𝐓𝐇𝐄 𝐊𝐈𝐒𝐒𝐈𝐍𝐆 𝐁𝐎𝐎𝐓𝐇 𝐈𝐈━━━━ marco✓

𝒗𝒊𝒊. 𝗆𝗒 𝗍𝗎𝗋𝗇

—Lo siento. —Murmuro Elle, colocándose al lado de Maca, mientras ella le hacía caso omiso mientras tenía la mirada fija al frente. —Te juro que te estaba por llamar, pero tal vez querías estar con tu nov...

—¡No es mi novio! —Exploto Macarena, logrando que las personas a su alrededor la miraran, sus mejillas se encendieron obligándola a bajar la mirada avergonzada. —Él no es mi novio.

—¿Estás lista?

García rodo los ojos cansada, dirigiendo su mirada hacía el chico que estaba a unos metros de ella; le saco el dedo medio como respuesta ocasionando que el le mandara un beso volado.

—¡En sus marcas! ¿Listos?

Toda su concentración se baso en la carrera, ignorando la breve conversación que se planteaba a sus costados.

—¡Fuera!

Y esa fue la palabra que dio inicio a diversos juegos, aunque en la mayoría, Macarena decidió no participar.

(...)

El sudor corría por su frente, mientras sus manos empezaban a dolerle demasiado por la presión que ejercía en la soga.

—¡Fuerza amigos! —El grito desesperado de Elle, quién estaba unas personas frente a ella.

Macarena se removió incomoda, sintiendo diversas miradas sobre su trasero, aunque no le sorprendió pues había elegido el peor lugar posible: Frente a Marco y Tuppen.

—¡Quítate la camiseta! —Oyó la orden del chico atrás de ella, a la última persona en la fila.

Seguido de eso escucho silbidos y frases imprudentes por parte de chicas. La curiosidad le reventaba el pecho, ya que no podía voltear, pero si él se atrevía a...

Sintió un peso mayor hacía ella, alguien había soltado la cuerda. Y ya sabía quién era.

—¡Wow!

Un sentimiento se le hizo presente en el pecho, al ver como todas las chicas miraban por sus hombros. ¡Maldita sea! ¿Con que así se puede jugar? Una sonrisa se hizo presente en su rostro.

—¿Dijiste que me quite la camiseta? —Preguntó Macarena lo suficientemente fuerte para que las personas a su alrededor escucharan.

—¡Si! ¡Si! —Gritaron los chicos que se encontraban medianamente cerca, y algunas de las chicas dejaron de ver a Marco para mirarla retándola.

—¡No! —Se negó Peña, ocasionando que su sonrisa aumentara. —¡Macarena no!

Pero ya era demasiado tarde, aparto las manos de la soga para colocarlas en el borde de su playera y levantarla junto con el chaleco color morado; quedando con la ropa interior superior visible. Los comentarios y chiflidos no tardaron en hacerse presente; mientras ella le guiñaba un ojo a Marco quién tenía un semblante serio aprovechando cualquier momento para asesinar con la mirada a las personas que se atrevían a mirar sus pechos cubiertos por su sujetador.

No hizo falta que Macarena tomara nuevamente la cuerda, antes que los chicos del equipo contrario empezaran a ceder.

—¡No! ¡Por favor! ¡No! —Pidió Elle, antes que los dos primeros participantes de su equipo cayeran en la piscina inflable llena de espuma.

Macarena empezó a reír, mientras unos chicos la subían a sus hombros celebrando la victoria. Pero al parecer al chico que se encontraba tras ella no le hizo mucha gracia, ya que tenía el ceño fruncido. 

...

—¡Vamos! —Gritó Macarena emocionada viendo como Marco y Elle escalaban un muro de troncos para llegar a la meta.

Desde el juego de la cuerda, pudo soltarse un poco; era divertido ver como Marco se distraía mientras jugaba cuando alguien, mayormente chicos, le llevaban agua a Maca; ella disfrutaba eso porque a fin el podría sentir lo que ella siente la mayor parte del tiempo mientras chicas lo comían con la mirada; claro que ella no lo aceptaría.

—¡Si! —Festejo Marco mientras los de su equipo iban a festejarlo. Sin embargo algunos se quedaron en su lugar viendo como Elle caía al lodo.

Macarena llego corriendo hacía su amiga, para tenderle la mano.

—Lindos pechos. —Se burló Elle, aceptando su ayuda. Las mejillas de la aludida se sonrojaron levemente pues su comentario había sido demasiado directo. —Gracias, me lo merecía.

—¿Porque dejaste que tu compañero metiera a su crush a tu equipo en lugar de tu amiga? Si, te lo tenías ganado. —Comentó riendo levemente, observando como su equipo cantaba a el coro de Marco Marco. —Es un vanidoso...

—¿Qué dijiste? —Preguntó confundida Elle, sacándose un poco de lodo de sus oídos.

Macarena estaba a punto de cambiarle de tema, sin embargo una turba de gente se acerco a ella con Marco liderándolos; este la sujeto por la cintura para subirla a unos de sus hombros a pesar de sus quejas.

—¡Bájame! ¡Bájame ahora! —Chillo García pateando inútilmente el pecho del chico, lo cual era un caso perdido teniendo en cuenta su abdomen trabajado. —¡No estoy jugando Marco!

Pero al parecer todos pensaban que era eso, ya que la gente a su alrededor los celebraban enternecidos, Macarena soltó un suspiro rendida. Era imposible que pensaran que hablaba enserio si él mantenía esa sonrisa en su rostro. Se limito a quedarse callada viendo al cielo para evitar las miradas de los demás.

Estaba despejado, aunque el sol empezaba a ceder aún había buen clima. El tiempo había pasado volando, no se la paso tan mal como pensaba antes de salir de su casa. Aunque prefería mil veces más estar allí, que en su casa con los gritos de su mamá ebria con botellas a su al rededor.

Salió de su transe al no poder apoyarse en nada, casi entra en pánico; pero volvió en sí cuando sintió los fuertes brazos de Marco al rededor de su cintura; ya no se encontraban con los demás, en cambio estaban saliendo de la playa.

—¿Sabes que te puedo denunciar por secuestro, no? —Dijo sarcástica, separándose de el abruptamente, pero el no paraba de sonreír.

—¿Qué puedo hacer para que te pongas la camiseta? —Consulto haciendo caso omiso a su pregunta. Macarena sonrió al darse cuenta que él traía en su mano derecha su playera de repuesto; supuso que no había podido encontrar la de ella, ya que posiblemente un chico la hubiera escondido.

—¿Qué te hace creer que me pondré tu camiseta? Si no traigo la mía, tendré mis razones.

—Eres un enigma, Macarena García. Primero me dices que no somos nada, luego me besas frente a toda la escuela, y ahora te sacas la playera en público; cuando hace unos días decías que no querías llamar la atención. —Algo en esas palabras le provoco un vació en el estómago, tal vez él ya se había aburrido de ese juego, y, aunque lo negara, no sabría que hacer sin esa aventura. —Pero me gustas, y lo digo enserio.

Se quedo en blanco, agradeció internamente que no la mirara los ojos; pues ambos caminaban sin rumbo con la vista enfrente. Fue algo demasiado directo para su gusto, sin embargo entendía que ese suelta y floja le estuviera empezando a cansar. Era normal, cuando las chicas tienen el poder de la relación, ellos prefieren algo en serio.

—Allí. —Dijo deteniéndose, no estaba lista para responderle, señalando un micrófono conectado en una calle frente a ellos. —Si te tocas un rola, consideraré ponerme la camiseta.

Marco sonrió y apresuro su caminata dando a entender que aceptaba el trato. Macarena suspiró aliviada, lo pudo haber pospuesto al menos un tiempo más. Sintió una vibración en su bolsillo proveniente de su celular; sabía de quién se trataba pero no tenía animo para eso ahora. Una sonrisa se dibujo en sus labios antes de seguir a Marco, quién estaba acomodando su guitarra.