Capitulo 11.

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#Flasback#

Pongo mi mano en el pomo de la puerta y la abro, cogiendo todas las fuerzas del mundo.

Cuando notan mi presencia todos se quedan callados, me miran y se ríen, y mis supuestos amigos me miran con asco y odio.
Todos.

Miro a la gente, sus carcajadas rebotan una y otra vez en mi cabeza.
Y las miradas de mis amigos se me clavan directamente en el corazón.

Miro a la pizarra y puedo ver como pone: "¡Marina Zorra!" en grande, y como el resto de la pizarra esta lleno de la palabra "Falsa".

Luego miro al que tiene la tiza en la mano.
No se que me ha dolido mas, lo de la pizarra o que haya sido Dani quien lo ha escrito.

Trago saliva intentando no llorar, mi respiración es agitada, y tengo una ganas de morirme enormes, pero resisto.
No quiero que me vena llorar.
No puedo dejar que vean que soy débil.

Ahora mi vista se posa en las paredes, hay fotos mías que tenían mis amigos echas a traición, que salgo como una puta muerda en todas, colgadas con comentarios como. "Soy tan falsa que me como penes del chino" o cosas así.

Se que ahora ellos temen que yo haga lo mismo con las fotos que tengo de ellos, pero yo no soy así, odio ver sufrir a la gente.

Cojo las fuerzas de donde no las tengo y me acerco a ellos.

-¿Porque lo habéis echo?-susurro, mirándolos a todos con dolor en la mirada.

-¿Y porque no?-dice Dani.

Miro a uno por uno, incluso a Nicoll.

-¿Sabéis? Os creía diferentes.
En especial a ti.-señalo a Dani.

Y ya no puedo aguantar mas y me pongo a llorar.
Echo a correr y entro en el baño.

#Fin Flasback#

Me levanto y me miro al espejo, me lavo la cara, pero eso no hace que mis lagrimas no dejen de salir.

Abro la puerta y salgo andando, ya no hay nadie en los pasillos.

Salgo al patio, y salto la valla.

[...]

Me siento en frente de la tumba, aun llorando.

-¿Sabes Sara?
Ojalá estuviera muerta.
No quiero volver a verlos.
¿Porque tengo que ser yo la que sufra?
¿Por qué tengo que ser yo el blanco fácil a quien todos quieren ver mal?
No puedo mas.
He estado sufriendo desde que desapareciste de mi vida.
Ojalá me hubiera matado esa noche en mi habitación.
No se si sabrás que me compre una cuchilla al drede.
Pero no lo hice, no tuve el suficiente valor.
Pero ahora tengo todo el valor del mundo.
He leído que cortándote te sientes mejor.
Quiero sentirme bien, Sara.
¿Y quién sabe?
Si hay suerte hasta me corto las venas.-saco de mi mochila una cuchilla con un precioso mango rosa.

Y la acerco a mi brazo.
Y suspiro quitándome las lagrimas.
Y lo hago.
Un corte por Lucía.
Otro por Marta.
Otro por Mireia.
Otro por David.
Otro por Jesus.
Y otro más profundo por Dani.

Aparto la cuchilla de mi brazo y vuelvo a mirar a la tumba.

Mi brazo izquierdo no para de sangrar, lo tengo muy débil, y casi no lo puedo mover.
Pero me da igual.
Supongo que el dolor es el único que de verdad me va a acompañar toda la vida.

-No quiero que me regañes en sueños porque no te pienso hacer caso.
Esto ya esta echo.
Si te gusta bien, y si no, también.

Me levanto y me voy, pero no sin antes volver a mirar la tumba, que ahora esta con sangre.

[...]

*Al día siguiente*

Abro los ojos, y lo primero que hago es ver mi brazo.
Ya ha cicatrizado.
Pero sin duda hay unas marcas que se ven desde lejos.

Abro el armario y me pongo una camiseta de manga larga.
Hay que disimular.
También cojo unos shorts y las convers.

Y sin desayunar, me dirijo de nuevo al instituto, sola, y preparada para lo que me espera hoy, o eso creo.

Nada mas llegar no veo a nadie, normal, es muy pronto.
Solo hay una silueta de una chica con un libro.
Me acerco un poco y contemplo que es Elena.

Es una chica muy mona, morena con el pelo por debajo de los hombros y liso.
Tiene los ojos color miel y su sonrisa es preciosa a pesar de llevar aparato.
Y aunque este un poco regordeta, sabe que ropa ponerse para que no lo aparente.

-Hola..-susurro.

-Hola.. digo, ¿Marina? Pensaba que no vendrías..-me mira y me abraza.

-No quiero que crean que soy débil.

Coge mis brazos y los apreta, para que le mire a los ojos.

-¡Au!-grito al notar el dolor de mi brazo izquierdo.

-Lo siento.-se disculpa y me mira.- A veces hay que mostrarle a la gente que eres débil, ¿Sabes?

-No, si no ya sabrán como hacerte la vida imposible.
Lo mejor es actuar.

-Tienes razón..

Y no he notado como toda la entrada de llena de gente.
Pero como me da igual..
Me despido de Elena asegurándome antes de que en el patio nos veremos y entro a clase.

[...]

-Marina, te toca.-me dice la profesora.

Trago saliva y me levanto.

Todas las miradas se posan sobre mi y me planto delante de todos.

Teníamos que hacer una redacción de algo, oral.

-¿Y si en realidad el tiempo no lo pudiese todo, si no fuese tan cierto que las cosas con el pasar de los días se van olvidando, o las heridas no se van cerrando, cuantas cosas cambiarían?
Porque es muy fácil pensar que con solo dejar pasar los días, meses o años las cosas se solucionan, y lo peor es que uno se auto convence, y se cree un superado, alguien que tuvo la suerte de superar un dolor y sobreponerse, y se vuelve a sentir fuerte...
Sin embargo, un buen día, quizá el menos pensado, todo el castillo que creías tan sólido comienza a temblar, porque te encuentras de nuevo cara a cara con el dolor.-Miro a mis amigos uno por uno.- Con ese sentimiento tan helado y tan dormido del que ya casi ni te acordabas, y que, muy a pesar de todo, sigue ahí, y comienza a despertarse con todas las fuerzas acumuladas por el tiempo en que estuvo inactivo y quiere salir, quiere gritar que está vivo y que va a dar pelea, por que la razón piensa.-termino, firme, seca, sin apartar la mirada de mis amigos, que ahora me miran como si de un fantasma se tratase.

-Valla, señorita Clarck, cada vez me sorprende mas.
Usted va a llegar lejos.

-Gracias.-digo borde.

Y vuelvo a mi sitio, detrás de la clase, sin prestar atención.

Solo quiero ser feliz. {Gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora