Capitulo 2: A Corea.

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Después de el desorden que hubo, nos llamaron para abordar, subimos al avión, buscamos nuestros asientos y ya, nos sentamos dispuestas a comenzar un vuelo largo de unas 28 horas.
Decidí tomar una agenda y comenzar a planear las cosas que deberíamos hacer al llegar, cosas típicas, cómo arrendar una habitación en primer lugar y luego comenzar a organizar los muebles, para después agrandarnos a lo que es una casa más decente, por decir así.

— Valeria, dime cosas que debemos hacer al llegar. —Puso cara como que pensar mucho, pero ambas sabemos que ella no piensa, broma broma, broma de amigas.

— Primero que nada, buscar un hotel por el cual quedarnos una semana y en el transcurso de esa semana comenzar a buscar casa, o sea venimos a vivir aquí. ¿De dónde sacaremos dinero para la casa? O sea, yo tengo mis ahorros pero eso no bastará para una casa...
—No tienes de qué preocuparte, yo tengo dinero. —Sonreí mirando la ventanilla del avión.
—Lo sé, pero no lo puedes sacar de la cuenta bancaria hasta que cumplas 18, _____. Aunque... Tengo una idea, quedémonos en un hotel barato hasta que cumplas 18. —Me agitó de los hombros—. ¿No es emocionante?.

—¿Y si mejor sólo arrendamos una casa?. —Propuse.

—Tienes razón. Buscaré arriendos en el centro. —Sacó su celular y comenzó a buscar.

—Vamos a despegar, por favor abrochen sus cinturones, mientras les damos las indicaciones de las salidas de emergencia. —Sonó por los altavoces del avión.

—Ésta es la mejor parte. ¿Has visto como hacen las señales? —Levantó sus brazos, señaló hacia los lados, golpeándome la cara, luego señaló hacia al frente y dijo—. Buen vuelo.
—Eres ridícula. —Dije riendo.
—Igual me amas. —Cerró sus párpados al decir ésta frase—. Voy a dormir ¿Vale?.
—Vale.

La azafata hizo lo de mostrar las salidas de emergencia y en unos minutos el avión comenzó a moverse y en un rato a volar. Extrañaré mi país... No mucho a la gente pero bueno. Nunca pensé que lo lograría, desde que se murió mi papá sueño con dejar el país junto con los malos recuerdos.
El hecho de ir a Corea, me hacía recordar a Hoseok, recuerdo cuando no podía estar sin él, ya que vivía con nosotros hasta que un día sin decir nada, su madre de fue de casa muy enojada, no tengo ni la menos idea de porqué, pero se fueron. El contacto que tenía con él también se fue, nuestra relación pasó de ser de piel y cercanía a sólo mensajes por la distancia. Además la última vez que me habló por mensajes fue por mi cumpleaños número 17 y fue tan frío a cómo era antes. "Feliz cumpleaños, _____. Que sea un lindo día para ti." En fin, no puedo culparlo, cuando se fueron éramos tan pequeños que sólo nos alejaron y nada más, no estaba en nuestras manos la decisión, aunque ni siquiera vinieron al funeral de mi padre.


Luego de un largo viaje, aproximadamente 28 horas, ya fuera del aeropuerto, tomamos un taxi y Valeria le dio la dirección de una casa en arriendo que había  encontrado por internet, al rato llegamos. El dueño nos esperaba fuera de la casa, era más grande de lo que imaginaba. Valeria pagó y bajamos.
—Buenas tardes, señor...
—Señor Min. —Terminó la frase de Valeria.
—Buenas tardes, señor Min. Tengo entendido que usted quiere vender la casa. Podemos llegar a un acuerdo, en el cuál le pagaremos por mes el total de la casa como un arriendo y dentro de poco tiempo podremos pagar todo de una buena vez. ¿Le parece señor Min?.

A decir verdad, el señor se veía algo enfadado, era bajo y calvo, diría yo que tiene unos 48 años, era gordinflón y usaba una camisa a punto de estallar que tenía una mancha de vino en el cuello.

El hombrecito tomó su móvil y llamó a alguien, se alejó de nosotras al comenzar a hablar.

—Dudo que diga que si, Val. No se veía muy convencido. —Le murmuré.
—Espera.
Val se veía muy convencida de que él iba a decir que si. Yo no lo estaba.
—Señoritas, éstas son las llaves, estaré comunicándome con usted señorita.
—Señorita Valeria, y ella es _____. Muchas gracias por confiar en nosotras. —Extendió su mano y el hombrecillo la estrechó, luego la mía.
—Bienvenidas. —Sonrió y se fue caminando a no sé donde.

Con Valeria entramos a la casa y por dentro era hermosa, habían unas cosas botadas cono muebles antiguos.
—¿Te crees esto?, _____. Esto es increíble. ¡Lo logramos!.
—Wow. Lo hicimos. ¿Un asadito?.
Reímos pero acordamos ir a comprar muebles dejamos las maletas tiradas por ahí y salimos con cartera.

—Deberíamos ir a inscribirnos a algún colegio. —Dijo Valeria.
—Valeria, deberíamos inscribirnos en una universidad, ya tienes 18 y yo pronto tendré lo mismo. Tonta.

—Estúpida tú. Vamos y cállate, no me contradigas. Nos he conseguido casa y así me pagas. Idiota. —Se puso a reír y sacó su celular buscando universidades.

BTS Bajo Mi Mismo Techo. (con j-hope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora