¡Relatos bonitos sobre los personajes de Genshin Impact! (xLectora ♀)
✓ También hay OS de personaje mujer x lectora. Aunque la mayoría son personajes masculinos x lectora.
Los personajes no me pertenecen. Créditos a HoYoverse.
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—Te odio.
El sexto de los Fatui sostenía con firmeza mi mentón, mi corazón latía rápidamente como si estuviera a punto de estallar. Esta era una situación sumamente denigrante, me tenía de rodillas enfrente de él, estaba vulnerable, me era imposible rechistarle debido al poder que tenía, y no me refiero únicamente a lo poderoso que es, sino al poder que él ejercía sobre mí con su fuerte presencia. De cierta manera me alegraba que compartiéramos sentimientos, yo también lo odia, mucho. Con Scaramouche me era imposible saber qué se venía después, su desagradable mentalidad trabajaba de una manera que escapaba a mi comprensión. Me asustaba estar a solas con él, pero al mismo tiempo me... ¿gustaba? La adrenalina recorría todo mi cuerpo con prisa, de alguna manera me hacía sentir viva.
Su mano pasó a acariciar gentilmente mi mejilla, casi parecía que me tuviera cariño. Siempre hacía que mi cabeza explotara de alguna u otra manera con su trato frío y grosero, pero nunca me había hecho daño físico, me hacía pensar solo disfruta el jugar con mi mente y dejarme profundas marcas confusas que me hacían tener un remolino de emociones las cuales era incapaz de distinguir con claridad.
—Maulla para mí —me ordenó a la vez que me miraba como si no fuera nada. Mi sangre se heló, era la primera vez que me pedía tal cosa.
La gente generalmente lo despreciaba por su desagradable forma de ser y su lengua filosa que no se guardaba nada. Aún así yo seguí enredándome más y más en su telaraña. De vez en cuando sentía como otros miembros de los Fatui me miraban con consterno, no se atrevían a hablar sobre Scaramouche, pero estaba segura de que si podrían me preguntarían cómo es que sigo con él.
¿Es que acaso no soy capaz de tomar control sobre mí misma? Bueno, aunque lo intentara sabía que Scaramouche destruiría esos intentos. Únicamente me quedaba seguir hundiéndome en este agujero negro, batallar tres veces, cuatro veces, y seguir repitiendo.
—¿Y bien? ¿Qué estás esperando? —su voz de hizo profunda y acercó peligrosamente su rostro al mío, no era una buena señal. Seguía acariciando mi mejilla, pero podía discernir que pronto perdería la paciencia si no hacía lo que me ordenaba.
Siempre me decía a mí misma que la próxima vez no sería así, me pararía en mis dos pies y él ya no haría lo que se le pegara en gana conmigo. Sin embargo, ahí estaba una vez más, juntando la valentía y tragándome la vergüenza para cumplir su pedido.
—M-Meow... —mi rostro bajó gradualmente en un intento de cubrir la pena, pero él volvió a levantarlo obligándome a verlo a los ojos. Su rostro era inmutable, sus ojos azules parecían analizar mis facciones.
No se hizo esperar mucho más para ir por lo que realmente quería. Una vez más, sujetó con firmeza mi mentón, asegurándose que no me moviera de lugar, después sus labios tocaron los míos, dando lugar a un beso amargo. Mordisqueó un poco mi labio inferior, mi cuerpo se estremeció, me estaba llevando al límite cortando mi respiración. Ese beso me estaba matando y aun así lo añoraba.
Lentamente rompió el beso.
—Tenemos una misión que completar, muévete —se alejó de mí en dirección a la puerta sin dar mayor importancia a lo que había pasado. Su modo había cambiado de un momento a otro, como si su actitud de hace unos momentos hubiera sido apagada con un interruptor.
—Te odio... —murmuré irritada y sin temor a una posible consecuencia.
Scaramouche rió y me miró por encima de su hombro.
—Me halagas.
Llámenme loca, pero lo sigo amando a él.
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