Capítulo 12

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El grupo de expedición salió bien entrada la mañana, como habían acordado. El grupo lo integraban Razor, Xiao, Xiangling y Xingqiu. El resto del grupo importante (Zhongli, Venti, Keching, Ninguang, Tartaglia, Aether y Diluc) se quedaron en la Taberna, desarrollando planes de ataque. Los demás, se fueron al patio trasero de los Caballeros de Favonius y pasaron todo el día entrenando.

Cuando el grupo volvió, el otro grupo de la Taberna ya tenía preparado y trazado el plan. Todos se reunieron como el día anterior, y escucharon atentamente el plan, al principio contado por Aether, luego por Ninguang y finalmente por Tartaglia. Los demás, se habían puesto de acuerdo viendo que el ex Fatui hablaba en serio en lo que respecta a apoyarles y defenderles. Acabada la sesión, siguieron la misma rutina que el día anterior. Algunos se iban a conocerse, otros a dar un paseo, otros a comer, y unos pocos a leer (Mona, Lisa y Xingqiu). Jean y Ninguang parecían llevarse muy bien. Diluc, Rosaria, Venti y Kaeya se quedaron en la Taberna, estuvieron hablando un poco, hasta que empezaron a beber.

Por otro lado, Xiao, había llevado aparte a Aether para decirle que tenía que salir un momento.

-¿Y no puedo ir contigo?- preguntó Aether.

-Lo siento, pero tengo que hacerlo solo. Intentaré no tardar mucho- prometió Xiao. El rubio solo suspiró, dio un pequeño beso a Xiao en los labios y se separó de él. Cerca lo esperaba Tartaglia. Por lo visto, debido a que no podía Aether ir con él, el Fatui y el Caballero Honorario habían quedado en volver a pelear de manera amistosa, más bien como un espectáculo, para el resto de visitantes y amigos de Mondstadt. Xiao abandonó la ciudad de Mondstadt, y se encaminó hacia su destino.

***

A Xiao le había costado dormirse, pero al final lo había conseguido. Había acomodado a Aether de manera que los dos pudieran dormir tranquilos, en una posición estable y normal para sus cuerpos. Sin embargo, en cuanto se durmió, tuvo un sueño. Estaba en una zona totalmente nueva para él, no explorada ni identificada. Estaba desorientado. Aquel lugar con el cielo tan bonito, típico de un atardecer, con ese ambiente silencioso y natural, sólo podía significar una cosa. Se encontraba en la morada de Rex Lapis. Lo había intuido por la manera en la que los ciudadanos de Liyue cuentan leyendas sobre su morada. El lugar estaba exactamente como lo recordaba él de lo que había oído. Caminó un poco, intentando orientarse y dar lugar a aquel fascinante mundo. Porque este sitio, claramente, está fuera del alcance de cualquier humano. Mientras caminaba, escuchó pasos, lo que puso sus sentidos en alerta, he hizo que invocara a su lanza de Jade. Lo que sorprendió al Adeptus fue que, al empuñar el arma, sonó una suave risa de fondo. El chico no sabía de donde procedía, y aquello le mosqueaba. Le ponía furioso no reconocer las cosas, y encontrarse tan perdido como estaba. Una sombra se escurrió por detrás de su cuerpo, e hizo que le recorriera un escalofrío. La sombra dio una vuelta sobre el Adeptus, y entonces se paró enfrente suya. La sombra era de un señor claramente más alto que Xiao, aunque esto era fácil, ya que el Adeptus no era especialmente alto. Poco a poco la sombra se fue volviendo compacta, cobrando forma, hasta dar con una escultura de un hombre. La roca que contenía el cuerpo se agrietó, y reventó en miles de pedazos. Ahí, se encontraba el señor con el que Xiao había hablado horas antes en la Taberna.

Zhongli

-Adeptus Xiao, me alegro de que hayas vuelto, ha pasado mucho tiempo.

-¿Qué hace usted en la morada de Morax?- fue lo primero que preguntó Xiao.

-Hijo mío, este es mi hogar- dijo Zhongli. Se acercó a Xiao lentamente, y le extendió la mano. Xiao, todavía conmocionado, no respondía a la acción. Estaba mirando al hombre que tenía delante, el único que lo había querido cuando era pequeño, antes de convertirse en Adeptus. El hombre que lo había adiestrado en la Guerra, y que había hecho de Xiao la persona que es ahora. Para Xiao, había sido como un padre, pero desde que estalló en gran conflicto, y los otros Guardianes murieron, no había vuelto a saber nada de él. Verlo ahí, después de la gran guerra... simplemente era chocante para él. En trance, Xiao avanzó lentamente hacia Zhongli.

Años de lucha, odio y sufrimiento cayeron...

Una maldición levantada con solo un gesto...

Un abrazo, una muestra de cariño, y la maldición cayó...

Xiao abrazaba a Zhongli, mientras éste le revolvía el pelo y le quitaba las lágrimas. Aquello suponía una "nueva era" para Xiao. Ya podía volver a ser aquel niño que era antes de que el Caos se alzara y cambiara su vida para siempre.

Podía volver a sonreír.

Podía volver a ser feliz

Aquello quería decir que ya podía ser de verdad quien era con Aether. Podía mostrarle su verdadera faceta.

¡Estaba libre de su condena!

Zhongli lentamente se separó de él, pero sin dejar de revolverle el pelo al chico. La expresión de Zhongli dejaba entrever que algo ocurría. Xiao se alejó para ver la cara de su padre, y preguntó:

-¿Ocurre algo, maestro?

-Tengo algo importante que decirte. Mañana, tienes que irte a esta ubicación- dijo mostrando un papel que sacó del bolsillo.- Es muy importante, y será crucial para tener éxito en la batalla- comentó Zhongli. Xiao volvió a adoptar aquella mirada seria y fugaz que ponía cuando tenía una misión. Esta, era más importante que cualquier otra misión que haya podido tener.- Esta será mi última misión que te daré, pues a partir de entonces, pase lo que pase, serás libre con tu futuro. Ya no cargas con esa responsabilidad.

Xiao lo miró, y volvió a correr a fundirse en un abrazo con aquel hombre. Estuvo así un rato, hasta que volvió en sí y recordó que tenía una misión. Recogió el papel y leyó el contenido. No se sorprendió de ver la ubicación. Ya habían hablado en el grupo donde estaba ubicada la base, y éste sitio no quedaba lejos de la zona. Xiao se guardó el papel, y se despidió de Zhongli. Él desapareció, y Xiao cerró los ojos.

***

Xiao no tardó en llegar a la ubicación que le dió Zhongli. De hecho, tardó muy poco gracias a los saltos que daba Xiao y lo rápido que corría. Cuando llegó al sitio, que era básicamente una cueva, vaciló por un momento. "Debe de ser una trampa, no puede ser tan fácil". Pero igualmente se adentró. Avanzó por la cueva, guiándose por las antorchas colocadas en la pared para iluminar la estancia, y pronto llegó a un claro. Allí, había unos cuantos enemigos, sobre todo Magos del Abismo. Estaban debatiendo estrategias de invasión, por lo que escuchó Xiao. Hizo guardia un rato, para asegurarse de que nadie lo seguía ni nadie entraba en la galería, y saltó directamente a donde se encontraban los magos. Acabó con ellos rápidamente, pero al momento sonaron las alarmas y salieron los Heraldos del Abismo. Estos enemigos eran fuertes, pero no eran rivales para Xiao. Con la máscara Yaksha puesta, era prácticamente invencible. Acabó con todos ellos en cuestión de minutos, más o menos un minuto por enemigo. El problema, era que ya llevaba allí un buen rato, y prácticamente un día sin dormir.

Los enemigos no dejaban de salir. Iban por oleadas, y no seguían ningún patrón. Unas veces salían magos del Abismo con Heraldos, y otras Hilichurls y Heraldos; otras veces magos solo, o solo Heraldos, o magos y Hilichurls...

Xiao estuvo casi cuatro horas más combatiendo. Estaba sudoroso y cansado. La falta de comida y sueño empezaban a afectarle, y, cuando parecía que vacilaba y fallaba, los enemigos dejaron de aparecer. Esto puso nervioso a Xiao, que no veía el motivo, pero lo que sucedió ahora, no pudo evitarlo. Dos figuras aparecieron detrás de él, y uno de ellos lanzó unas cintas mágicas que ataron del cuello a Xiao, y le impedían moverse. Ni siquiera podía girarse para ver a sus agresores. Pero no hizo falta, estos, envueltos en las tinieblas, se pusieron de frente a Xiao. Las dos figuras todavía eran irreconocibles, pero uno de ellos era más alto que el otro.

-Así que, esté es el Adeptus que tantos problemas nos causa... vaya, que fácil ha sido capturarte- dijo una de las figuras. Tenía voz de chica, y su acompañante era claramente un hombre. Ambos dieron un paso al frente, y a Xiao, se le escapó una maldición. Aquellas dos figuras que tenía delante... eran...

-Duérmelo, nos lo llevamos a la prisión que hará que pierda la cordura.

Xiao quedó inconsciente


Nuevo capítulo!! Espero que estén disfrutando de todos estos capítulos que estoy subiendo cada pocos días, ya sabéis que el guión de la historia ya está hecho, y que solo tengo que ir escribiéndolo poco a poco y ya.

Hoy no me entretengo mucho por aquí. Solo espero que os haya gustado el capítulo. 

Comentad y votad, os leo!! 😄

ᴅᴇꜱᴄᴇɴᴅɪᴇɴᴅᴏ ᴅᴇʟ ʟᴏꜱ ᴄɪᴇʟᴏꜱ [Xɪᴀᴏ-ᴀᴇᴛʜᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora