Tenían razón

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Hice daño y me juzgaron de no tener corazón, así que decidido probar lo contrario fuí a la cocina y saqué el cuchillo más culposo que pude encontrar. Caminé hasta el baño con la idea de ver frente al espejo con mis propios ojos el músculo cardíaco. La duda se apoderó por completo de mi mano izquierda por tanto con la derecha abrí mi pecho. La sangre no demoró en salir y un desgarrador dolor se hizo presente. Abrí todo mi pecho como quien abre un pescado para limpiarlo, sentí en mis oídos el palpitar de lo que buscaba, pero... Pero no era suficiente, yo quería verlo, arrancarlo de su lugar y mostrar a todo el mundo que estaban equivocados.
Mi mano izquierda ya sin duda y ahora curiosa se adentró en la abertura sangrienta, con mucho dolor me hice camino con mis dedos hasta que llegué a donde debería estar el corazón, arranque con fuerza lo que había dentro, entonces lo ví, era... Era un reloj, un hermoso y reluciente reloj que tras un par de segundos se detuvo. Caí sobre mi sangre que parecía reptar bajo la puerta en busca de ayuda.
Ahora estoy mirando la cortina de la ducha, oigo gritos desesperados y golpes que intentan derribar la puerta del baño

"poesía" y quizá algo másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora