ᴅᴇꜱᴄᴇɴᴅɪᴇɴᴅᴏ ᴅᴇʟ ʟᴏꜱ ᴄɪᴇʟᴏꜱ [Xɪᴀᴏ-ᴀᴇᴛʜᴇʀ]

Capítulo 15

A la mañana siguiente, Aether se despertó teniendo pesadillas. Había soñado que Xiao sufría. Le costó salir de la cama, pues aquello lo había dejado atormentado. Sin embargo, su amiga Paimon le había recordado que tenía a un invitado al que recibir, así que desayunó pronto, y salió a buscar a Kazuha. Lo que el de cabellos rubios no esperaba era que su visitante estuviera esperándolo en su tejado.

-Buenos días, Viajero- saludó animosamente el samurái.- Espero que hayas descansado bien, es importante que estés despejado.

-Buenos días Kazuha. Estoy bien, estoy listo- fue la respuesta del rubio.

-Perfecto, pongámonos en marcha. Tienes que ponerme al día de todo lo que ha sucedido.

Y así, ambos jóvenes fueron caminando de camino a Mondstadt, contándose las diferentes actividades que se habían llevado a cabo en sus diferentes naciones. Aether le había contado al samurái todo desde su viaje, y por su parte, Kazuha le había contado experiencias de Inazuma. Aether escuchaba, fascinado por lo que su amigo le decía. Si bien era cierto que le asustaba un poco aquello del Decreto de Captura de las Visiones, estaba emocionado por ir. Sin embargo, para su desgracia, Kazuha no le contó tanto como a él le gustaría, pues les urgía a ambos el tema inmediato. Llegaron a la ciudad del viento y la libertad, y yace notaba un ambiente tenso. Un grupo de caballeros de Favonius estaban entrenando el tiro con arco, y algunos de los amigos de Aether andaban por allí, ayudando y practicando también. Otro grupo, que se hallaba cerca de la fuente, practicaban el combate cuerpo a cuerpo. Como aquellos grupos había muchos, esparcidos por toda la ciudad. Aether y su acompañante se dirigieron a la Taberna de Diluc, donde, sin que Aether supiera nada, se habían reunido algunos compañeros suyos. Cuando entraron, todos se quedaron observando a la pareja que había entrado, y ambos saludaron e hicieron las debidas presentaciones. Tampoco se entretuvieron mucho en ello. Un aliado más era un amigo más, y aquello era lo importante, sumar cuantos compañeros más a la batalla. Allí, una vez reunidos, hablaron exclusivamente de planes y estrategias. El grupo de expedición ya había sido enviado, formándose finalmente por Bennet, Xingqiu, Mona y Chongyun.

En la taberna, se habían reunido Diluc, Jean, Zhongli, Venti, Tartaglia, Ninguang, Keching y Albedo. Explicaron a Kazuha el planteamiento que habían tenido y las ideas de estrategia que habían tenido, y Kazuha estuvo de acuerdo en la mayoría. Corrigió algunas cosas, explicó otras y propuso un par de ideas. Debido a esto, todos miraron a Kazuha admiración y respeto, lo que hizo que Aether sonriera. Su nuevo amigo se había integrado bien, y era del agrado de los demás compañeros.

Ahora bien, lo importante estaba a punto de comenzar...

El grupo de expedición llegó a eso de las siete de la tarde. Entraron en la taberna e informaron de la situación. Aether y los demás terminaron de organizar la estrategia, y salieron del bar. Llevaban toda la mañana allí, sin parar de trabajar y de idear estrategias, por lo que todos se merecían un descanso. Mañana al alba, todos se reunirían en la puerta de la entrada de Mondstadt. Aether, como no podía ser de otra manera, estaba solo, pues Xiao aún no aparecía por ningún lado. Zhongli le comentó lo que había pasado, y Aether estuvo a punto de explotar y cargar contra él. Recordaba lo que Dainsleif le había dicho al respecto de los Arcontes, y por un momento, había dudado de si seguir confiando en ellos. Por desgracia, como Dainsleif no estaba para contarle más cosas, dejó su lealtad cómo estaba. Sin embargo, se marchó de allí, salió de la ciudad, y se fue a pensar.

Sin que él lo supiera, una figura femenina lo seguía.

Estaba cerca de la zona de los lobos, por lo que decidió hacerle una visita a Andrius, el legendario Lobo. Llegó hasta el cráter donde una vez luchó contra él y le defendió del Heraldo. Atravesó el campo y tocó la puerta sobre la que se resguardaba el lobo. Activó el sensor, y logró que Andrius apareciera. El Lobo, mostrando sus colmillos, aulló en actitud desafiante.