C. 17. Papá

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-Mami, tengo hambre.-hablo un pequeño rubio de bonitos ojos azules. 

Lo mire con una sonrisa y pase la toalla sobre su cabello. Seque su cabello mojado, despeinándolo. Eso hizo que Ney soltara varias risitas tiernas. Mi sonrisa se ensancho, al escuchar sus risitas. Cuando quite la toalla de su cabeza sus bonitos ojos azul océano, se encontraron con los míos. Tiene un brillo especial, desde que era un bebé, sus ojos siempre han tenido un brillo especial. Deje un beso en cada una de sus mejillas, sobre sus bonitas pecas.

-Vamos a desayunar, cariño.-le digo mientras lo tomo en brazos. Ney rodeo mi cuello con sus brazos y nos dirigimos al comedor.

Es sábado, Pavel debe estar por llegar. Hoy hablaremos con Ney, le diremos que es su padre. No me dijo una hora exacta en la que vendría, pero ya son las ocho y treinta de la mañana, asumo que estará cerca. Las cosas entre nosotros son un poco extrañas desde ese día. Él continuo viniendo, para encargarse de Ney, pero no nos vimos mucho. Yo continúe con el trabajo de la cafetería y en la tarde el tenia que irse, para continuar con su trabajo. Solo intercambiamos algunas palabras, el resto de la semana. Hoy será el día en el que volveremos a hablar y debo decir que estoy un poco nerviosa. Yo no se que sucederá con nosotros desde ahora...

Dejo a Ney sobre una de las sillas del comedor y camino hacia la cocina para sacar su yogurt de vainilla favorito del refrigerador. También tomo algunas fresas y las corto en pedazos pequeños, para mezclarlas con sus yogurt. Cuando está listo, vuelvo al comedor. Le entrego una cuchara y pongo el plato sobre la mesa.

-Come con cuidado.-le digo mientras me siento en una silla a su lado. El asiente levemente y comienza a comer su yogurt. Solo vigilo que no haga ningún desastre mientras come. Yo ya he desayunado antes. Desperté temprano hoy. Los nervios no me dejaron dormir como me gustaría. 

Aquel día cuando pensé que Pavel se había ido, no me lo he podido quitar de la cabeza. Él realmente estaba ahí. Su abrazo, sus palabras, todo se sintió tan reconfortante. Todo este tiempo lo he extrañado, pero yo me convencí a mi misma de que no era así. Pensaba que era tarde para nosotros. 

Tengo miedo.

Tengo miedo de que lo intentemos y las cosas no funcionen. Creo que aún tengo sentimientos hacia él, pero no quiero salir lastimada una segunda vez. Tenerlo cerca ese día, se sintió bien, mejor de lo que debería. Cuando me consoló sentí que después de tantos años, ya no estaba sola. Se sintió como en los viejos tiempos. Me sentí completa, ese abrazo fue tan acogedor. Ser débil frente a él, se sintió bien. Me sentí protegida.

Tal vez...

 Solo tal vez, aún no sea demasiado tarde para nosotros.

Escuche el sonido de la cerradura abrirse y salí de lo mas profundo de mis pensamientos. Mire a Ney, quien al parecer se había percatado antes que yo. Ya no se encontraba en la mesa comiendo, había dejado a medias su plato de yogurt para ir a la puerta de nuestro apartamento. No era necesario que mirara de quien se trataba cuando la puerta se abrió, ya sabia quien se encontraba ahí. Ney también parecía saberlo, tenia una sonrisa de felicidad incluso antes de que se abriera la puerta. Sus ojos brillaron cuando Pavel se hizo visible. Sonreí por ambos.

-¡Pavel!-chillo el pequeño rubio feliz.

Él cerro la puerta a sus espaldas, dejando las llaves colgando en la cerradura. Le sonrió a Ney y lo tomo en brazos, rodeando su pequeño cuerpo. 

-Buenos días, enano.-saludo despeinando su cabello. Ney soltó una risa. Los ojos de Pavel y los míos se encontraron. Mi corazón comenzó a acelerarse y no pude sostener su mirada por mucho tiempo. Sin embargo, antes de desviar la mirada de su cara, podría jurar que la sonrisa en su cara se ensancho.

Demonios.

-Termina de desayunar, cariño.-dije mirando el plato  de Ney. Pavel camino hasta el comedor y dejo a Ney en su silla. Ney se dispuso a comer, mientras que Pavel se sentó en una silla frente a mi.

No lo mire, mantuve la mirada sobre Ney, mientras sentía su mirada sobre mi. Mi corazón parece que se quiere salir, pero intento aparentar estar lo mas tranquila que puedo. Supongo que esperaremos hasta que Ney desayune para decirle. Por ahora, supongo que nos mantendremos aquí, sentados y callados.

Es muy difícil estar así. Me esta penetrando con la mirada y aunque yo no lo estoy mirando, estoy casi segura de que tiene una sonrisa traviesa en sus labios. De tan solo pensar en eso, me dan ganas de reír, sin embargo, me reprimo. El ambiente no es incomodo, pero es un poco inquietante. Me pregunto quien le dirá a Ney, que él es su padre...Yo podría decírselo, pero tal vez él me robe las palabras en el momento. Además creo que él seria el mas indicado ¿no? después de todo, él es su padre. Supongo que lo sabremos en el momento, las cosas fluirán, supongo. 

-Mami-asentí levemente mirando a Ney.-¿Juegas conmigo?-preguntó tiernamente. Mire su plato, está vacío. 

-Cariño, tenemos que decirte algo.-comencé a decir, forzándome a mi misma para mirar a Pavel. Intercambiamos miradas por varios segundos. Cuando volví la mirada a Ney, el nos miraba con atención.-¿Te gustaría conocer a tu padre, cariño?-cuestione antes de seguir. Ney frunció el ceño levemente.

-Ha Papá?-pregunto en un susurró mirándome fijamente a los ojos. Ney parecía mas serio que de costumbre y eso me preocupo ciertamente. Yo nunca hable mal de su padre, cuando él no estuvo. Sin embargo, esta reacción de Ney es extraña. Asentí levemente a su pregunta.

No dijo nada por unos segundos, parecía estar pensándolo dentro de si mismo. Mordí mi labio inferior nerviosa y mire levemente a Pavel. Están iguales. Ambos igual de serios, con la misma cara, las mismas facciones. Es sorprendente lo mucho que se parecen. Volví la mirada a Ney. Me miro con esos lindos ojos, que ahora parecían tener miedo. Eso me hizo fruncir el ceño.

-¿Que pasa, cariño?-le pregunte un poco preocupada. Ney bajo de su silla y camino hasta donde estaba yo. Lo tome en brazos y lo senté en mi regazo. El procedió a pasar sus brazos por mi cintura, aferrándose a mi.

-¿No es malo?-pregunto tímidamente. Sonreí sin poder evitar la ternura. Yo pase una mano por su cabello suavemente.

-Él esta aquí, cariño.-dije mientras pasaba mi mirada por Pavel. Me miro a los ojos, aún está serio. Sus ojos están mas oscuro que de costumbre, sin embargo, no puedo leerlos. No puedo saber lo que sucede con él. Ya no es un libro abierto para mi.

Ney se separo un poco de mi y me miro a los ojos. A él si puedo leerlo, asentí suavemente con una sonrisa dulce para él. Se separo de mi por completo y se dirigió hacia Pavel lentamente. Seguí con la mirada cada movimiento de mi pequeño niño. Se detuvo a un lado de Pavel y lo observo sin emociones en su cara. Pavel lo miro de la misma manera.

-¿Tú eres papá?-cuestiono a su padre de manera tierna. Pavel le sonrío y asintió suavemente. Ney lo miro por un segundo, sin decir o hacer nada. Solo lo miro en silencio. Luego su mirada me busco a mi. Simplemente sonreí para él. Era todo lo que podía hacer por él. Al parecer funciono. Ney lo miro nuevamente y sonrió feliz. Guardaba en sus ojos ese brillo de felicidad que se reflejo en los de Pavel. Ney se lanzo sobre él y lo abrazo fuerte.

Fue de las mejores escenas que he podido ver en mi corta vida y estoy completamente agradecida por ello.




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Chao.👋🏻

ᴅᴇᴍᴀꜱɪᴀᴅᴏ ᴛᴀʀᴅᴇ ᴘᴀʀᴀ ɴᴏꜱᴏᴛʀᴏꜱ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora