Capítulo 5: Deje su mensaje después del tono.

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En un movimiento brusco me coloca sobre él y da una palmada en mi trasero haciendo que suelte un grito por la sorpresa, no debo verme a un espejo para saber lo roja que deben estar mis mejillas.

Trato de zafarme pero me abraza fuertemente por la cadera. Mis piernas se encuentran a los lados de su cuerpo e intento no apoyarme en el completamente.

-Has pensado en alguna posición es especial?- me pregunta tan casual como si se tratara del clima en lo que siento ascender sus manos hacia debajo de mis senos. Yo me limito a negar sintiendo mi piel arder: 50% vergüenza, 40% sus manos, 10% Beck.

Empieza a masajearlos enviando pequeñas sensaciones placenteras a mi abdomen, sus ojos continúan sobre los míos, observando mi reacción, estudiándome. Muerdo mis labios para evitar dejar salir suspiros que me hacen enterrarme mentalmente en el colchón. ¿Tan fácil soy? ¿Un par de caricias y ya quiero que me haga suya?

Toma mis manos y las coloca en su estómago. - No tengas miedo de tocarme, recuerda que puedes hacer conmigo lo que quieras.

Me quiere matar de un infarto de seguro. Bajo su atenta mirada deslizo las yemas de mis dedos por su abdomen y algo insegura me acerco para dejar un beso en su cuello. Quizás lo tomo por sorpresa ya que lo siento tensarse un poco - Gina besos hábiles- se burla antes de tomarme de la nuca y unir nuestros labios una vez más.

Inicia de forma suave y cuando pienso que ya domino el ritmo, lo aumenta una vez más. Cada vez más demandantes, sus labios y manos me recorren sin control mientras que yo intento cumplir su petición.

Deslizo una de mis manos hacia el sur, pasando el elástico de su ropa interior hasta hacer contacto con su miembro. Con algo de cuidado trato de palpar la ubicación para acariciar sobre la tela. Muerde mi labio antes de separarse y dedicarme una sonrisa. Puedo escuchar en mi mente como me felicita "Bien Gina"

Vuelvo a estar de espaldas al colchón en lo que él se deshace de su única prenda nivelando la situación y la lanza a alguna parte de la habitación. Mis ojos por alguna razón van al techo del cuarto. - Puedes mirar, no muerde. Aunque yo si.- se sitúa entre mis piernas las cuales soba delicadamente en lo que se inclina para depositar otro beso en mis labios y descender por mi cuello.

Una de sus manos empieza la deliciosa tortura nuevamente en mi vagina haciendo que los gemidos escapen de mi garganta. Entre más lo hago, más acelera sus movimientos llevándome al borde de la locura. Mis manos se encuentran apretando las sábanas, en un intento fallido de controlar el remolino de emociones que estoy viviendo.

Cuando estoy a punto de dejar fluir la corriente que se amontona en mi vientre, se detiene. Levanto la vista frustrada y lo observo sonreír- Esta vez vamos a hacerlo diferente- veo como se coloca un preservativo y yo intento no activar mis alarmas.

-Gina, ¿estás lista? - acaricia mis piernas y me mira a los ojos esperando una respuesta.

-Si Beck.

-Si te sientes incómoda, solo tienes que decirme y me detendré.

Respire profundo e intente dejar mi mente en blanco mientras sentía como entraba poco a poco. Me fue imposible retener un jadeo, la intromisión era incómoda. Nada parecido a sus dedos minutos atrás, pues era obvio que las dimensiones eran diferentes.

Cuando dedujo que había avanzado lo suficiente se detuvo y empezó a acariciar mis brazos. -¿Estás bien?- la verdad me sorprendía lo considerado que estaba siendo. Una parte de mi esperaba a un bestia que cumpliera el trabajo y de paso consiguiera algo de satisfacción para sí mismo.

-Si- respondo, mi voz no sale tan clara como me gustaría- continua por favor.

Haciéndole caso a mi petición retoma su viaje hasta que siendo su pelvis chocar con la mía . No soy consciente de lo fuerte que sujeto sus brazos hasta que los suelto y veo las marcas rojas de mis dedos. - lo siento, yo...

Shhh- dice y empieza a moverse.

Sale y vuelve a entrar lentamente. Mi mente se queja un poco, me es imposible pensar en algo más que en su pene abriéndome de a poco. Por primera vez lo escucho jadear, muerdo mis labios para evitar soltar algún comentario que llegue a romper la burbuja erótica. Trato de relajarme y enfocarme en sus besos que desvían las sensaciones no placenteras.

Mueve sus caderas adelante y hacia atrás marcando el ritmo mientras yo trato de acostumbrarme al intruso entre mis piernas. Suelto un gemido lastimero, haciendo que se detenga de golpe. Nuestros ojos hacen contacto, yo permanezco en silencio mientras que acerco una de mis manos para acariciar su cabello haciéndole entender que estoy bien.

Retoma el ritmo de forma pausada, haciéndome sentir cada centímetro de sí mientras avanza. Entre más lubrico más fácil se introduce y mis paredes se adaptan permitiéndome disfrutar.

La incomodidad aunque algo presente, pasa a segundo plano cuando una de sus manos frota en círculos a la vez que me penetra.

Me sorprendo a mí misma gimiendo sin vergüenza, solo puedo pensar en querer más, que esta sensación que aumenta y me nubla el sentido crezca. Que el fuego de la lujuria me termine de consumir.

Muerdo el hombro de Beck arrancándole un gruñido. Al parecer le gusta cuando lo hago ya que acelera sus movimientos llevándome al borde de la locura. Aprovecho para envolver mis piernas en su cadera, acercándolo a mí por lo que sus estocadas se tornan más profundas.

Mis manos van a su espalda, no sé en dónde ponerlas. La verdad no se ni quién soy. Solo pienso en el pene de Beck y el placer que me provoca.

-¡Beck!- digo- Más... yo ... Más por favor- digo entre gemidos.

Ni hablar puedo, pero al parecer es suficiente para que aumente las revoluciones. Siento como mi vagina se contrae, pequeños espasmos hacen que arquee la espalda y el aprovecha el instante para lamer y retorcer mis pezones.

-Me gusta estar dentro de ti- susurra

Su voz ronca en mi oído, sus manos en mi cuerpo, la forma en la que se mueve. Todo hace estragos en mi ser. Una presión crece en mi bajo vientre mientras que pequeñas corrientes se dispersan.

-Vamos Gina, córrete para mí. - susurra en mi oído.

Para mi cuerpo, fue una orden. Ya que siento mi liberación mientras me aferro fuertemente a su espalda como si mi vida dependiera de ello. Cierro los ojos mientras siento como el placer se esparce desde mi vagina hasta la última de mis terminaciones nerviosas mientras pequeños espasmos me sacuden.

Beck continua a una velocidad más baja penetrándome, buscando la liberación propia y al mismo tiempo extendiendo aquellas sensaciones que me desconectan de la realidad.

Mentiría si dijera por cuanto tiempo continuó hasta eyacular porque como dije anteriormente, Gina no está... deje su mensaje después del tono bip.

¡Feliz Cumpleaños Gina!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora