesitas, no estás solo. Tengo muchos amigos que seguro te entienden y pueden pasar un rato contigo...

-No me gustan los lugares concurridos- interrumpió el Adeptus.- Pensaba que lo sabías.

-Sí lo sé, Xiao, pero no he dicho que vengas conmigo a Liyue. He dicho que podemos venir a estar contigo para que no estés solo.

Xiao hizo una pequeña sonrisa con su boca, y se levantó de allí. Recogió su lanza y se puso su máscara de Guardián Yaksha. El Caballero Honorario se asustó un poco al ver aquello, pero se tranquilizó cuando Xiao volvió a hablar.

-Gracias, viajero. Nos volveremos a encontrar- dijo saltando al vacío para desaparecer en una neblina negra. Aether lo vio saltar y deshacerse en cenizas, y bostezó de cansancio. Recogió todos los platos, y los llevó a la cocina. Después, se arrastró hasta su habitación, abrió la ventana, y se tumbó en la cama a dormir. Sin embargo, no dejaba de pensar en la conversación que acababa de tener con Xiao. ¿Acaso el Adeptus necesitaba ayuda? En ese caso, le apoyaría y le ayudaría. Tan solo esperaba que los demás días fuese tan hablador como lo había sido hace unos minutos. Aether intentó despejar todo de su cabeza, y se durmió. 


Capítulo un poco más cortito, pero creo que ha quedado bastante bien, además de que ya hemos introducido a nuestro bello Xiao

Espero que les guste.

Dejen aquí que les parece el capítulo, leeré todos los comentarios y les responderé

Me despido😄

ᴅᴇꜱᴄᴇɴᴅɪᴇɴᴅᴏ ᴅᴇʟ ʟᴏꜱ ᴄɪᴇʟᴏꜱ [Xɪᴀᴏ-ᴀᴇᴛʜᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora