Capítulo 8: No puede ser.

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Observaba como Hanna terminaba de comerse la última rebanada de pizza. Todo había salido mejor de lo que esperaba, obviamente fue un golpe en el seno cada vez que me pedían los detalles sucios pero así son de puercas... y bueno, yo también.

Vi como la cara de Lisa cambiaba de color al revisar su teléfono, generalmente es súper dramática por lo que me serví otra copa de vino y me dediqué a respiraba el aire fresco mientras que los niños sin coordinación se daban con el bate en la cabeza.

-¡Hanna mira!- le dije riendo- ¿viste cómo le pegó la pelota? Te lo digo no pienso tener hijos. Saldrían idénticos a ese.

Ella no reía, miraba el teléfono igual que Lisa.

-¿Todo está bien?- no me gustaba para nada- ¿pasó algo en el hospital? Te recuerdo que acabamos de beber, no puedes ir. Es más, deberías llamar a un conductor designado.

-Gina...- oh no, los ojos de no reacciones como una loca- ¿cómo era el hombre que fue a tu casa anoche?

-Lisa, técnicamente te expliqué hasta como me masturbó - le dije algo exasperada- ¿no quieres su tipo de sangre también? - reí- pensé que tenías su foto y hasta me pasaste sus exámenes de STD- Ella no reía conmigo, ninguna de las dos. - asiático, cabello castaño, ojos rasgados, alto, tenía una bonita nariz. Tenía tatuajes en parte del pecho y los brazos. – retuve un poco la respiración al sentir un pequeño mareo, al ver que no decían nada seguí desinhibida por mis 4 copas- Tenía unas piernas de infarto y dientes bonitos.

Se miraron una vez más, odiaba cuando hacían eso.

-¡DILO DE UNA VEZ QUE ME DESESPERA CUANDO DAN RODEOS!

-El que contratamos era un Italiano Gina. - inició Hanna sujetándose la cabeza.

-Acaban de mandarme una carta de disculpa de la agencia, el chico que contraté para ti ... no pudo asistir.

Esto no puede estar pasando. 

¡Feliz Cumpleaños Gina!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora