C. 23. Tos seca

1.5K 72 0
                                    

Siento el miedo correr por mis venas, observo a mi padre frente a mi y no puedo evitar recordar ese día...Trago duro y rápidamente desvío la mirada de él. Suelto finalmente el pomo de la puerta y me alejo lentamente retrocediendo, pero choco con el gran cuerpo de alguien a mis espaldas. Ney ya debe estar durmiendo, así que seguramente él ya lo a presenciado todo. Yo me giro un poco sobre mis talones y busco sus ojos. Los encuentro rápidamente, seguramente percibió mi miedo porque de inmediato me hizo a un lado y se detuvo junto frente a mis padres. 

-¿Que es lo que quieren?-pregunta con la voz firme y dura.

-Pavel, cariño...-mi madre es interrumpida.

-Sean claros.-dice sujetando el pomo de la puerta con una de sus manos.

-Solo queremos hablar con nuestra hija.-habla esta vez mi padre. Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando escucho su voz. Es ronca como si hubiera estado llorando.

Pavel gira su cabeza un poco para mirarme. Me hace un gesto con la cabeza al que yo niego rápidamente. Yo no los quiero cerca, no puedo tenerlos cerca. Ya me hicieron suficiente daño, intentaron hacerle daño a Ney. Eso no puedo perdonarlo.

-Ella no quiere hablar con ustedes.-dice Pavel.-Por favor, váyanse de aquí.-les dice de manera firme, pero educada.

-Por favor, nosotros...-intenta insistir mi padre, pero Pavel termina por cerrarle la puerta en la cara, acto seguido pone el seguro.

Yo me quedo mirando fijamente la puerta mientras me mantengo de pie, con mi cuerpo temblando. Recuerdo cada detalle de aquel día. Incluso puedo sentir el dolor de aquellas heridas que me hice cuando me arrastro por el áspero pavimento. Aún puedo recordar las palabras que me dijeron, esas dolorosas palabras que siguen clavadas en mi corazon, todavía duelen. Las lagrimas comienzan a acumularse en mis ojos con cada recuerdo de esa noche, mi cuerpo no para de temblar sintiendo el miedo de aquel día. Ellos me hicieron tanto daño...Dañaron cada parte de mi alma. Mis propios padres me dañaron...

Pavel intenta acercarse a mi, pero yo retrocedo. Solo niego y bajo la mirada tratando de sostener las lagrimas en mis ojos. No debería romperme frente a él otra vez. Sin embargo, él no se rinde.

-Ven aquí, conmigo.-se acerca y sin poder evitarlo me pega a su cuerpo mientras rodea sus brazos alrededor de mi cuerpo. Él comienza a acariciar mi cabello rubio suavemente.-Vamos, no lo sostengas más.-y eso es suficiente para que finalmente me rompa.

Las lagrimas caen espesas sobre la tela de su camisa mientras me abrazo a su cuerpo. Mis sollozos son desconsolantes y mi pecho duele por el nudo que se ha creado en él. Pavel no se aleja de mi en ningún momento, él esta aquí abrazándome reconfortante. Se siente como en los viejos tiempos. Este, precisamente este es el abrazo que necesitaba en ese momento.

Un abrazo que solo puede darme él.

-

Desperté en mi habitación por la mañana, con una terrible tos seca, que solo irrito mi garganta. También tengo un leve dolor de cabeza el cual es bastante molesto. Revise la habitación de Ney cuando mi tos se calmo un poco, aún esta dormido. Busque a Pavel por todo el apartamento, pero no lo encontré. Solo dejo su chaqueta de cuero negra sobre uno de los sofás, probablemente la olvido. Lo cual es raro porque estos días son muy fríos. Me dije a mi misma que le llamaría mas tarde, para decirle. 

Ahora estoy en la cocina, ya me he tomado alguna pastilla para el dolor de cabeza. También he bebido algo de agua para calmar mi tos. Creo que estoy algo enferma, probablemente solo sea un resfriado o algo así, por lo que no me preocupare mucho. Solo intentaré no enfermar a Ney, es lo ultimo que quiero. Por ahora aprovechare que sigue dormido y preparare nuestro desayuno. 

Me pregunto...¿Qué habrá sido de mis padres? ¿Qué hicieron cuando Pavel les cerro la puerta? ¿A donde fueron? Está no es su ciudad. Ellos no viven en esta ciudad. Tal vez pagaron por dormir en algún hotel, para irse esta mañana de vuelta a su ciudad. La ciudad en donde yo crecí. Esa ciudad que guarda tantos de mis buenos y malos momentos.

No puedo odiarlos, porque son mis padres y realmente espero que ellos estén bien. Pero yo no puedo perdonarlos, mi corazón está bastante daño por ellos. Solo espero que se vayan y se mantengan lejos de nosotros...

Mi móvil comienza a vibrar en mi bolsillo repentinamente. Dejo el cuchillo con el que cortaba algo de fruta, sobre la encimera y tomo mi móvil, para ver de quien se trata. Es un numero desconocido que no esta registrado en el teléfono. Podría ser cualquier persona, así que decido contestar.

-Jess, hija.-mi piel se eriza cuando reconozco la voz de mi madre en la línea. No respondo, solo me mantengo en silencio.

Bloquee su numero en mi otro teléfono, pero este es el que Pavel me dio, por lo que no esta bloqueado.

-Solo escúchame...-pide ella suplicante notando que no hablare.-Realmente tu padre y yo estamos muy arrepentidos...nosotros sentimos lo que hicim...-no pude escuchar más. No queria sus disculpas aun que sonaban sinceras, no eran suficientes.

Solté un suspiro, mire el numero al que acaba de colgar una ultima vez y luego simplemente lo volví a bloquear. No quiero que vuelvan a llamarme, no quiero volver a escuchar su voz. No quiero que vuelvan a buscarme. Ellos ya lo dejaron en claro una vez. No me quieren de vuelta, lo tengo en claro.

-Mami...-escucho una suave voz soñolienta a mis espaldas. Me giro sobre mis talones con el teléfono aun en mi mano.

-Buenos días, cariño.-saludo mientras revuelvo su suave cabello rubio. Me agacho un poco y dejo un beso en una de sus mejillas.

-Te quiero, mami.-murmura aun con su voz soñolienta y no puedo evitar sonreí.

-Y yo a ti dulzura.-digo mientras tomo una de sus manos, con mi mano libre.-Ahora vamos a darte un baño.-el asiente levemente, mientras me sigue el paso.

Ney y yo estamos apunto de cruzar por el pasillo hacia las habitación cuando de pronto mi cuerpo se comienza sentir extraño. Un mareo me obliga a detenerme de golpe. Yo suelto la mano de mi pequeño, para recargarme de una de las paredes más cercanas. La debilidad se apodera de mi, me siento cansada de pronto. Sin embargo, no es suficiente, una fuerte punzada en mi cabeza me inunda de dolor, siento que el dolor de cabeza aumenta. Suelto un quejido y Ney parece notarlo.

Sus ojos azules ahora miran los míos con preocupación. 

-¿Mami..?-murmura en una pregunta.

Estoy apunto de responderle, cuando esa molesta tos seca vuelve. Sin embargo, también es diferente. Comienzo a toser descontroladamente, con mi mano libre cubro mi boca. Pero la tos es tan fuerte que mi pecho comienza a doler, arde. Cada vez me comienzo a sentir mas débil, incluso más mareada. La tos se disminuye un poco, pero continua.

-¿Mamá..?-Ney suena un poco asustado.

Intentó decir algo, pero cuando alejo la mano de mi boca y miro el contenido en ella me quedo completamente paralizada.

¿Qué...demonios?



---

¿De que creen que se trate?

¿Qué le está pasando Jessica?

ᴅᴇᴍᴀꜱɪᴀᴅᴏ ᴛᴀʀᴅᴇ ᴘᴀʀᴀ ɴᴏꜱᴏᴛʀᴏꜱ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora