Lo más triste es que

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Aún recuerdo cuando me besaste por primera vez, sabía que lo nuestro no tendría un futuro, pero aún así correspondí a tu beso como engañándome, tratando de creer que lo nuestro era amor, aunque en el fondo sabía que no sería así, porque ya te conocía un poco y dabas la impresión de ser esa clase de personas que no se toman nada en serio, aun así, abrí mis alas para llevarte a mi cielo, con la falsa esperanza de que al sentir todo mi amor podrías corresponderme y enamorarte también de mí, pero mis sentimientos por más grandes que fueron no podían alcanzar a alguien que había decidido no amarme jamás.

Dicen que el que juego con fuego termina quemándose, y lo aprendí en carne propia, tuve que pagar un precio muy alto por dejarte entrar en mi corazón simplemente porque me gustaba lo guapo que eras, pero eras como esas manzanas que por fuera se ven hermosas y por dentro están completamente podridas, eras muy atractivo por fuera, pero por dentro eras un asco de persona, yo simplemente por ego, por salir con aquel chico con el que muchas de mis amigas soñaban tener al menos una oportunidad caí en el peor de mis errores, y quizás me la pude haber pasado bien si pudiera ser como tú, si pudiera besar a alguien sin sentir amor por esa persona, si pudiera disfrutar de aquellos placeres de la intimidad sin dejarme el corazón de por medio.

La verdad es que nunca me engañaste con tu actuación barata de ser un niño bien, yo en el fondo siempre supe que clase de persona eras en realidad, pero creía que todos en el mundo son capaces de cambiar para bien, y quizás eso tenga algo de cierto, pero para que una persona cambie debe desearlo con todas sus fuerzas, un cambio así no puede venir influenciado por personas ajenas, o por agentes externos a uno mismo, eso terminé aprendiéndolo tras miles de intentos de cambiarte para bien.

Sé que nadie tiene el derecho de cambiar a nadie, todos somos libres de ser como nos de la gana, pero pensé que si ya eras hermoso por fuera y logrará mejorarte un poco en tu interior serías perfecto para mí, pero también en eso estaba equivocada, ahora entiendo porque todas las personas hacen tanto hincapié en los sentimientos más que en el físico, y es que resulta mucho más sencillo mejorar tu apariencia que tu personalidad, siempre será más fácil hacer algo de ejercicio y cambiar algunas costumbres para vernos mejor por fuera que convencer a alguien de pensar distinto, de erradicar su egoísmo, y es que tu estabas tan vacío por dentro y lo sabías, que obviamente enfatizabas tu físico más que tu personalidad.

Lo más triste es que a pesar de todo lo que sé sobre ti, de todo lo que aprendí estando contigo, a pesar de saber que me equivoque por completo al dejarte entrar en mi vida, y a pesar de que sé que nunca me amaste y que yo no debí amarte, a pesar de todo eso no puedo sacarte de mí y no sé qué clase de idiota soy como para no poder olvidarte, ya que me partiste el corazón en mil pedazos, pero esos pedazos aun te siguen amando 

Mil maneras de perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora