Capítulo 6: Golpe no tan mental.

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Desperté en el suéter de Hipopótamo que me había colocado después de despedir a Beck. No es que le haya dicho ah bueno, a no vernos nunca más amigo. Gracias por haberme desvirgado.

Simplemente cuando ya los ánimos bajaron después de haber conversado por una hora sobre papitas fritas mientras que pasaba mi mano sin ningún tipo de vergüenza por su abdomen lo ayudé a buscar su ropa. A su parecer las de McDonald's no eran nada comparadas a las de un restaurante cerca de su apartamento por lo que debatimos los criterios de "qué hace a una papita frita la mejor". Debo admitir que tener sexo da hambre una vez se te van los nervios.

La verdad si me dolió algo despedirme, pues aunque no existieran sentimientos de por medio y ahora no estoy diciendo que me enamoré... fue evidente que confié en esta persona y pues, me entregué.

Así que aunque no quiero pedirle matrimonio y que una parte de mi agradece que no nos veamos más, sería chévere al menos tener su Instagram para saber que vive. Obviamente va en contra de las reglas, ni siquiera sé si su verdadero nombre es Beck por lo que conforme pase el tiempo esto solo será un recuerdo ya que honestamente no creo que desaparezca la anécdota de como me deje convencer por mis dos amigas de el "especial" regalo de cumpleaños.

Me estiro una vez más en la cama antes de levantarme. Dirijo mis pies hacia el habitad de Harry

– Buenos días mi pequeño dragón- acaricio su cabeza- espero que no quedes con traumas de por vida por lo de ayer.

Retomo mi camino hacia la cocina, se me antoja pollo agridulce. Pienso en si debería cocinarlo o gastar dinero ordenándolo a domicilio, honestamente no tengo ganas de hacer nada y siento el cuerpo como gelatina aunque camine en una extraña nube de felicidad. Escaneo la sala en búsqueda de mi teléfono y lo encuentro sobre el sofá sin batería. Cuando lo conecto puedo ver el motivo de la muerte prematura: 630 mensajes en el grupo de las "Tutty Frutty", 10 mensajes de mi mamá, 50 llamadas perdidas de Lisa, 35 de Hanna y 2 de un número desconocido.

Elijo ordenar primero a un restaurante cerca de casa para después abrir los mensajes del grupo, entre los últimos estaban:

Hanna: "¿ya llego?" 1:01 am

Lisa: "ya debería estar allí" 1:02 am

Hanna: ¡que nervios! Gina tómale una foto. 1:02 am

Lisa: Te juro que esta buenísimo, en la agencia me mostraron la foto. Se va a morir. 1:02 am

Hanna: " mejor llámame, Gina no va a contestar" 1:15 am

Hanna: SI LEES ESTO MÁS TE VALE NO SALIR CORRIENDO 1:20 am

Lisa: APROVECHAAAA AMIGAAA 1:22 am

Hanna: ya te llamo, iré a hacer palomitas. 1:22 am

Gina: Pues me alegra muchísimo que pasaran la noche a lo grande haciendo teorías conspirativas sobre mi noche. 3:00 pm

Tiro el teléfono nuevamente en el sofá en lo que miro expectante la puerta como si eso acelerara al restaurante con mi almuerzo. Luego de unos 10 minutos me dirijo hacia la cocina en busca de algo con lo que pueda amortiguar mi apetito.

Si dijera que me siento totalmente normal y que no le doy vueltas a cierto castaño estaría mintiendo. Me he golpeado mentalmente más de 13 veces para no pensar y puedo decir con toda franqueza que no esta funcionando en lo absoluto por lo que elijo prender el televisor para que llene el silencio.

- Quizás el perro estaría ladrándome para que lo saque a hacer pis.

Mi teléfono suena y se que es Hanna por el tono que le tengo asignado, ella había insistido en colocarle la canción de pasión de gavilanes. Definitivamente no voy a contestar, una de mis condiciones fue tirar el cuento una sola vez. Contestando ahora solo me tiraría la soga al cuello porque me pondría tan nerviosa que soltaría la lengua y después tendría que repetir todo con Lisa.

No están pasando absolutamente nada bueno, pero elijo no ponerme exigente. Al final dejo la estación en CNN para enterarme de qué esta sucediendo en el mundo. No le presto mucha atención, la verdad no creo que este sea un día productivo pues se me hace imposible no tener flashbacks.

Suena mi teléfono una vez más, pero esta vez con el tono normal por lo que contesto.

-¿Hola?

-Le hablan de Jazmín express, me encuentro fuera del complejo. ¿Podría abrir?

-Claro- y me cuelga.

Hago mi pequeño baile de la victoria en lo que aprieto el interruptor que desbloquea la puerta principal. No pasa mucho tiempo hasta que escucho el golpetear en mi puerta. Abro, pago y me despido... Todo muy normal hasta que algo en mi mente hace clic.

Para entrar al edificio, hay que pasar por la puerta principal.

Para pasar por la puerta principal... tengo que abrir por ti.

Beck solo tocó mi puerta.

¿Beck vive en el mismo edificio?

Es imposible.

Me golpeo mentalmente y luego no tan mentalmente la cabeza en lo que retomo mi camino al sofá en donde elijo cambiarle a las noticias. Hanna me da su cuenta de Netflix por lo que elijo una película que se supone es de comedia.

-Debe ser que cuando llegó alguien iba de salida y por eso no tuvo que tocar Gina, no seas paranoica.- me repito tratando de que se me guarde la idea en la cabeza.- Llevas viviendo aquí por más de 3 años y jamás habías visto al sujeto.

Si bien es cierto que hay más de 30 pisos, por vivir en el 4 no pasaba mucho tiempo en el elevador. Para sentirme "más saludable" después de haber tragado tomaba las escaleras. Tampoco pasaba al área social, mi vida estaba en el hospital y dentro de casa.

Miro la comida sobre mis piernas y me siento algo revuelta. Por lo que elijo cerrar todo y colocarlo en el refrigerador para cuando el hambre viniera a mi nuevamente solo calentar y listo.

Reviso nuevamente el teléfono para escribir en el grupo que si querían saber, mañana llevaran una botella grande de vino y pizza de jamón al parque.

Un restaurante no sería un lugar apto con estas mujeres tan ruidosas y sobre todo el tema de conversación.

¡Feliz Cumpleaños Gina!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora