Xiao despertó recostado en una cama. No sabía en qué momento había escapado de la celda, pero se encontraba allí. Vio que las esposas aún seguían en sus muñecas, pero estas estaban cortadas. Tenía la vista borrosa, y un dolor de cabeza monumental, pero aún así, consiguió enderezarse y sentarse apoyándose en la cama. Tenía sangre en los brazos, y tenía un reguero de líquido rojo seco que recorría su pierna derecha. Intentó limpiarse, peró resultó inútil. Todavía no sabía donde se encontraba, pero estaba libre de aquella tortura. Tenía fogonazos de recuerdos de lo que había sucedido antes, y no podía diferenciar cuáles eran reales y qué era producto de su imaginación. Intentó ponerse de pie, pero le fallaron las rodillas, haciendo que se desplomara en el suelo, dándose un buen golpe. De su boca salió un gruñido, pero éste sonó muy ronco. Intentó ponerse de pie de nuevo, pero esta vez ayudándose de las manos. Consiguió volver a sentarse, pero sus fuerzas eran muy limitadas en aquel momento, y no podía hacer más que aquello. Cuando consiguió sentarse en la cama, el chirrido de una puerta hizo eco en aquella sala oscura. Xiao levantó la mirada, buscando de dónde procedía, y se dio cuenta de que había una persona frente a él, abriendo la puerta para entrar en su celda. El Adeptus no se movió, esperando a ver los movimientos de la otra persona. Esta persona parecía relajada, y cerró la puerta tras de sí. Acercó una silla que se hallaba al lado de la cama, la cual Xiao no había visto hasta ahora, y se sentó. Ambos personajes se miraron un momento, para apartar la mirada rápidamente a la vez. La otra persona, que se trataba de Lumine, volvió a mirar a su prisionero, quien solo yacía con la cabeza baja.
-Hola, Xiao- habló por primera vez Lumine. La chica no parecía nerviosa, y eso Xiao no necesitaba verla mirando a su oponente. Lo sabía solo con su forma de hablar y de posicionarse.- Espero que hayas descansado...
-Qué es lo que quieres- dijo el Adeptus de forma cortante.
-Hum... qué es lo que quiero, me preguntas. Muy interesante- decía Lumine, como para sus adentros.- Hum... es una pregunta difícil de contestar, dadas las situaciones de uno y otro. Sobre todo estando en bandos contrarios.
-Eres... la hermana de Aether, ¿verdad?- preguntó el Yaksha. Lumine miró al chico pelinegro, quien no la veía a los ojos, y que se mostraba muy agotado físicamente.
-Si, soy su hermana. Supongo que te ha contado cosas sobre mí- respondió ella. El chico asintió, cómo procesando la información.
-Me cuenta sobre todo que te extraña, y que le gustaría saber por qué estás con el Abismo. Él... te echa de menos. Quiero volver a... su hogar, y ese hogar es donde tú estés. Siempre ha dicho eso. Es el destino de su viaje.
-Lo sé, conozco sus sentimientos y su mirada. Lo he observado muchas veces desde las sombras. Sé cuál es el color de su apagada mirada, y sé que su postura general es de anhelo, de recuperar lo que perdimos. Por desgracia, no puedo volver con él. No ahora, no cuando tengo tan cerca la victoria contra el Orden Celestial- dijo Lumine.
-¿Por qué luchas contra el Orden Celestial?- quiso saber Xiao. La chica lo miró con esos ojos que, por un momento, recordaron a Xiao a la mirada viva y alegre que tenía Aether.
-Lucho por restaurar lo que una vez nos quitaron, y por acabar con los causantes de la destrucción de nuestra tierra. Celestia, fue un gran quebradero de cabeza para nuestra nación. No éramos de Khaenri'ah, pero eran un pueblo muy amigo de nuestra ciudad. Cuando Celestia y otros grupos arrasaron Khaenri'ah, también destrozaron nuestras casas. Nuestro hogar fue totalmente arrasado. Y por desgracia, Aether ha olvidado gran parte de todo aquello. Estoy seguro que si recordase todo, no estaría donde está ahora.
-¿Y por qué no has intentado hablar con él? En vez de organizar todo esto... unirte a la Orden Del Abismo. ¿Por qué no hablaste con él y le contaste todo?- preguntó el chico, quien sentía curiosidad por la historia.
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ᴅᴇꜱᴄᴇɴᴅɪᴇɴᴅᴏ ᴅᴇʟ ʟᴏꜱ ᴄɪᴇʟᴏꜱ [Xɪᴀᴏ-ᴀᴇᴛʜᴇʀ]
FanfictionAether ha caído en una depresión. Tras encontrarse con su hermana y ver que está era parte del Abismo, Aether se derrumba, y cae preso de un sentimiento de tristeza. Ni siquiera sus amigos de Mondstadt y Liyue son capaces de levantarle el ánimo. X...