15.

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Cuando Tartaglia recordó que a Lumine le gustaría compartir un baño con él, resaltando la palabra "juntos", jamás pensó que se quedaría fuera, apoyando su espalda en la tina mientras la rubia, relajada, tomaba su baño a solas.

¡Hasta le había ordenado a cerrar los ojos mientras se cambiaba!

—Así que a esto te referías con tomar las cosas poco a poco... —murmuró el joven, pasándole la esponja que hace tan sólo unos segundos le escuchó pedir.

—Estaremos bien...

—Sé que lo estaremos, pero está feo tentar de esa forma. Me estás pidiendo a gritos que me meta ahí y...

—¿Me pasas el champú? —Hizo destacar un tono inocente en su petición, uno que, evidentemente, Tartaglia no pudo pasar por alto.

Soltó un suspiro. Lejos de mantener la compostura, se giró con paciencia y calma, una naturalidad que pronto sería transmitida a la rubia. Por suerte, el agua llena de espuma tapaba lo necesario.

—¿Me lo vas a pasar...? —preguntó una vez más.

—No me gusta quedarme de brazos cruzados. Déjame al menos ayudarte.

Sonrisa tierna se dibujó en Lumine. En el fondo, no podía sentirse más cómoda con su presencia. Se giró, de espaldas a él y sin decir nada, erguida y relajando ambos hombros.

—Adelante —Susurró segundos después.

Lo rudo e intimidante que podía llegar a ser su esposo se disolvió con el suave toque de sus dedos en hebras platinas, separando y aplicando el champú digno de un profesional en la materia. Incluso le proporcionó un masaje que se desvió desde su cabeza hasta su nuca, extendiéndose finalmente por sus hombros desnudos.

La marca totalmente cicatrizada y en forma de máscara que ensuciaba parte de su piel blanca era aún más visible a la luz del baño. Parecía mentira que hubiese pasado tanto tiempo...

—Se te da bien esto...

Lumine rompió el silencio. Ajax esbozó otra de sus sonrisas.

—Solía peinar el cabello de mi hermana pequeña antes de dormir.

El fatui pareció tocar una palabra sensible, porque notó como su compañera decaía en su posición, ligeramente incómoda.

—Así que... también tienes hermanos.

—Sí, pero hace mucho que no sé sobre  sus vidas, solo que están bien.

—Te tengo que contar...

—No tienes por qué hacerlo.

—Dije que iba a hacerlo —refutó, intentando aparentar una seriedad que no iba con ella.

Era un tema delicado, sí, debía apañárselas para no venirse abajo nada más abrir la boca.

—Está bien...

—Se llama Aether —Comenzó.

Tartaglia continuó masajeando sus puntos tensos.

—Hablas de él en presente —hizo mención, curioso.

—No me gusta pensar que está muerto.

Lo cual era entendible, pero que, sin embargo, le dejaba un camino abierto de preguntas.

—¿Desapareció?

—De un día para otro. Como si algo o alguien le hubiese borrado de la existencia.

Hubo una pausa antes de que Lumine se animara a continuar. Tartaglia, en cuyo caso, siguió masajeando sus puntos tensos. Luego decidió parar para aclarar su cabello.

CROSSFIRE / CHILUMI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora